Que Tomar Para Dolor De Fractura?
Maela Chamorro
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Para tratar el dolor Para el dolor, puede tomar antiinflamatorios no esteroides (AINE) de venta libre. Algunos ejemplos de AINE son el ibuprofeno (como Advil o Motrin) y naproxeno (como Aleve o Naprosyn).
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Contents
¿Qué medicamento es bueno para los huesos rotos?
El ibuprofeno favorece la reparación del hueso tras una fractura o una cirugía.
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¿Qué pasa si no se trata a tiempo una fractura?
Una fractura es una grieta o una rotura de un hueso. La mayoría de las fracturas son consecuencia de la fuerza aplicada a un hueso.
Las fracturas suelen ser consecuencia de lesiones o de un uso excesivo. La zona lesionada duele (especialmente cuando se usa), generalmente está hinchada, y puede estar contundida, distorsionada, angulada o fuera de su posición. A veces los médicos pueden diagnosticar las fracturas basándose en los síntomas, las circunstancias causantes de la lesión y los resultados de la exploración clínica, pero por regla general se necesitan radiografías. La mayoría de las fracturas cicatrizan bien y ocasionan pocos problemas, pero el tiempo que tardan en curarse varía, dependiendo de muchos factores, como la edad del paciente, el tipo y la gravedad de la lesión y la presencia de otros trastornos. El tratamiento depende del tipo y la gravedad de la fracturas y puede incluir analgésicos, PRICE (protección, reposo, hielo -ice-, compresión y elevación), maniobras o procedimientos para colocar las piezas dañadas de nuevo en su posición normal (reducción), inmovilización de la parte lesionada (por ejemplo, con un yeso o una férula), y a veces cirugía.
Los huesos forman parte del sistema musculoesquelético, que también incluye los músculos y los tejidos que los conectan (ligamentos, tendones y otros tejidos conjuntivos, llamados tejidos blandos). Estas estructuras proporcionan al cuerpo su forma y su estabilidad, haciendo que pueda moverse.
Los ligamentos (que unen los huesos entre sí) se pueden romper (esguince). Los músculos se pueden romper (roturas fibrilares, distensiones o esguinces musculares). Los tendones (que unen el músculo al hueso) se pueden romper.
Las fracturas (y las demás lesiones musculoesqueléticas) varían mucho tanto en gravedad como en el tipo de tratamiento requerido. Por ejemplo, las fracturas pueden ir desde una fisura pequeña en un hueso del pie, que fácilmente pasa inadvertida, hasta una importante fractura pélvica que pone en peligro la vida.
Una fractura puede romper la piel (denominada fractura abierta) o no (fractura cerrada). Un traumatismo que rompe un hueso también puede dañar seriamente otros tejidos, incluyendo la piel, los nervios, los vasos sanguíneos, los músculos y diversos órganos. Estas lesiones pueden complicar el tratamiento de la fractura y/o causar problemas de forma temporal o permanente.
En la mayoría de los casos las extremidades están fracturadas, pero pueden producirse fracturas en los huesos de cualquier parte del cuerpo, como las siguientes: Cuando la mayoría de los tejidos, como los de la piel, los músculos y los órganos internos se lesionan de forma considerable, se autoreparan mediante el reemplazo del tejido sano por tejido cicatricial.
- El tejido cicatricial suele tener una apariencia diferente de la del tejido normal, o altera de algún modo su funcionalidad.
- En contraste, el hueso se cura (consolida) mediante la formación de tejido óseo.
- Cuando un hueso se regenera después de una fractura, esta suele resultar prácticamente indetectable al cabo de un tiempo.
Incluso huesos que han presentado lesiones muy graves, cuando se tratan adecuadamente, a menudo consolidan y llegan a funcionar con cierta normalidad. Las fracturas se curan en tres etapas superpuestas:
Inflamación Repararación Remodelación
Las células inmunitarias liberan sustancias que atraen más células inmunitarias, aumentan el flujo de sangre a la zona, y hacen que entre más líquido en la zona lesionada. Como resultado, el área alrededor de la fractura se inflama (adquiere una coloración roja, y está hinchada y sensible).
- La etapa inflamatoria alcanza su actividad máxima al cabo de un par de días, pero tarda semanas en desaparecer.
- Este proceso causa la mayor parte del dolor que experimenta al principio la persona que ha sufrido una fractura.
- Durante esta etapa y la etapa de reparación, a menudo es necesario evitar que la parte fracturada del cuerpo se mueva (inmovilización), por ejemplo, con un yeso o una férula.
La etapa de reparación comienza pocos días después de la lesión y puede durar entre semanas y meses. Para reparar la fractura se forma hueso nuevo (denominado callo óseo). Al principio este nuevo tejido óseo, denominado callo externo, no contiene calcio (el mineral que proporciona al hueso su resistencia y densidad).
- Este tejido nuevo es blando y elástico.
- Por lo tanto, se puede dañar con facilidad y puede permitir que la fractura se mueva (se desplace).
- Además, no puede detectarse en las radiografías.
- En la etapa de remodelación, el hueso se destruye, se reconstruye y se restaura hasta una situación similar a la previa.
La remodelación tarda muchos meses. El calcio se deposita en el callo, con lo que aumenta su rigidez y resistencia, y es más fácil de ver en las radiografías, conforme se restablece la forma y estructura del hueso. Durante esta etapa, la persona afectada puede comenzar a usar poco a poco la parte lesionada con normalidad.
Un traumatismo directo, como sucede en caídas o accidentes de tráfico
La gravedad de la fracturas depende en parte de la intensidad del traumatismo. Por ejemplo, una caída desde la propia altura suele causar fracturas menores, pero una caída desde un edificio alto puede causar fracturas graves que afectan a múltiples huesos.
Algunos trastornos pueden debilitar el hueso. Entre estos factores se incluyen los siguientes Las personas con uno de estos trastornos también son más propensas a romperse un hueso, incluso cuando la fuerza ejercida es leve. Este tipo de fracturas se denominan fracturas patológicas. El síntoma más claro de una fractura es La parte lesionada duele, especialmente cuando el sujeto trata de cargar peso o mover la extremidad.
