Que Es El Dolor Postraumatico?
Maela Chamorro
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Trastorno de estrés postraumático | TEPT | MedlinePlus en español Usted esta aquí: https://medlineplus.gov/spanish/posttraumaticstressdisorder.html El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una afección de salud mental que algunas personas desarrollan tras experimentar o ver algún evento traumático.
- Este episodio puede poner en peligro la vida, como la guerra, un, un accidente automovilístico o una,
- Pero a veces el evento no es necesariamente peligroso.
- Por ejemplo, la muerte repentina e inesperada de un ser querido también puede causar TEPT.
- Es normal sentir miedo durante y después de una situación traumática.
El miedo desencadena una respuesta de “lucha o huida”. Esta es la forma en que el cuerpo busca protegerse de posibles peligros. Causa cambios en el cuerpo, como la liberación de ciertas hormonas y aumenta el estado de alerta, la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la respiración.
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Contents
- 0.1 ¿Cómo se comporta una persona con estrés postraumático?
- 0.2 ¿Cómo tratar el sindrome postraumatico?
- 1 ¿Cuánto tiempo dura el estrés postraumático?
- 2 ¿Cuándo se descubre el estrés postraumático?
- 3 ¿Cómo evaluar el trastorno de estrés postraumático?
- 4 ¿Cuáles son las consecuencias de un trauma?
- 5 ¿Cómo se manifiesta el estrés en el cuerpo?
¿Cómo se comporta una persona con estrés postraumático?
Trastorno por estrés postraumático Puede que todos los niños pasen por situaciones muy estresantes que afecten la manera en que piensan y sienten. La mayoría de las veces, los niños se recuperan bien y con rapidez. Sin embargo, a veces, los niños que pasan por una situación de estrés intenso —como en casos de lesiones, muerte o posible muerte de un familiar o amigo cercano, o violencia— se verán afectados a largo plazo.
- El niño podría sufrir este trauma en forma directa o podría ser testigo de algo que le suceda a otra persona.
- Cuando el niño presenta síntomas a largo plazo (que duran más de un mes) a causa de ese estrés, que lo hacen sentirse mal o interfieren con sus relaciones y actividades, puede que reciba el diagnóstico de trastorno por estrés postraumático (TEPT).
Ejemplos de síntomas de trastorno por estrés postraumático incluyen los siguientes:
Revivir la situación una y otra vez con el pensamiento o en el juego. Tener pesadillas y problemas para dormir. Sentirse muy mal cuando algo recuerda la situación. Falta de emociones positivas. Sentir miedo o tristeza en forma continua y de manera intensa. Irritabilidad y ataques de rabia. Buscar en forma constante posibles amenazas; asustarse fácilmente. Mostrarse indefenso, con desesperanza o retraimiento. Negar que sucedió la situación o no mostrar sentimientos. Evitar lugares o personas asociados a la situación.
Ejemplos de situaciones que podrían causar trastorno por estrés postraumático incluyen las siguientes:
Maltrato físico, sexual o emocional. Ser víctima o testigo de violencia o de un delito. Enfermedad grave o muerte de un familiar o amigo cercano. Desastres naturales o provocados por los seres humanos. Accidentes automovilísticos graves.
¿Cómo tratar el sindrome postraumatico?
Los principales tratamientos para el trastorno de estrés postraumático son los medicamentos y la psicoterapia (terapia de conversación) con profesionales de la salud. La terapia de conversación enseña formas de lidiar con situaciones, pensamientos y recuerdos aterradores que desencadenan los síntomas.
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¿Cuánto tiempo dura el estrés postraumático?
Diferencias entre Trastorno de estrés agudo y Trastorno de estrés postraumático – Tanto el Trastorno de estrés agudo como el Trastorno de estrés postraumático son diagnósticos psiquiátricos englobados en la categoría de Trastornos relacionados con traumas y factores de estrés,
- Ambos trastornos presentan síntomas muy similares y la principal diferencia entre estrés agudo y estrés postraumático es la duración de los síntomas.
- El Trastorno de estrés agudo tiene una duración de tres días a un mes y, generalmente, los síntomas comienzan inmediatamente después del trauma.
- Sin embargo, en el Trastorno de estrés postraumático los síntomas tienen que durar más de un mes y pueden comenzar hasta meses después del trauma.
” La diferencia entre el trastorno de estrés agudo y postraumático es la duración de los síntomas. ” Muchos pacientes son diagnosticados en primer lugar de Trastorno de estrés agudo cuando el acontecimiento traumático ha sido muy reciente y los síntomas han estado presentes menos de un mes.
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¿Cuándo se descubre el estrés postraumático?
Síntomas – Los síntomas del trastorno por estrés postraumático pueden comenzar dentro del mes de un hecho traumático, pero a veces pueden no aparecer hasta años después. Estos síntomas ocasionan problemas considerables en situaciones sociales o laborales y en las relaciones.
- También pueden interferir en tu capacidad de hacer las tareas diarias habituales.
- Los síntomas del trastorno por estrés postraumático por lo general se agrupan en cuatro tipos: recuerdos intrusivos, evasión, cambios negativos en el pensamiento y en los estados de ánimo, y cambios en las reacciones físicas y emocionales.
Los síntomas pueden variar con el paso del tiempo o según la persona. Recuerdos intrusivos Los síntomas de los recuerdos intrusivos pueden ser los siguientes:
Recuerdos recurrentes, involuntarios y angustiantes del hecho traumático Revivir el hecho traumático como si estuviera sucediendo otra vez (recuerdos recurrentes) Sueños perturbadores o pesadillas acerca del hecho traumático Sufrimiento emocional grave o reacciones físicas a algo que te recuerde el hecho traumático
Evasión Los síntomas de la evasión pueden ser los siguientes:
Tratar de evitar pensar o hablar acerca del hecho traumático Evitar lugares, actividades o personas que te recuerden el hecho traumático
Cambios negativos en el pensamiento y en los estados de ánimo Los síntomas de los cambios negativos en el pensamiento y en el estado de ánimo pueden ser los siguientes:
Pensamientos negativos sobre ti mismo, otras personas o el mundo en general Desesperanza acerca del futuro Problemas de memoria, incluso no recordar aspectos importantes del hecho traumático Dificultad para mantener relaciones cercanas Sentirte distanciado de tus familiares y de tus amigos Falta de interés en las actividades que antes te gustaban Dificultad para sentir emociones positivas Sentirte emocionalmente insensible
Cambios en reacciones físicas y emocionales Los síntomas de los cambios en las reacciones físicas y emocionales (también llamados síntomas de excitación) pueden ser los siguientes:
Asombrarte o asustarte fácilmente Estar siempre alerta al peligro Conducta autodestructiva, como por ejemplo beber en exceso o conducir demasiado rápido Problemas para dormir Dificultad para concentrarse Irritabilidad, arrebatos de ira o conducta agresiva Sentimientos abrumadores de culpa o vergüenza
En los niños de 6 años y menores, los signos y síntomas también pueden incluir los siguientes:
Recrear el hecho traumático o aspectos de este a través del juego Sueños aterradores que podrían o no incluir aspectos del hecho traumático
Intensidad de los síntomas Con el tiempo, los síntomas del trastorno por estrés postraumático pueden variar en intensidad. Puedes tener más síntomas de trastorno por estrés postraumático cuando estás estresado en general o cuando recuerdas lo que atravesaste.
- Por ejemplo, puedes escuchar el pistoneo del motor de un auto y revivir experiencias de combate.
- También puedes ver un informe en las noticias acerca de una agresión sexual y sentirte abrumado por los recuerdos de tu propia agresión.
- Cuándo debes consultar a un médico Si tienes pensamientos y sentimientos perturbadores acerca de un hecho traumático durante más de un mes, si son graves, o si sientes que tienes problemas para retomar el control de tu vida, habla con un profesional de salud mental.
Consigue un tratamiento cuanto antes para evitar que los síntomas del trastorno por estrés postraumático empeoren. Si tienes pensamientos suicidas Si tú o alguien que conoces está teniendo pensamientos suicidas, busca ayuda inmediatamente a través de uno o más de estos recursos:
Comunícate con un amigo cercano o un ser querido. Ponte en contacto con un pastor, un líder espiritual u otra persona de tu comunidad religiosa. Llama a la línea directa para prevención del suicidio. En los EE. UU., llama o envía un mensaje de texto al 988 para comunicarte con la Línea de Prevención del Suicidio y Crisis 988, disponible las 24 horas del día, los siete días de la semana. También puedes usar el chat de ayuda en línea Lifeline Chat, Los servicios son gratuitos y confidenciales. Pide una cita con tu médico o un profesional en salud mental.
Cuándo pedir ayuda de urgencia Si crees que puedes lastimarte o intentar suicidarte, llama al 911 o al número local de emergencias de inmediato. Si conoces a alguien que corre peligro de intentar suicidarse o ha cometido un intento de suicidio, asegúrate de que alguien se quede con esa persona para que esté segura,
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¿Cómo evaluar el trastorno de estrés postraumático?
Escala de Gravedad de Síntomas Revisada (EGS-R) del Trastorno de Estrés Postraumático según el DSM-5: propiedades psicométricas Posttraumatic Stress Disorder Symptom Severity Scale-Revised (EGS-R) according to DSM-5 criteria: Psychometric Properties Enrique Echeburúa Universidad del País Vasco (UPV-EHU), San Sebastián, España Pedro J.
Amor Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), España Belén Sarasua Centro de Asistencia Psicológica para la Violencia de Género, Vitoria, España Irene Zubizarreta Centro de Asistencia Psicológica para la Violencia de Género, Vitoria, España Francisco Pablo Holgado-Tello Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), España.
José Manuel Muñoz Psicólogo Forense. Tribunal Superior de Justicia de la comunidad de Madrid (España) Correspondencia a : Resumen La escala de gravedad de síntomas Revisada del trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una entrevista estructurada que consta de 21 ítems, basada en los criterios diagnósticos del DSM-5, y sirve para evaluar la gravedad de los síntomas de este cuadro clínico.
- En este trabajo se describen las propiedades psicométricas de este instrumento.
- La muestra contó con 526 víctimas de agresiones sexuales o de violencia familiar y con una muestra normativa de 193 participantes.
- El instrumento global mostró una alta consistencia interna ( α =,91), así como una buena validez discriminante ( g = 1.27) y convergente ( r bp =,78 con el diagnóstico).
Los resultados del análisis factorial confirmatorio apoyan los cuatro núcleos de síntomas del DSM-5. Un punto de corte de 20, con una eficacia diagnóstica del 82.48%, es apropiada para discriminar a las víctimas con un TEPT. Esta escala resulta útil para planificar el tratamiento y las investigaciones clínicas.
- Palabras clave: Trastorno de estrés postraumático. DSM-5.
- Evaluación. EGS-R.
- Propiedades psicométricas.
- Abstract the posttraumatic stress Disorder (ptsD) symptom severity scale-revised is a 21-item structured interview based in DSM-5 criteria and intended to assess the severity of the symptoms of this mental disorder.
This paper describes the psychometric properties of this instrument for assessing PTSD. The sample consisted of 526 patients who had been victims of sexual aggression or family violence and 193 people from the general population. The global instrument showed high internal consistency ( α =,91), as well as good discriminant ( g = 1.27) and concurrent validity ( r pb =,78 with diagnosis of PTSD).