La zona que rodea a la fractura es dolorosa al tacto. Otros síntomas incluyen
Hinchazón Una parte que se ve deformada, doblada o fuera de su posición Hematomas o decoloración Incapacidad para usar la parte lesionada con normalidad Posiblemente pérdida de la sensibilidad (entumecimiento o sensaciones anómalas)
Las fracturas generalmente causan hinchazón, pero ésta puede tardar horas en aparecer y, en algunos tipos de fracturas, es muy leve. Cuando los músculos que rodean la zona lesionada tratan de mantener el hueso fracturado en su posición se pueden producir espasmos musculares, causando un dolor adicional.
Se producen hematomas cuando existe un sangrado por debajo de la piel. La sangre puede provenir de los vasos sanguíneos del hueso fracturado o de los tejidos circundantes. Al principio, el moratón es de color negro violáceo y se va tornando entre verde y amarillo a medida que la sangre se descompone y el organismo la reabsorbe.
Esta puede desplazarse a bastante distancia de la fractura, lo que causa un hematoma de grandes dimensiones o bien un hematoma a cierta distancia de la zona lesionada. La sangre puede tardar semanas en reabsorberse. La sangre acumulada produce dolor temporal y rigidez en las estructuras circundantes.
Por ejemplo, las fracturas del hombro pueden causar moratones en todo el brazo y provocar dolor en el codo y en la muñeca. El dolor, igual que la fractura misma, impiden a menudo que la persona afectada mueva la parte fracturada con normalidad. Debido a que los movimientos de la parte lesionada son dolorosos, el paciente generalmente no quiere realizar movimientos.
Si el paciente no puede hablar (como en niños pequeños o ancianos), la negativa a mover una parte del cuerpo puede ser el único signo de una fractura. Sin embargo, algunas fracturas no impiden a la persona afectada mover la zona lesionada. El hecho de que la zona lesionada pueda moverse no significa que no haya fractura.
- Las fracturas pueden ir acompañadas de otros problemas (complicaciones) u ocasionarlos.
- Sin embargo, las complicaciones graves no son frecuentes.
- El riesgo de complicaciones graves aumenta si la piel se rompe o si se lesionan los vasos sanguíneos o los nervios.
- Algunas complicaciones (como la lesión de los vasos sanguíneos y los nervios, el síndrome compartimental, la embolia grasa, y las infecciones) se producen durante las primeras horas o días después de la lesión.
Otras (como los problemas con las articulaciones y los defectos de consolidación) se desarrollan con el tiempo. Una luxación de cadera o rodilla puede interrumpir el flujo de sangre a la pierna. Por lo tanto, los tejidos de la pierna no pueden obtener sangre suficiente (lo que se denomina isquemia) y pueden morir (lo que se denomina necrosis).
- Si muere suficiente tejido, parte de la pierna puede tener que ser amputada.
- Algunas veces, las fracturas del codo o del húmero pueden interrumpir el flujo sanguíneo al antebrazo, causando problemas similares.
- La interrupción del suministro de sangre puede no causar ningún síntoma hasta varias horas después de la lesión.
A veces los nervios se estiran, se lesionan o se aplastan cuando se fractura un hueso. Un traumatismo directo puede contundir o aplastar un nervio. Estas lesiones suelen curarse por sí mismas a lo largo de semanas, meses o años, en función de la gravedad de la enfermedad.
- Algunas lesiones nerviosas nunca sanan por completo.
- En raras ocasiones, los nervios se rompen, a veces debido a la presencia de fragmentos afilados de hueso.
- Es más fácil que se produzca una laceración nerviosa cuando la piel está rota.
- Los nervios lacerados no sanan por sí solos y pueden necesitar una reparación quirúrgica.
La embolia pulmonar Embolia pulmonar es la complicación grave más frecuentemente asociada a las fracturas graves de la cadera o la pelvis. Se produce cuando tras formarse un coágulo sanguíneo en una vena, éste se desprende (convirtiéndose en un émbolo), alcanza el pulmón y allí bloquea una arteria.
Un traumatismo en la pierna, donde se forman la mayoría de los coágulos que causan la embolia pulmonar Inmovilidad forzada (obligando al paciente a permanecer en cama) durante horas o días, disminuyendo el flujo sanguíneo, lo que favorece la formación de coágulos Inflamación alrededor de la fractura, lo que también disminuye el flujo de sangre en las venas
Alrededor de un tercio de las personas que mueren después de una fractura de cadera lo hacen a causa de una embolia pulmonar. La embolia pulmonar es mucho menos frecuente en las fracturas de la zona inferior de la pierna y muy poco frecuente en las fracturas del brazo.
En raras ocasiones se produce una embolia grasa. Puede ocurrir cuando se fracturan los huesos largos (como el fémur) y se libera la grasa del interior del hueso (médula ósea). La grasa puede desplazarse a través de las venas, alojarse en los pulmones y obstruir allí un vaso sanguíneo, causando una embolia pulmonar Embolia pulmonar,
Como resultado, el organismo no recibe suficiente oxígeno, y el paciente puede presentar una sensación de falta de aire y dolor torácico. La respiración puede llegar a ser rápida y superficial, y la piel puede adquirir un aspecto moteado o un color azul.
- En raras ocasiones, se produce un síndrome compartimental Síndrome compartimental En el síndrome compartimental aumenta la presión en el espacio existente alrededor de ciertos músculos.
- Se produce cuando los músculos lesionados se hinchan tanto que se interrumpe su suministro.
- Obtenga más información,
Por ejemplo, cuando los músculos lesionados se hinchan mucho después de una fractura del brazo o de la pierna. Debido a que la inflamación ejerce presión sobre los vasos sanguíneos cercanos, el flujo de sangre a la extremidad lesionada se reduce o se interrumpe.
Como resultado, los tejidos de la extremidad pueden lesionarse o morir, y el miembro puede tener que ser amputado. Si no se trata con rapidez, el síndrome puede ser mortal. El síndrome compartimental ocurre con mayor frecuencia en personas que presentan determinadas fracturas en la parte inferior de la pierna Fracturas de la pierna Las fracturas de la pierna se producen en uno o más de los tres huesos largos de las piernas: el fémur, la tibia y el peroné (el hueso más pequeño situado en la zona inferior).
(Véase también. obtenga más información, determinadas fracturas del brazo Fracturas del codo Las fracturas del codo pueden afectar a la parte superior del hueso del brazo (húmero) cerca del codo, denominadas fracturas del húmero inferiores (distal), o a uno de los huesos de la parte. obtenga más información o una fractura de Lisfranc Fracturas del pie Las fracturas del pie comprenden las fracturas de los dedos del pie y las fracturas de los huesos del tercio medio del pie ( fracturas metatarsianas), los dos huesos pequeños y redondos que. obtenga más información (un tipo de fractura del pie).
Generalmente es necesaria la fisioterapia para prevenir la rigidez y ayudar a que la articulación se mueva lo más normalmente posible. Suele ser necesario el tratamiento quirúrgico para reparar el cartílago dañado. Después de la cirugía, es menos probable que se produzca una incongruencia articular (un escalón), y si se produce tiende a ser menos grave.
Algunas fracturas pueden hacer que una articulación sea inestable, lo que aumenta el riesgo de lesiones repetidas y artrosis. El tratamiento adecuado, que a menudo incluye un yeso o una férula, puede ayudar a prevenir problemas permanentes. En los adultos, la cirugía para reparar el fémur puede dar como resultado que una pierna sea más larga que la otra.
No se unan los extremos (lo que se denomina seudoartrosis) Los extremos cicatricen muy lentamente (lo que se denomina retardo de consolidación) Cicatricen en una posición incorrecta (lo que se denomina consolidación viciosa)
La probabilidad de que aparezcan estos problemas es mayor cuando
Los huesos fracturados no se mantienen uno junto al otro y no se protegen del movimiento (lo cual indica que no están inmovilizados con un yeso o una férula). El suministro de sangre se interrumpe.
Evaluación médica Radiografías para identificar las fracturas A veces resonancia magnética nuclear o tomografía computarizada
Si una persona cree que se ha fracturado un hueso, debe acudir (o hacer que le lleven) de inmediato a una unidad de emergencias. Las posibles excepciones son algunas lesiones en los dedos de los pies o en las yemas de los dedos de la mano. Se debe llevar al paciente al servicio de urgencias, a menudo en ambulancia, si presenta cualquiera de los siguientes casos:
El problema es evidentemente grave (por ejemplo, si es el resultado de un accidente de tráfico o si el paciente no puede mover la parte del cuerpo afectada). Sufre varias lesiones. Tiene síntomas de presentar alguna complicación, por ejemplo, pérdida de sensibilidad en la parte del cuerpo afectada, incapacidad para mover con normalidad la parte afectada, piel fría o azulada, o pérdida de fuerza en la parte afectada. No puede apoyarse sobre la extremidad afectada. Inestabilidad de la articulación lesionada.
Si las lesiones son el resultado de un accidente grave, la primera prioridad del médico es Por ejemplo, el médico hace lo siguiente:
Mide la presión arterial: la presión arterial es baja en personas que han perdido mucha sangre. Comprueba los pulsos y el color y la temperatura de la piel: los pulsos ausentes o débiles y la piel pálida y fría pueden indicar que el flujo sanguíneo está interrumpido. Estos síntomas pueden significar que una arteria está dañada o que se ha producido un síndrome compartimental. Comprueba la sensibilidad de la piel para determinar si la persona afectada puede sentir con normalidad: el médico pregunta al paciente si nota sensaciones anómalas, como una sensación de pinchazos, hormigueo o entumecimiento. Las sensaciones anómalas sugieren una lesión nerviosa.
Si alguna de estas lesiones y complicaciones están presentes, el médico las trata según sea necesario, y luego continúa con la evaluación. El médico pide a la persona afectada (o a alguien que presenciara la situación) que describa lo que pasó. A menudo, el paciente no recuerda cómo se produjo una lesión o no lo puede describir con precisión.
- Saber cómo tuvo lugar la lesión puede ayudar al médico a determinar de qué tipo de lesión se trata.
- Por ejemplo, si el paciente comenta que se produjo un chasquido o un estallido, la causa puede ser una fractura (o una lesión de un ligamento o de un tendón).
- Además, el médico pregunta en qué dirección se forzó la articulación en el momento de la lesión.
Esta información ayuda al médico a determinar qué huesos y demás estructuras están afectados. El médico también pregunta cuándo ha comenzado el dolor y cuál es su intensidad:
Si se inicia inmediatamente después de la lesión, la causa puede ser una fractura o un esguince severo. Si el dolor comenzó horas a días después, la lesión suele ser menor. Si el dolor es más intenso de lo esperado para el traumatismo o si empeora de forma progresiva durante las primeras horas después de la lesión, se puede haber desarrollado un síndrome compartimental o puede haberse interrumpido el flujo sanguíneo.
La exploración física incluye los siguientes aspectos (en orden de prioridad):
Comprobar la existencia o no de una lesión de los vasos sanguíneos próximos a la zona lesionada, comprobando por ejemplo el pulso, la temperatura y el color de la piel Comprobar la presencia de lesiones en los nervios (por ejemplo, explorando la sensibilidad) próximos a la zona lesionada Examinar y mover la parte lesionada Explorar las articulaciones situadas por encima y por debajo de la parte lesionada
El médico palpa con cuidado la zona lesionada para determinar si los huesos se han astillado, si se han desplazado de su lugar habitual y si la zona es dolorosa al tacto. El médico también comprueba si hay inflamación y hematomas. Si no aparece hinchazón dentro las primeras horas posteriores a la lesión, la fractura es poco probable.
- Los médicos también preguntan al paciente si puede utilizar, apoyar y mover la parte lesionada.
- El médico comprueba la estabilidad articular moviendo suavemente la articulación, pero si existe la posibilidad de que exista una fractura, solicita en primer lugar radiografías para determinar si es seguro mover la articulación.