The results of confirmatory factor analysis are presented and give support to the DSM-5 four symptom clusters. a cut-off point of 20, with a diagnostic efficacy of 82.48%, is appropriate to discriminate the victims with PTSD. The interview appears to be a sound instrument and should prove useful for treatment planning and research.
Key words: Post-Traumatic Stress Disorder. DSM-5. Assessment. EGS-R. Psychometrics. Introducción Los sucesos traumáticos generan terror e indefensión, ponen en peligro la integridad física o psicológica de una persona y dejan con frecuencia a la víctima en tal situación emocional que es incapaz de afrontarla por sí misma.
Cualquier acontecimiento de este tipo (una agresión sexual o la violencia machista, por ejemplo) supone una quiebra profunda en el sentimiento de seguridad de una persona (Echeburúa, corral y Amor, 2014; picó-Alfonso, Echeburúa y Martínez, 2008). Un suceso traumático genera un cuadro clínico solo cuando el acontecimiento supera en una persona el umbral para el trauma e interfiere negativamente en su vida cotidiana.
Es decir, el trauma viene definido por la respuesta traumática, no por el suceso traumático en sí mismo. A su vez, el alcance del daño psicológico está mediado por la gravedad del suceso, la mayor o menor vulnerabilidad de la víctima, la posible concurrencia de otros problemas actuales (a nivel familiar y escolar/laboral, por ejemplo) y pasados (historia de victimización), el apoyo social existente y los recursos psicológicos de afrontamiento disponibles.
- Todo ello configura la mayor o menor resistencia de la víctima al estrés (Echeburúa, 2010).
- El cuadro clínico más frecuentemente asociado a un suceso de este tipo es el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
- Los criterios diagnósticos del TEPT en el DSM-5 (American Psychiatric Association, 2013) difieren considerablemente de los expuestos en el DSM-IV (American Psychiatric Association, 1994).
En concreto, en el DSM-5, respecto a su versión anterior, los estresores se exponen de forma más explícita, sin tener en cuenta la reacción subjetiva genérica de la víctima (criterio A), y se señalan cuatro núcleos de síntomas (a diferencia de los tres de la versión anterior): reexperimentación, evitación conductual/cognitiva, alteraciones cognitivas/estado de ánimo negativo, que no figuraban explícitamente en el DSM-IV, y aumento de la activación y reactividad psicofisiológica, que se amplía para incluir también las conductas de riesgo o autodestructivas.
Asimismo se debe especificar ahora si se presentan adicionalmente síntomas disociativos, se indican los síntomas específicos en niños menores de 6 años y se elimina la distinción entre el TEPT agudo y crónico (Bovin, Marx y Schnurr, 2015; Echeburúa, Salaberría y Cruz-Sáez, 2014; Keane et al., 2014).
La tasa de prevalencia de este cuadro clínico puede oscilar entre el 0.5% y el 3.5% de la población adulta, según el DSM-5. En concreto, el TEPT puede estar presente en el 15%-30% de quienes sufren un suceso traumático, con una incidencia más baja en los supervivientes de una catástrofe o accidente y más alta en el caso de las víctimas de hechos violentos.
- Así, las tasas más elevadas se han descrito entre las víctimas de violencia o de agresiones sexuales, que pueden alcanzar hasta el 50%-70% de las personas afectadas (Miller et al., 2013; Wittchen, Gloster, Beesdo, Schönfeld y Perkonigg, 2009).
- El TEPT requiere una evaluación cuidadosa.
- La naturaleza misma de los síntomas -especialmente la evitación por parte del paciente de cualquier estímulo o referencia asociados al trauma experimentado-, así como la existencia de fenómenos disociativos, pueden inducir al terapeuta a no ver la conexión entre los síntomas actuales -ansiedad, depresión, irritabilidad, consumo abusivo de alcohol, etcétera- y la experiencia del trauma y, en último término, a no ofrecer el tratamiento adecuado (Echeburúa, corral y Amor, 2002; McDonald y Calhoun, 2010; Stewart, Tuerk, Metzger, Davidson y Young, 2016).
Los instrumentos empleados con más frecuencia para evaluar el TEPT han sido, por una parte, las entrevistas diagnósticas y, por otra, los autoinformes y los listados de síntomas (García-Portilla, Bascarán, Sáiz, parellada, Bousoño y Bobes, 2015). Entre las entrevistas más difundidas figura la Escala del Trastorno de Estrés Postraumático (CAPS) ( Clinician-Administered PTSD Scale; Blake et al., 1995; validación española de Bobes et al., 2000), que es muy utilizada (pero especialmente con excombatientes), tiene buenas propiedades psicométricas y se adecua a los criterios del DSM-IV.
Hay una versión reciente de esta escala adaptada al DSM-5 (CAPS-5) (Weathers, Blake, Schnurr, Kaloupek, Marx y Keane, 2013), no validada aún en población hispanohablante. Otra entrevista estructurada es el PTSD Symptom Scale-Interview for DSM-5 (PSSI-5) (Foa et al., 2016). El pssi-5 es una entrevista estructurada de 24 ítems que evalúa los síntomas del TEPT en el último mes y que establece un diagnóstico basado en los criterios del DSM-5.
Los 20 primeros ítems abarcan los cuatro núcleos sintomáticos del DSM-5; los 4 últimos hacen referencia al malestar emocional global y al grado de interferencia en la vida cotidiana, a la duración de los síntomas y al posible inicio demorado del trastorno.
Es un instrumento con buenas propiedades psicométricas para diagnosticar el TEPT y evaluar la gravedad de los síntomas. En España se ha desarrollado la Escala de Gravedad de Síntomas del Trastorno de Estrés Postraumático (EGS) (Echeburúa, Corral, Amor, Zubizarreta y Sarasua, 1997), que es una entrevista estructurada que sirve para diagnosticar el TEPT en víctimas diversas, así como para evaluar la gravedad e intensidad de los síntomas de este cuadro clínico, según los criterios diagnósticos del DSM-IV.
La EGS -a diferencia de la CAPS- evalúa la frecuencia e intensidad de los síntomas del TEPT de forma conjunta. Se hace así porque, en primer lugar, hay una elevada correlación entre ambas modalidades de cada síntoma y, en segundo lugar, porque de esta forma se agiliza y facilita la evaluación.
- Las propiedades psicométricas de esta escala son muy satisfactorias (Echeburúa, Amor y corral, 2005).
- Se han elaborado asimismo autoinformes, que resultan más fáciles de aplicar, si bien son menos válidos que las entrevistas estructuradas porque están sujetos a diversas fuentes de error.
- Entre ellos figuran la Escala Revisada del Impacto del Estresor (IES-R) (Impact of Event Scale-Revised; Weiss y Marmar, 1997; validación española de Báguena, Villarroya, Beleña, Díaz, Roldán y Reig, 2001), de 22 ítems, que ha sido un autoinforme muy utilizado y que permite evaluar los tres núcleos de síntomas del DSM-IV: reexperimentación, evitación y activación psicofisiológica.
Este instrumento permite cuantificar la gravedad de los síntomas del TEPT y se muestra sensible al cambio terapéutico. Las propiedades psicométricas de fiabilidad y validez resultan satisfactorias. Otra prueba es la Escala de Trauma de Davidson (DTS) (Davidson Trauma Scale; Davidson, Malik y Travers, 1997; validación española de Bobes et al., 2000), diseñada para evaluar subjetivamente la frecuencia y gravedad de los síntomas.
Más recientemente se ha desarrollado en España la Evaluación Global del Estrés Postraumático (EGEP) (Crespo y Gómez, 2012), que es un autoinforme que consta de 64 ítems, evalúa los principales síntomas postraumáticos (y su gravedad), permite establecer la relación entre la sintomatología y la vivencia de un acontecimiento traumático y posibilita el diagnóstico del TEPT según los criterios diagnósticos del DSM-IV.
Esta escala, validada en una muestra de 175 víctimas de diferentes sucesos traumáticos, incluye la totalidad de los criterios diagnósticos para el TEPT y otros síntomas postraumáticos, como emociones negativas, disociación o culpa. Las propiedades psicométricas de la EGEP respecto a la fiabilidad y validez son satisfactorias (Crespo y Gómez, 2015).
- Un problema común a todos los instrumentos citados es que toman como referencia los criterios del DSM-IV o no están validados en población española o hispanohablante.
- Como el DSM-5 ha supuesto cambios considerables respecto al DSM-IV en la conceptualización del TEPT, según ya se ha señalado, resulta necesario desarrollar nuevos instrumentos (o adaptar los ya existentes) ajustados a los nuevos criterios diagnósticos.
Todo ello va a facilitar al clínico una evaluación más precisa de este trastorno. Por ello, el objetivo principal de este estudio es validar psicométricamente en la población española una nueva escala para adultos (la Escala Revisada de Gravedad de Síntomas del Trastorno de Estrés Postraumático ), que supone una adaptación mejorada de la EGS (Echeburúa et al., 1997) a los criterios diagnósticos del DSM-5.
Otros objetivos complementarios son el análisis factorial de la escala para ver si se adapta a los cuatro núcleos sintomáticos establecidos por el DSM-5, así como el establecimiento de los puntos de corte para discriminar los casos clínicos de los sujetos de la población normativa. Método Participantes La muestra estuvo compuesta por dos grupos de mujeres: a) 526 víctimas de diferentes tipos de violencia familiar y sexual, con edades comprendidas entre los 18 y 76 años ( M = 37.03 y DT = 12.50), con una antigüedad media del problema de 9.7 años; y b) 193 participantes de la población normativa, que no habían experimentado sucesos traumáticos, con edades comprendidas entre los 18 y 65 años ( M = 37.26 y DT = 13.12).
Las participantes del grupo clínico habían acudido en busca de tratamiento al centro de Asistencia psicológica para la Violencia de género de la Diputación Foral de Álava (país Vasco, España) entre enero de 2014 y enero de 2016. La mayor parte de las víctimas habían padecido violencia física ( n = 363; 69%); el resto habían sufrido violencia exclusivamente psicológica ( n = 90; 17.1%) o violencia sexual ( n = 73; 13.9%).
En el 79.3% de los casos la violencia la había ejercido la pareja o expareja de la víctima, en el 7.6% el padre o padrastro, en el 9.9% otras personas conocidas (familiares y no familiares de la víctima) y en el 3.2% restante personas desconocidas. Las participantes del grupo de control eran mujeres de la población general, pertenecientes al mismo estrato socioeconómico y geográfico, que participaron voluntariamente en el estudio.
A su vez, los dos grupos eran similares en cuanto a edad y nivel educativo. Estas personas referían haber experimentado algunos sucesos de vida estresantes (pero no traumáticos), tales como la muerte de seres queridos, el diagnóstico de enfermedades graves en ellas mismas o en sus familiares, la ruptura de pareja, el abandono o rechazo de seres queridos y, en menor medida, otro tipo de sucesos heterogéneos.
- Instrumentos – Entrevista ad hoc.
- Se centra fundamentalmente en datos relacionados con el suceso traumático y la disfuncionalidad que dicho suceso ha producido en la vida cotidiana de la persona y permite llevar a cabo un diagnóstico categorial del TEPT.
- Escala de Gravedad de Síntomas del Trastorno de Estrés Postraumático (EGS-R).
Es una escala heteroaplicada que está estructurada en un formato tipo Likert de 0 a 3 según la frecuencia e intensidad de los síntomas. consta de 21 ítems en correspondencia con los criterios diagnósticos del DSM-5: 5 hacen referencia a los síntomas de reexperimentación (rango de 0 a 15 puntos), 3 a los de evitación conductual/cognitiva (rango de 0 a 9 puntos), 7 a alteraciones cognitivas y estado de ánimo negativo (rango de 0 a 21 puntos) y 6 a los síntomas de aumento de la activación y reactividad psicofisiológica (rango de 0 a 18 puntos).