El médico comprueba si existe crepitación cuando se mueve la parte lesionada. Estos sonidos pueden indicar una fractura. El médico también comprueba las articulaciones localizadas por encima y por debajo de la articulación lesionada y busca la presencia de lesiones en los ligamentos, los tendones y los músculos.
- Si el dolor o los espasmos musculares interfieren con el examen, se puede administrar al paciente un calmante y/o un relajante muscular por vía oral o mediante una inyección, o bien se le puede inyectar un anestésico local en la zona lesionada.
- También se puede inmovilizar la parte lesionada hasta que los espasmos se detengan, generalmente durante unos días, y luego examinarla.
Las pruebas de diagnóstico por la imagen utilizadas para el diagnóstico de las fracturas son
Radiografías Resonancia magnética nuclear (RMN) Tomografía computarizada (TC)
Las radiografías son la prueba más importante para diagnosticar una fractura, y en muchas ocasiones la primera y la única prueba que se lleva a cabo para alcanzar el diagnóstico. Sin embargo, las radiografías no siempre son necesarias, en función de la parte del cuerpo afectada y el diagnóstico supuesto por el médico.
- Por ejemplo, si la parte del cuerpo lesionada (como los dedos de los pies, con excepción del dedo gordo) se tratara de la misma manera, independientemente de si está o no fracturada, por lo general no son necesarias las radiografías.
- Suelen tomarse radiografías desde dos ángulos distintos como mínimo, para mostrar cómo están alineados los fragmentos del hueso.
Las radiografías de rutina pueden no mostrar pequeñas fracturas cuando los fragmentos óseos permanecen en su posición (es decir, cuando los fragmentos no se separan). Estas fracturas se denominan fracturas ocultas. Así que a veces se obtienen radiografías adicionales desde diferentes ángulos.
De vez en cuando, el médico espera varios días o incluso semanas para hacer nuevas radiografías, porque algunas fracturas ocultas, como las fracturas costales Fracturas de las costillas Una fractura de costilla es una grieta o una rotura de los huesos que encierran el tórax. Las fracturas de las costillas causan un dolor intenso, en especial cuando la persona afectada realiza.
obtenga más información, las fracturas por fatiga Fracturas del pie por fatiga Las fracturas por fatiga son fracturas (roturas) pequeñas e incompletas de los huesos debidas a tensiones repetidas más que a una lesión concreta. (Véase también Introducción a las lesiones. obtenga más información y las fracturas del escafoides Fracturas del escafoides Las fracturas de muñeca pueden implicar al extremo inferior de uno o de ambos huesos del antebrazo (cúbito o radio) o, con menos frecuencia, a un hueso de la base de la mano.
La muñeca está. obtenga más información (el hueso de la muñeca), se hacen visibles en las radiografías sólo después de que la fractura ha comenzado a consolidar y se deposita calcio en el hueso nuevo. Si las radiografías muestran una fractura en un hueso que parece anómala (por ejemplo, si algunas zonas del hueso aparecen adelgazadas), probablemente la fractura se produjo debido a una enfermedad (como la osteoporosis) que debilita el hueso.
Pueden realizarse una TC o una RMN cuando
Los resultados del examen sugieren una fractura pero las radiografías no la ponen de manifiesto. El especialista necesita radiografías más detalladas de la fractura para determinar la mejor forma de tratamiento.
La TC y la RMN también pueden utilizarse para obtener detalles de una fractura que no podrían detectarse mediante una radiografía convencional. La TC muestra los detalles sutiles en la superficie de una articulación fracturada y zonas de una fractura oculta por una zona ósea no dañada.
La TC y la RMN en particular pueden mostrar las partes blandas, que generalmente no son visibles en las radiografías. La RMN muestra los tejidos situados alrededor del hueso, lo que ayuda a detectar lesiones en los tendones, los ligamentos, los cartílagos y los músculos circundantes. Puede mostrar alteraciones causadas por un cáncer.
La RMN también puede revelar lesiones (hinchazón o hematomas) en el interior del hueso y de esa forma mostrar pequeñas fracturas visibles antes de que puedan detectarse en las radiografías. Se pueden realizar otras pruebas para comprobar la presencia de lesiones relacionadas: Las pruebas de diagnóstico por la imagen permiten a los médicos identificar el tipo de fractura y describirlo con precisión.
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¿Cuando hay fractura hay inflamación?
Una fractura es una grieta o una rotura de un hueso. La mayoría de las fracturas son consecuencia de la fuerza aplicada a un hueso.
Las fracturas suelen ser consecuencia de lesiones o de un uso excesivo. La zona lesionada duele (especialmente cuando se usa), generalmente está hinchada, y puede estar contundida, distorsionada, angulada o fuera de su posición. A veces los médicos pueden diagnosticar las fracturas basándose en los síntomas, las circunstancias causantes de la lesión y los resultados de la exploración clínica, pero por regla general se necesitan radiografías. La mayoría de las fracturas cicatrizan bien y ocasionan pocos problemas, pero el tiempo que tardan en curarse varía, dependiendo de muchos factores, como la edad del paciente, el tipo y la gravedad de la lesión y la presencia de otros trastornos. El tratamiento depende del tipo y la gravedad de la fracturas y puede incluir analgésicos, PRICE (protección, reposo, hielo -ice-, compresión y elevación), maniobras o procedimientos para colocar las piezas dañadas de nuevo en su posición normal (reducción), inmovilización de la parte lesionada (por ejemplo, con un yeso o una férula), y a veces cirugía.
Los huesos forman parte del sistema musculoesquelético, que también incluye los músculos y los tejidos que los conectan (ligamentos, tendones y otros tejidos conjuntivos, llamados tejidos blandos). Estas estructuras proporcionan al cuerpo su forma y su estabilidad, haciendo que pueda moverse.
Los ligamentos (que unen los huesos entre sí) se pueden romper (esguince). Los músculos se pueden romper (roturas fibrilares, distensiones o esguinces musculares). Los tendones (que unen el músculo al hueso) se pueden romper.