- Se considera un síntoma presente cuando se puntúa, al menos, con dos puntos en el ítem correspondiente.
- El rango de la escala global oscila de 0 a 63 puntos.
- Además de los síntomas nucleares del TEPT, se han añadido cuatro ítems destinados a evaluar de forma complementaria la presencia de síntomas disociativos por la importancia que se concede a estos síntomas en el DSM-5 y seis ítems para valorar el grado de afectación o disfuncionalidad relacionado con el suceso tramático.
Esta escala supone una versión modificada y actualizada de la EGS (Echeburúa et al., 1997), que mostraba unas buenas propiedades psicométricas. – Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo (STAI) (Spielberger, Gorsuch y Lushene, 1970) (versión española de Spielberger et al., 1982): es un autoinforme que consta de 20 ítems relacionados con la ansiedad-rasgo y de otros 20 relacionados con la ansiedad-estado.
- El rango de puntuaciones oscila de 0 a 60 en cada escala.
- En esta investigación se utilizó la escala de ansiedad-estado (STAI-E).
- El punto de corte elegido para la población femenina en el STAI-E es de 31 (correspondiente al percentil 75).
- La consistencia interna de esta escala varía de,83 a,92.
- Por otra parte, la validez convergente con otras medidas de ansiedad oscila entre,58 y,79.
– Inventario de Depresión de Beck (BDI-II) (Beck, Steer y Brown, 1996; versión española de Sanz, Navarro y Vázquez, 2003): es un autoinforme de 21 ítems (rango: 0-63 puntos) que mide la intensidad de los síntomas depresivos y da más importancia a los componentes cognitivos de la depresión que a los conductuales y somáticos.
- El punto de corte más utilizado para discriminar entre población sana y aquejada de sintomatología depresiva es de 18 (Beck, Brown y Steer, 1996).
- El coeficiente de fiabilidad por el método de las dos mitades es de,93.
- Desde la perspectiva de la validez convergente, la correlación con la evaluación clínica de la depresión oscila de,62 a,66.
Procedimiento A todas las participantes en esta investigación se les administró individualmente la EGS-R. La administración en ambos grupos se realizó en una sesión y de forma heteroaplicada, con la ayuda de una psicóloga clínica con experiencia para la aclaración de dudas o el manejo de las emociones surgidas.
- Las participantes del grupo clínico cumplimentaron la prueba en la evaluación previa al tratamiento, que incluyó también la aplicación del STAI y del BDI-II.
- A las mujeres del grupo normativo se les preguntaba inicialmente por el suceso más negativo experimentado en su vida y se analizaba si había algún tipo de sintomatología postraumática relacionada con el mismo.
Se eliminaron 15 participantes de este grupo porque habían sufrido sucesos traumáticos similares al grupo clínico -9 casos de violencia de género (2 intentos de agresión sexual, 2 casos de abuso sexual en la infancia, 2 casos de violencia psicológica y 3 casos de violencia física)- o diferentes, pero especialmente traumáticos, como la muerte de un hijo en 4 casos o de varios familiares a la vez en un único accidente.
- Todas las participantes, antes de cumplimentar los instrumentos de evaluación, firmaron el consentimiento informado.
- Solo se incluyeron en esta investigación a aquellas personas que respondieron a todos los ítems de la EGS-R.
- Finalmente, ninguna de las participantes del grupo clínico o normativo recibió compensación económica o de otro tipo.
Análisis estadístico y psicométrico Inicialmente se analizaron las propiedades psicométricas básicas -media, desviación típica, asimetría y curtosis- de la EGS-R. posteriormente, se estudió la dimensionalidad de la EGS-R mediante el Análisis Factorial Confirmatorio (AFC) y se calculó su fiabilidad (alfa de Cronbach); para el AFC se emplearon correlaciones policóricas y el método de estimación de mínimos cuadrados no ponderados (ULS) (Yang-Wallentin, Jöreskog y Luo, 2010; Morata-Ramírez, Holgado-Tello, Barbero-García y Méndez, 2015).
Se calculó la validez discriminante entre los dos grupos (clínico y normativo), en la puntuación total de la EGS-R y de las diferentes subescalas, mediante la t de Student y la g de Hedges (tamaño del efecto) y en función de cada ítem de la escala mediante χ 2 y el coeficiente Φ (tamaño del efecto).
Para determinar el grado de validez convergente de la EGS-R, se calculó la correlación biserial puntual entre la puntuación total de la escala y la presencia o no del TEPT según el diagnóstico categorial del DSM-5 en la muestra total y en los dos grupos (clínico y normativo).
Para estudiar la validez concurrente se utilizó el coeficiente de correlación de Pearson entre la EGS-R con el BDI-II y el STAI-E. Por otra parte, se estudiaron los puntos de corte de la EGS-R (puntuación total y puntuación en cada una de las cuatro subescalas) mediante el análisis de la curva ROC (Receiver-operating characteristics) con respecto a la presencia de este cuadro clínico según los criterios diagnósticos del DSM-5.
Finalmente, se realizó un análisis discriminante para determinar qué dimensiones del TEPT eran más relevantes para delimitar la presencia o no de este cuadro clínico. Los análisis se realizaron con los programas estadísticos SPSS 19 y LISREL 8.71. La versión de los síntomas nucleares del TEPT quedó conformada por 21 ítems, por 4 ítems complementarios correspondientes a la presencia de síntomas disociativos y por 6 ítems relacionados con el grado de disfuncionalidad ocasionado por el suceso traumático (ver Apéndice).