Las fracturas (y las demás lesiones musculoesqueléticas) varían mucho tanto en gravedad como en el tipo de tratamiento requerido. Por ejemplo, las fracturas pueden ir desde una fisura pequeña en un hueso del pie, que fácilmente pasa inadvertida, hasta una importante fractura pélvica que pone en peligro la vida.
Una fractura puede romper la piel (denominada fractura abierta) o no (fractura cerrada). Un traumatismo que rompe un hueso también puede dañar seriamente otros tejidos, incluyendo la piel, los nervios, los vasos sanguíneos, los músculos y diversos órganos. Estas lesiones pueden complicar el tratamiento de la fractura y/o causar problemas de forma temporal o permanente.
En la mayoría de los casos las extremidades están fracturadas, pero pueden producirse fracturas en los huesos de cualquier parte del cuerpo, como las siguientes: Cuando la mayoría de los tejidos, como los de la piel, los músculos y los órganos internos se lesionan de forma considerable, se autoreparan mediante el reemplazo del tejido sano por tejido cicatricial.
- El tejido cicatricial suele tener una apariencia diferente de la del tejido normal, o altera de algún modo su funcionalidad.
- En contraste, el hueso se cura (consolida) mediante la formación de tejido óseo.
- Cuando un hueso se regenera después de una fractura, esta suele resultar prácticamente indetectable al cabo de un tiempo.
Incluso huesos que han presentado lesiones muy graves, cuando se tratan adecuadamente, a menudo consolidan y llegan a funcionar con cierta normalidad. Las fracturas se curan en tres etapas superpuestas:
Inflamación Repararación Remodelación
Las células inmunitarias liberan sustancias que atraen más células inmunitarias, aumentan el flujo de sangre a la zona, y hacen que entre más líquido en la zona lesionada. Como resultado, el área alrededor de la fractura se inflama (adquiere una coloración roja, y está hinchada y sensible).
La etapa inflamatoria alcanza su actividad máxima al cabo de un par de días, pero tarda semanas en desaparecer. Este proceso causa la mayor parte del dolor que experimenta al principio la persona que ha sufrido una fractura. Durante esta etapa y la etapa de reparación, a menudo es necesario evitar que la parte fracturada del cuerpo se mueva (inmovilización), por ejemplo, con un yeso o una férula.
La etapa de reparación comienza pocos días después de la lesión y puede durar entre semanas y meses. Para reparar la fractura se forma hueso nuevo (denominado callo óseo). Al principio este nuevo tejido óseo, denominado callo externo, no contiene calcio (el mineral que proporciona al hueso su resistencia y densidad).
- Este tejido nuevo es blando y elástico.
- Por lo tanto, se puede dañar con facilidad y puede permitir que la fractura se mueva (se desplace).
- Además, no puede detectarse en las radiografías.
- En la etapa de remodelación, el hueso se destruye, se reconstruye y se restaura hasta una situación similar a la previa.
La remodelación tarda muchos meses. El calcio se deposita en el callo, con lo que aumenta su rigidez y resistencia, y es más fácil de ver en las radiografías, conforme se restablece la forma y estructura del hueso. Durante esta etapa, la persona afectada puede comenzar a usar poco a poco la parte lesionada con normalidad.
Un traumatismo directo, como sucede en caídas o accidentes de tráfico
La gravedad de la fracturas depende en parte de la intensidad del traumatismo. Por ejemplo, una caída desde la propia altura suele causar fracturas menores, pero una caída desde un edificio alto puede causar fracturas graves que afectan a múltiples huesos.
Algunos trastornos pueden debilitar el hueso. Entre estos factores se incluyen los siguientes Las personas con uno de estos trastornos también son más propensas a romperse un hueso, incluso cuando la fuerza ejercida es leve. Este tipo de fracturas se denominan fracturas patológicas. El síntoma más claro de una fractura es La parte lesionada duele, especialmente cuando el sujeto trata de cargar peso o mover la extremidad.
La zona que rodea a la fractura es dolorosa al tacto. Otros síntomas incluyen
Hinchazón Una parte que se ve deformada, doblada o fuera de su posición Hematomas o decoloración Incapacidad para usar la parte lesionada con normalidad Posiblemente pérdida de la sensibilidad (entumecimiento o sensaciones anómalas)
Las fracturas generalmente causan hinchazón, pero ésta puede tardar horas en aparecer y, en algunos tipos de fracturas, es muy leve. Cuando los músculos que rodean la zona lesionada tratan de mantener el hueso fracturado en su posición se pueden producir espasmos musculares, causando un dolor adicional.
- Se producen hematomas cuando existe un sangrado por debajo de la piel.
- La sangre puede provenir de los vasos sanguíneos del hueso fracturado o de los tejidos circundantes.
- Al principio, el moratón es de color negro violáceo y se va tornando entre verde y amarillo a medida que la sangre se descompone y el organismo la reabsorbe.
Esta puede desplazarse a bastante distancia de la fractura, lo que causa un hematoma de grandes dimensiones o bien un hematoma a cierta distancia de la zona lesionada. La sangre puede tardar semanas en reabsorberse. La sangre acumulada produce dolor temporal y rigidez en las estructuras circundantes.
- Por ejemplo, las fracturas del hombro pueden causar moratones en todo el brazo y provocar dolor en el codo y en la muñeca.
- El dolor, igual que la fractura misma, impiden a menudo que la persona afectada mueva la parte fracturada con normalidad.
- Debido a que los movimientos de la parte lesionada son dolorosos, el paciente generalmente no quiere realizar movimientos.
Si el paciente no puede hablar (como en niños pequeños o ancianos), la negativa a mover una parte del cuerpo puede ser el único signo de una fractura. Sin embargo, algunas fracturas no impiden a la persona afectada mover la zona lesionada. El hecho de que la zona lesionada pueda moverse no significa que no haya fractura.
Las fracturas pueden ir acompañadas de otros problemas (complicaciones) u ocasionarlos. Sin embargo, las complicaciones graves no son frecuentes. El riesgo de complicaciones graves aumenta si la piel se rompe o si se lesionan los vasos sanguíneos o los nervios. Algunas complicaciones (como la lesión de los vasos sanguíneos y los nervios, el síndrome compartimental, la embolia grasa, y las infecciones) se producen durante las primeras horas o días después de la lesión.
Otras (como los problemas con las articulaciones y los defectos de consolidación) se desarrollan con el tiempo. Una luxación de cadera o rodilla puede interrumpir el flujo de sangre a la pierna. Por lo tanto, los tejidos de la pierna no pueden obtener sangre suficiente (lo que se denomina isquemia) y pueden morir (lo que se denomina necrosis).
Si muere suficiente tejido, parte de la pierna puede tener que ser amputada. Algunas veces, las fracturas del codo o del húmero pueden interrumpir el flujo sanguíneo al antebrazo, causando problemas similares. La interrupción del suministro de sangre puede no causar ningún síntoma hasta varias horas después de la lesión.
A veces los nervios se estiran, se lesionan o se aplastan cuando se fractura un hueso. Un traumatismo directo puede contundir o aplastar un nervio. Estas lesiones suelen curarse por sí mismas a lo largo de semanas, meses o años, en función de la gravedad de la enfermedad.
Algunas lesiones nerviosas nunca sanan por completo. En raras ocasiones, los nervios se rompen, a veces debido a la presencia de fragmentos afilados de hueso. Es más fácil que se produzca una laceración nerviosa cuando la piel está rota. Los nervios lacerados no sanan por sí solos y pueden necesitar una reparación quirúrgica.
La embolia pulmonar Embolia pulmonar es la complicación grave más frecuentemente asociada a las fracturas graves de la cadera o la pelvis. Se produce cuando tras formarse un coágulo sanguíneo en una vena, éste se desprende (convirtiéndose en un émbolo), alcanza el pulmón y allí bloquea una arteria.
Un traumatismo en la pierna, donde se forman la mayoría de los coágulos que causan la embolia pulmonar Inmovilidad forzada (obligando al paciente a permanecer en cama) durante horas o días, disminuyendo el flujo sanguíneo, lo que favorece la formación de coágulos Inflamación alrededor de la fractura, lo que también disminuye el flujo de sangre en las venas
Alrededor de un tercio de las personas que mueren después de una fractura de cadera lo hacen a causa de una embolia pulmonar. La embolia pulmonar es mucho menos frecuente en las fracturas de la zona inferior de la pierna y muy poco frecuente en las fracturas del brazo.
- En raras ocasiones se produce una embolia grasa.
- Puede ocurrir cuando se fracturan los huesos largos (como el fémur) y se libera la grasa del interior del hueso (médula ósea).
- La grasa puede desplazarse a través de las venas, alojarse en los pulmones y obstruir allí un vaso sanguíneo, causando una embolia pulmonar Embolia pulmonar,
Como resultado, el organismo no recibe suficiente oxígeno, y el paciente puede presentar una sensación de falta de aire y dolor torácico. La respiración puede llegar a ser rápida y superficial, y la piel puede adquirir un aspecto moteado o un color azul.
- En raras ocasiones, se produce un síndrome compartimental Síndrome compartimental En el síndrome compartimental aumenta la presión en el espacio existente alrededor de ciertos músculos.
- Se produce cuando los músculos lesionados se hinchan tanto que se interrumpe su suministro.
- Obtenga más información,
Por ejemplo, cuando los músculos lesionados se hinchan mucho después de una fractura del brazo o de la pierna. Debido a que la inflamación ejerce presión sobre los vasos sanguíneos cercanos, el flujo de sangre a la extremidad lesionada se reduce o se interrumpe.
- Como resultado, los tejidos de la extremidad pueden lesionarse o morir, y el miembro puede tener que ser amputado.
- Si no se trata con rapidez, el síndrome puede ser mortal.
- El síndrome compartimental ocurre con mayor frecuencia en personas que presentan determinadas fracturas en la parte inferior de la pierna Fracturas de la pierna Las fracturas de la pierna se producen en uno o más de los tres huesos largos de las piernas: el fémur, la tibia y el peroné (el hueso más pequeño situado en la zona inferior).
(Véase también. obtenga más información, determinadas fracturas del brazo Fracturas del codo Las fracturas del codo pueden afectar a la parte superior del hueso del brazo (húmero) cerca del codo, denominadas fracturas del húmero inferiores (distal), o a uno de los huesos de la parte. obtenga más información o una fractura de Lisfranc Fracturas del pie Las fracturas del pie comprenden las fracturas de los dedos del pie y las fracturas de los huesos del tercio medio del pie ( fracturas metatarsianas), los dos huesos pequeños y redondos que. obtenga más información (un tipo de fractura del pie).
- Generalmente es necesaria la fisioterapia para prevenir la rigidez y ayudar a que la articulación se mueva lo más normalmente posible.
- Suele ser necesario el tratamiento quirúrgico para reparar el cartílago dañado.
- Después de la cirugía, es menos probable que se produzca una incongruencia articular (un escalón), y si se produce tiende a ser menos grave.
Algunas fracturas pueden hacer que una articulación sea inestable, lo que aumenta el riesgo de lesiones repetidas y artrosis. El tratamiento adecuado, que a menudo incluye un yeso o una férula, puede ayudar a prevenir problemas permanentes. En los adultos, la cirugía para reparar el fémur puede dar como resultado que una pierna sea más larga que la otra.
No se unan los extremos (lo que se denomina seudoartrosis) Los extremos cicatricen muy lentamente (lo que se denomina retardo de consolidación) Cicatricen en una posición incorrecta (lo que se denomina consolidación viciosa)
La probabilidad de que aparezcan estos problemas es mayor cuando
Los huesos fracturados no se mantienen uno junto al otro y no se protegen del movimiento (lo cual indica que no están inmovilizados con un yeso o una férula). El suministro de sangre se interrumpe.