- Resultados Propiedades psicométricas básicas En la Tabla 1 figuran las propiedades psicométricas básicas de la EGS-R y de las subescalas complementarias de síntomas disociativos y de disfuncionalidad en áreas importantes de la vida cotidiana.
- En las diferentes subescalas, a pesar de la existencia de asimetría, las respuestas de los participantes se distribuyeron a lo largo de los diferentes valores de cada variable.
sin embargo, los síntomas disociativos se concentraron en los valores de baja frecuencia, mostrando asimetría y curtosis. Tabla 1. Propiedades psicométricas básicas de la EGS-R (puntuaciones totales en la escala y en las subescalas) en el grupo clínico (n = 526) Nota: Criterio B = Reexperimentación del suceso traumático; Criterio C = Evitación conductual/cognitiva; Criterio D ACN/EAN = Alteraciones cognitivas negativas/estado de ánimo negativo; Criterio E Hiperactivación = Aumento de la activación/reactividad psicofisiológica; 1 = calculado sobre 516 casos. Estructura factorial y fiabilidad La estructura factorial de segundo orden hipotetizada se estudió a través del AFC con el grupo clínico y normativo por separado. Los índices de ajuste para este modelo en el primer grupo fueron los siguientes: χ 2 ( df= 185; p =,0001) = 413.51; RMSEA (Root Mean Square Error of Approximation) =,049 (el intervalo de confianza al 90% osciló entre,042 y,055); SRMR (Standardized Root Mean Square Residual) =,051; GFI (Global Fit Index) =,99; AGFI (Adjusted Goodness of Fit Index) =,98; CFI (Comparative Fit Index) =,99; NFI (Normed Fit Index) =,98; y NNFI (Non-Normed Fit Index) =,98. A su vez, los índices en el grupo normativo fueron: X2 ( df = 185; p =,0001) = 303.92; RMSEA =,058 (IC al 90% entre,046 y,069); SRMR =,09; GFI =,96; AGFI =,95; CFI =,99; NFI =,97; y NNFI =,98. Estos índices indican un buen ajuste a los datos, mostrando que la estructura factorial de segundo orden (TEPT), conformada por cuatro dimensiones de primer orden -Reexperimentación, Evitación conductual/cognitiva, Alteraciones cognitivas negativas/estado de ánimo negativo y Aumento de la activación/reactividad psicofisiológica-, tal como figura en el DSM-5, es aceptable. Todas las cargas factoriales fueron estadísticamente significativas ( p <,05) y, salvo el ítem 9 (en ambos grupos), estuvieron comprendidas entre,52 y,82 para el grupo clínico y entre,42 y,86 para el normativo. Asimismo, los parámetros del modelo estructural, también fueron elevados y significativos ( p Tabla 2 ). Tabla 2. EGS-R. Solución completamente estandarizada (fiabilidad si se elimina el ítem), correlaciones entre los factores, fiabilidad y discriminación media para el grupo clínico (n = 526) y normativo (n = 193) Nota. F1 = Reexperimentación; F2 = Evitación conductual/cognitiva; F3 = Alteraciones cognitivas negativas/estado de ánimo negativo; F4 = Aumento de la activación/reactividad psicofisiológica; α = alfa de Cronbach. Las correlaciones entre los cuatro núcleos de síntomas del TEPT estuvieron comprendidas entre,55 y,67 para el grupo clínico y entre,75 y,92 para el grupo normativo.
A su vez, las correlaciones entre la puntuación total del TEPT y de los cuatro núcleos de síntomas fueron elevadas en ambas muestras (grupo clínico/grupo control): Reexperimentación (.84/.86), Evitación (.78/.77), Alteraciones cognitivas y estado de ánimo negativo (.87/.86) y Aumento de la activación y de reactividad psicofisiológica (.87/.85).
En cuanto a la fiabilidad, con el grupo clínico se obtuvo un coeficiente alfa de Cronbach de,91 para la escala total (21 ítems) y la consistencia interna de los cuatro núcleos de síntomas del TEPT estuvo comprendida entre,72 y,79. La discriminación media de la escala total fue de,53, con un rango comprendido entre,27 y,67.
A su vez, el coeficiente alfa de Cronbach de la subescala complementaria de síntomas disociativos (4 ítems) fue de,73 (.75 si se basa en los elementos estandarizados), con una discriminación media de,56 (rango entre,46 y,65), y de la subescala de disfuncionalidad derivada del suceso traumático fue de,82, con una discriminación media de,59 (rango entre,39 y,75).
Al analizar la fiabilidad de la escala con el grupo normativo, se obtuvo un coeficiente alfa de Cronbach de,89 para la escala total y entre,66 y,77 para los cuatro núcleos de síntomas del TEPT: Reexperimentación (.77), Evitación (.66), Alteraciones cognitivas/estado de ánimo negativo (.70) y Aumento de la activación/reactividad psicofisiológica (.73).
- Finalmente, para las subescalas complementarias de síntomas disociativos y de disfuncionalidad, fue de,61 y de,75, respectivamente.
- En la Tabla 2 se muestra la solución completamente estandarizada para cada grupo, la fiabilidad de cada subescala si se elimina el ítem entre paréntesis, las correlaciones entre los cuatro factores, los valores alfa de Cronbach y las discriminaciones medias.
Validez discriminante de la EGS-R La puntuación total de la EGS-R y la de las cuatro subescalas nucleares del TEPT discriminaron estadísticamente entre los grupos clínico y normativo, con un tamaño del efecto medio para los síntomas de evitación y grande para la puntuación total de la EGS-R y del resto de las subescalas (ver Tabla 3 ).
También las subescalas complementarias discriminaron estadísticamente entre los dos grupos, con un tamaño del efecto grande para la de disfuncionalidad y pequeño para la de los síntomas disociativos. Por otra parte, todos los ítems de la EGS-R (salvo el ítem n° 3) discriminaban estadísticamente entre los grupos clínico y normativo (ver Tabla 4 ), aunque con tamaños del efecto pequeños (entre,11 y,41).