Evaluación médica Radiografías para identificar las fracturas A veces resonancia magnética nuclear o tomografía computarizada
Si una persona cree que se ha fracturado un hueso, debe acudir (o hacer que le lleven) de inmediato a una unidad de emergencias. Las posibles excepciones son algunas lesiones en los dedos de los pies o en las yemas de los dedos de la mano. Se debe llevar al paciente al servicio de urgencias, a menudo en ambulancia, si presenta cualquiera de los siguientes casos:
El problema es evidentemente grave (por ejemplo, si es el resultado de un accidente de tráfico o si el paciente no puede mover la parte del cuerpo afectada). Sufre varias lesiones. Tiene síntomas de presentar alguna complicación, por ejemplo, pérdida de sensibilidad en la parte del cuerpo afectada, incapacidad para mover con normalidad la parte afectada, piel fría o azulada, o pérdida de fuerza en la parte afectada. No puede apoyarse sobre la extremidad afectada. Inestabilidad de la articulación lesionada.
Si las lesiones son el resultado de un accidente grave, la primera prioridad del médico es Por ejemplo, el médico hace lo siguiente:
Mide la presión arterial: la presión arterial es baja en personas que han perdido mucha sangre. Comprueba los pulsos y el color y la temperatura de la piel: los pulsos ausentes o débiles y la piel pálida y fría pueden indicar que el flujo sanguíneo está interrumpido. Estos síntomas pueden significar que una arteria está dañada o que se ha producido un síndrome compartimental. Comprueba la sensibilidad de la piel para determinar si la persona afectada puede sentir con normalidad: el médico pregunta al paciente si nota sensaciones anómalas, como una sensación de pinchazos, hormigueo o entumecimiento. Las sensaciones anómalas sugieren una lesión nerviosa.
Si alguna de estas lesiones y complicaciones están presentes, el médico las trata según sea necesario, y luego continúa con la evaluación. El médico pide a la persona afectada (o a alguien que presenciara la situación) que describa lo que pasó. A menudo, el paciente no recuerda cómo se produjo una lesión o no lo puede describir con precisión.
Saber cómo tuvo lugar la lesión puede ayudar al médico a determinar de qué tipo de lesión se trata. Por ejemplo, si el paciente comenta que se produjo un chasquido o un estallido, la causa puede ser una fractura (o una lesión de un ligamento o de un tendón). Además, el médico pregunta en qué dirección se forzó la articulación en el momento de la lesión.
Esta información ayuda al médico a determinar qué huesos y demás estructuras están afectados. El médico también pregunta cuándo ha comenzado el dolor y cuál es su intensidad:
Si se inicia inmediatamente después de la lesión, la causa puede ser una fractura o un esguince severo. Si el dolor comenzó horas a días después, la lesión suele ser menor. Si el dolor es más intenso de lo esperado para el traumatismo o si empeora de forma progresiva durante las primeras horas después de la lesión, se puede haber desarrollado un síndrome compartimental o puede haberse interrumpido el flujo sanguíneo.
La exploración física incluye los siguientes aspectos (en orden de prioridad):
Comprobar la existencia o no de una lesión de los vasos sanguíneos próximos a la zona lesionada, comprobando por ejemplo el pulso, la temperatura y el color de la piel Comprobar la presencia de lesiones en los nervios (por ejemplo, explorando la sensibilidad) próximos a la zona lesionada Examinar y mover la parte lesionada Explorar las articulaciones situadas por encima y por debajo de la parte lesionada
El médico palpa con cuidado la zona lesionada para determinar si los huesos se han astillado, si se han desplazado de su lugar habitual y si la zona es dolorosa al tacto. El médico también comprueba si hay inflamación y hematomas. Si no aparece hinchazón dentro las primeras horas posteriores a la lesión, la fractura es poco probable.
Los médicos también preguntan al paciente si puede utilizar, apoyar y mover la parte lesionada. El médico comprueba la estabilidad articular moviendo suavemente la articulación, pero si existe la posibilidad de que exista una fractura, solicita en primer lugar radiografías para determinar si es seguro mover la articulación.
El médico comprueba si existe crepitación cuando se mueve la parte lesionada. Estos sonidos pueden indicar una fractura. El médico también comprueba las articulaciones localizadas por encima y por debajo de la articulación lesionada y busca la presencia de lesiones en los ligamentos, los tendones y los músculos.
Si el dolor o los espasmos musculares interfieren con el examen, se puede administrar al paciente un calmante y/o un relajante muscular por vía oral o mediante una inyección, o bien se le puede inyectar un anestésico local en la zona lesionada. También se puede inmovilizar la parte lesionada hasta que los espasmos se detengan, generalmente durante unos días, y luego examinarla.
Las pruebas de diagnóstico por la imagen utilizadas para el diagnóstico de las fracturas son
Radiografías Resonancia magnética nuclear (RMN) Tomografía computarizada (TC)
Las radiografías son la prueba más importante para diagnosticar una fractura, y en muchas ocasiones la primera y la única prueba que se lleva a cabo para alcanzar el diagnóstico. Sin embargo, las radiografías no siempre son necesarias, en función de la parte del cuerpo afectada y el diagnóstico supuesto por el médico.
Por ejemplo, si la parte del cuerpo lesionada (como los dedos de los pies, con excepción del dedo gordo) se tratara de la misma manera, independientemente de si está o no fracturada, por lo general no son necesarias las radiografías. Suelen tomarse radiografías desde dos ángulos distintos como mínimo, para mostrar cómo están alineados los fragmentos del hueso.
Las radiografías de rutina pueden no mostrar pequeñas fracturas cuando los fragmentos óseos permanecen en su posición (es decir, cuando los fragmentos no se separan). Estas fracturas se denominan fracturas ocultas. Así que a veces se obtienen radiografías adicionales desde diferentes ángulos.
De vez en cuando, el médico espera varios días o incluso semanas para hacer nuevas radiografías, porque algunas fracturas ocultas, como las fracturas costales Fracturas de las costillas Una fractura de costilla es una grieta o una rotura de los huesos que encierran el tórax. Las fracturas de las costillas causan un dolor intenso, en especial cuando la persona afectada realiza.
obtenga más información, las fracturas por fatiga Fracturas del pie por fatiga Las fracturas por fatiga son fracturas (roturas) pequeñas e incompletas de los huesos debidas a tensiones repetidas más que a una lesión concreta. (Véase también Introducción a las lesiones. obtenga más información y las fracturas del escafoides Fracturas del escafoides Las fracturas de muñeca pueden implicar al extremo inferior de uno o de ambos huesos del antebrazo (cúbito o radio) o, con menos frecuencia, a un hueso de la base de la mano.
- La muñeca está.
- Obtenga más información (el hueso de la muñeca), se hacen visibles en las radiografías sólo después de que la fractura ha comenzado a consolidar y se deposita calcio en el hueso nuevo.
- Si las radiografías muestran una fractura en un hueso que parece anómala (por ejemplo, si algunas zonas del hueso aparecen adelgazadas), probablemente la fractura se produjo debido a una enfermedad (como la osteoporosis) que debilita el hueso.
Pueden realizarse una TC o una RMN cuando
Los resultados del examen sugieren una fractura pero las radiografías no la ponen de manifiesto. El especialista necesita radiografías más detalladas de la fractura para determinar la mejor forma de tratamiento.
La TC y la RMN también pueden utilizarse para obtener detalles de una fractura que no podrían detectarse mediante una radiografía convencional. La TC muestra los detalles sutiles en la superficie de una articulación fracturada y zonas de una fractura oculta por una zona ósea no dañada.
- La TC y la RMN en particular pueden mostrar las partes blandas, que generalmente no son visibles en las radiografías.
- La RMN muestra los tejidos situados alrededor del hueso, lo que ayuda a detectar lesiones en los tendones, los ligamentos, los cartílagos y los músculos circundantes.
- Puede mostrar alteraciones causadas por un cáncer.
La RMN también puede revelar lesiones (hinchazón o hematomas) en el interior del hueso y de esa forma mostrar pequeñas fracturas visibles antes de que puedan detectarse en las radiografías. Se pueden realizar otras pruebas para comprobar la presencia de lesiones relacionadas: Las pruebas de diagnóstico por la imagen permiten a los médicos identificar el tipo de fractura y describirlo con precisión.
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¿Cuando hay fractura hay dolor?
Los síntomas de una fractura son: Dolor intenso. Deformidad: La extremidad se ve fuera de lugar. Hinchazón, hematomas o dolor alrededor de la herida.
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¿Cuánto días puede estar una fractura sin operar?
¿Cuánto Se Tarda la Curación del Hueso? – La curación de los huesos es un proceso complejo. La velocidad y el éxito difieren entre individuos. El tiempo requerido para la curación de un hueso puede ser afectado por muchos factores, incluyendo el tipo de fractura y la edad del paciente, afecciones médicas subyacentes, y el status de nutrición.
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¿Qué es mejor para los huesos el calcio o el magnesio?
Calcio y magnesio, mejor juntos – El magnesio es otro mineral fundamental para la salud ósea, ya que no sólo ayuda a la absorción y metabolización del calcio, sino también de la vitamina D, convirtiéndola en su forma activa y ayudando así a la asimilación de este mineral.
- Espinacas
- Almendras
- Semillas de sésamo
- Productos lácteos
- Pescados como el salmón, las sardinas o el atún
¿Qué planta es buena para soldar huesos?
El helecho real, un secreto bien guardado En las zonas rurales del norte de España se conocen bien las propiedades curativas del helecho real, entre las que destacan sus aplicaciones para la soldadura de huesos y para problemas de articulaciones. Se consume con el extracto de su raíz en vino blanco, y el éxito de sus propiedades curativas y la popularidad de su recolección ha hecho que los recolectores de estas regiones tomen medidas preventivas contra su sobre-explotación, como no compartir información sobre las localidades donde crece o cultivarlo en huertos domésticos para tener bajo control el acceso a esta planta.
- El helecho real, o ajo de antojil ( Osmunda regalis ) es un remedio popular muy valorado en Cantabria.
- También se usa en Asturias y otras regiones del norte de España.
- Al contrario que muchos otros remedios tradicionales, su uso no se ha abandonado y muchos prefieren este remedio a la medicina convencional.
La parte central de su “raíz” (rizoma) se macera en vino blanco. Este vino de antojil se toma principalmente para ayudar a soldar roturas, trastornos de las articulaciones y dolores reumáticos. Lo consumen sobre todo los hombres, principalmente deportistas y personas mayores.
- Las mujeres embarazadas deben evitarlo, pues se considera que es abortivo.
- Su consumo no está reducido a las áreas rurales, pues se sigue empleado en pueblos grandes y ciudades.
- Dada la demanda de este remedio popular, existe un comercio a pequeña escala.
- Puede conseguirse en algunos mercadillos o directamente del que lo elabora.
Más de la mitad de los 50 adultos entrevistados (54%) sólo conocían algunos usos medicinales de la plantas, mientras que el resto de los informantes (46%) eran o habían sido consumidores, recolectores o vendedores (22% consumidores-recolectores, 6% consumidores- no recolectores, 4% vendedores-recolectores y 14% vendedores-no recolectores).
La gente de los pueblos recolecta el helecho para autoconsumo. Muchos de ellos mostraron preocupación pues al no ser demasiado abundante en la zona, la creciente demanda puede conllevar su sobreexplotación. De hecho se han desarrollado estrategias para contribuir a su conservación como no compartir información sobre las localidades donde crece, cultivar el helecho en los huertos domésticos o recoger sólo parte del rizoma para no matar a la planta de tal modo que pueda regenerase.
El problema es que no todas las personas ligadas al circuito de explotación del helecho (recolectores, consumidores y vendedores) conocen la problemática ligada a su conservación ni respetan los métodos de extracción selectiva que favorecerían su conservación.
Son necesarios estudios que midan y valoren el efecto que la recolección está teniendo sobre las poblaciones de este helecho, para evaluar qué cantidad puede recolectarse de forma sostenible. Si la demanda de antojil crece, será necesario cultivar la planta para evitar la sobreexplotación de las poblaciones silvestres.
Antes de regular la recolección de la planta, es imprescindible tener en cuenta los conocimientos, intereses y valores de la gente. Solo así se interiorizarán este tipo de normativas ambientales y serán efectivas. “Local Knowledge and Management of the Royal Fern (Osmunda regalis L.) in Northern Spain: Implications for Biodiversity Conservation”.
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