Tabla 3. Diferencias de medias (t de Student) y tamaño del efecto (g de Hedges) entre el grupo clínico y el grupo normativo Nota.95% IC = Intervalo de Confianza al 95%; * = p <,001; ACN/EAN = Alteraciones cognitivas negativas/Estado de ánimo negativo; Hiperactivación = Aumento de la activación/reactividad psicofisiológica; 1 El grado de disfuncionalidad relacionada con el suceso traumático se calculó con un menor tamaño muestral (516 casos del grupo clínico y 140 del grupo normativo). Tabla 4. Capacidad discriminativa de los ítems nucleares del TEPT entre los grupos clínico y normativo Nota. Φ = Coeficiente phi (tamaño del efecto); se consideró como síntoma la presencia de 2 o más puntos en cada ítem (rango de cada ítem entre 0-3). Validez convergente con el diagnóstico de TEPT y validez concurrente de la EGS-R con el BDI-II y el STAI-E Desde una perspectiva categorial, el 37.6% de las víctimas de violencia ( n = 198 participantes) cumplían los criterios diagnósticos del TEPT según el DSM-5, en contraste con el 6.2% del grupo normativo ( n = 13).
Respecto a la validez convergente, se obtuvo una correlación de,78 para la muestra total, de,79 para el grupo clínico y de,58 para el grupo normativo entre la puntuación total de la EGS-R y la presencia o no del TEPT según los criterios diagnósticos del DSM-5 ( p =,000 en las tres correlaciones).
Por otra parte, se encontraron relaciones estadísticamente significativas y de magnitud elevada entre la puntuación total de la EGS-R y la sintomatología depresiva (BDI-II) y ansiosa (STAI-E) ( Tabla 5 ). Asimismo los cuatro núcleos de síntomas del TEPT estaban relacionados estadísticamente con la sintomatología depresiva y la ansiosa.
La magnitud de las asociaciones fue grande entre los síntomas de los criterios D (alteraciones cognitivas/estado de ánimo negativo) y E (aumento de la activación/reactividad psicofisiológica) con la sintomatología depresiva y ansiosa, pero fue media para los criterios B (reexperimentación del suceso traumático) y c (evitación del suceso traumático).
Asimismo la magnitud de las asociaciones de los cuatro núcleos de síntomas fue similar para la sintomatología depresiva y ansiosa, salvo para el criterio D, que correlacionó algo más con la sintomatología depresiva que ansiosa. Por otra parte, las dos escalas complementarias correlacionaron estadísticamente con la sintomatología depresiva y ansiosa, aunque la escala complementaria de síntomas disociativos presentó una magnitud media para la sintomatología depresiva y pequeña para los síntomas de ansiedad. Nota: * p <,01; Criterio B = Reexperimentación del suceso traumático; Criterio C = Evitación conductual/ cognitiva; Criterio D - ACN/EAN = Alteraciones cognitivas negativas/estado de ánimo negativo; Criterio E - Hiperactivación = Aumento de la activación/ reactividad psicofisiológica; BDI-II = Inventario de depresión de Beck; STAI-E = Inventario de ansiedad- estado de Spielberger; 1 = calculado sobre 516 casos. Análisis de la curva ROC de la EGS-R respecto a los criterios diagnósticos del DSM-5 Para poder interpretar las puntuaciones obtenidas en la EGS-R, se estudiaron los puntos de corte de la EGS-R y de sus cuatro núcleos de síntomas mediante el análisis de las curvas ROC. Se tomó como referencia el diagnóstico o no del TEPT en función del DSM-5: cumplir al menos un síntoma de reexperimentación, un síntoma en evitación, dos síntomas en alteraciones cognitivas/estado de ánimo negativo y dos síntomas en aumento de la activación/reactividad psicofisiológica. Según estos criterios, de los 719 participantes (526 víctimas de violencia y 193 participantes procedentes de la población normativa), 211 presentaban el TEPT (padecían los cuatro núcleos de síntomas) y 508 no cumplían con todos los criterios diagnósticos para este cuadro clínico. De todas las personas que padecían el TEPT, el 93.8% ( n = 198) pertenecían al grupo clínico y el 6.2% ( n = 13) al grupo normativo. Específicamente, 117 casos cumplían con tres de los cuatro núcleos de síntomas, 134 presentaban dos, 95 uno y 162 no cumplían con ninguno de los cuatro núcleos de síntomas de este cuadro clínico. En este sentido, la puntuación total de la EGS-R dejó un área bajo la curva de,98 ( p =,000; IC al 95% comprendido entre,97 y,99). En la Tabla 6 se señalan los diferentes índices descriptivos para definir los puntos de corte de la puntuación total en la EGS-R. Así, con un punto de corte de 20, se clasificaría correctamente al 100% de las personas que sufren un TEPT y al 75% de las participantes que no padecen este cuadro clínico (eficacia diagnóstica del 82.5%). Es decir, clasificaría correctamente a 593 personas (211 verdaderos positivos y 382 verdaderos negativos), mientras que habría 126 falsos positivos y ausencia de falsos negativos. A tenor de las distintas puntuaciones propuestas, el punto de corte más adecuado en un contexto terapéutico sería el de 20. De este modo, se prioriza la sensibilidad, dado que conviene detectar a los pacientes que sufren un TEPT; a su vez, la mayoría de los 126 casos de falsos positivos, aun no cumpliendo estrictamente con todos los criterios diagnósticos para este cuadro clínico, presentaban síntomas psicopatológicos subsindrómicos que requerían tratamiento psicológico. Tabla 6. Índices descriptivos de selección para definir los puntos de corte de la EGS-R a partir de la puntuación total (21 ítems). Nota: S = sensibilidad; E = especificidad; VP = verdaderos positivos; VN = verdaderos negativos; FN = falsos negativos; FP = falsos positivos; ED = eficacia diagnóstica. Por otra parte, también se estudiaron los puntos de corte de las cuatro subescalas (o núcleos de síntomas) del TEPT mediante el cálculo de las curvas ROC.
Específicamente, la subescala de reexperimentación dejó un área bajo la curva de,97 ( p =,000; IC al 95% entre,96 y,98); la subescala de evitación, de,97 ( p =,000; con un IC al 95% entre,97 y,98); la subescala de alteraciones cognitivas/estado de ánimo negativo, de,98 ( p =,000; IC al 95% entre,98 y,99); y, finalmente, la subescala de aumento de la activación/ reactividad psicofisiológica, de,98 ( p =,000; IC al 95% entre,97 y,99).
En la Tabla 7 se señalan los valores de sensibilidad y especificidad a partir de los diferentes puntos de corte seleccionados para cada subescala. En resumen, los puntos de corte recomendables a nivel clínico de los síntomas nucleares del TEPT para los criterios B, c, D y E deberían estar por encima de 3, 3, 5 y 5, respectivamente, para obtener una buena sensibilidad y eficacia diagnóstica. Nota: S = sensibilidad; E = especificidad; VP = verdaderos positivos; VN = verdaderos negativos; FN = falsos negativos; FP = falsos positivos; ED = eficacia diagnóstica; Criterio B = Reexperimentación del suceso traumático; Criterio C = Evitación conductual/cognitiva; Criterio D – ACN/EAN = Alteraciones cognitivas negativas/estado de ánimo negativo; Criterio E – Hiperactivación = Aumento de la activación/ reactividad psicofisiológica. Finalmente, se realizó un análisis discriminante para determinar qué dimensiones de la EGS-R eran las más relevantes para diferenciar mejor a las personas con y sin TEPT. Para ello, se consideró como variable dependiente la presencia o no del TEPT y como independientes las puntuaciones totales en cada una de las cuatro subescalas. La función discriminante indicó que el aumento de la activación/ reactividad psicofisiológica fue el núcleo de síntomas más relevante (.83), seguido de alteraciones cognitivas/estado de ánimo negativo (.81), de reexperimentación (.67) y, finalmente de evitación (.58). El valor de Lambda de Wilks mostró que las medias de los dos grupos (TEPT y no TEPT) eran significativamente diferentes (%2 = 675.86; p <,01). Conclusiones Las entrevistas estructuradas son de gran ayuda para el diagnóstico del TEPT y tienen una ventaja sobre los autoinformes porque se pueden aplicar en pacientes poco colaboradores, con dificultades de concentración o con problemas para entender el lenguaje escrito. Asimismo han contribuido a aumentar el acuerdo entre evaluadores, sobre todo cuando son empleadas por clínicos experimentados (García-Portilla et al., 2015). Por ello, resulta oportuno poder contar con la escala para adultos presentada en este artículo, que es breve (21 ítems) y sencilla de corregir, dispone de unas propiedades psicométricas adecuadas y, en última instancia, sirve de apoyo a la práctica profesional y a la investigación clínica. Asimismo ofrece un interés adicional desde una perspectiva dimensional, al permitir la cuantificación de la gravedad de los síntomas según su frecuencia e intensidad, tanto en la escala global como en las diferentes subescalas. Además, se incluye una información complementaria en cuanto al tipo de suceso traumático, el momento (con una antigüedad mayor de 1 mes) y la frecuencia del suceso, los síntomas disociativos existentes y el grado de disfuncionalidad en la vida cotidiana producido por el suceso, que encaja bien con el diagnóstico clínico y funcional del DSM-5 (Armour et al., 2015). Las diferencias más relevantes en relación con otros autoinformes y entrevistas estructuradas son que la EGS-R se ha basado en los criterios diagnósticos del DSM-5, que se ha contado con una muestra muy amplia de mujeres víctimas de delitos violentos (violencia de género), que se ha comparado con un grupo de control de la población normativa, que se ha validado en una población española y que, de forma complementaria, se han añadido dos subescalas -de síntomas disociativos y de disfuncionalidad ocasionada por el suceso traumático- por la relevancia de estos en el TEPT (Weathers, Marx, Friedman y Schnurr, 2014). Respecto a las propiedades psicométricas, la versión depurada y actualizada de la EGS-R supone una mejora clara respecto a la versión anterior. Así, la consistencia interna de la escala global y de los diferentes núcleos sintomáticos es alta. Además, en el análisis factorial se confirman los cuatro grupos de síntomas (reexperimentación, evitación conductual/ cognitiva, alteraciones cognitivas/estado de ánimo negativo y aumento de la activación). Quizá ello permita explicar la observación clínica -tan habitual en los pacientes aquejados de este trastorno- de la presencia de síntomas múltiples junto con un nivel de desesperanza y de desmotivación hacia el futuro (Foa, Keane y Friedman, 2003). En este estudio la EGS-R permite discriminar entre las personas que presentan propiamente un TEPT y aquellas que pueden sufrir un cierto malestar emocional asociado a una adversidad de la vida cotidiana. Lo que mejor discrimina a las personas con o sin TEPT son dos núcleos sintomáticos: la reactividad psicofisiológica y las alteraciones cognitivas negativas/estado de ánimo negativo. A diferencia de otros estudios (Foa et al., 2016; Miller et al., 2013), el papel de la reexperimentación no resulta tan determinante, quizá porque esos estudios cuentan con una muestra amplia de excombatientes que están ya en un lugar seguro. En nuestro estudio, con víctimas de agresiones sexuales y violencia familiar, el riesgo de una nueva agresión es alto y, por ello, la hiperactivación y el estado de ánimo negativo desempeñan un papel importante. En cualquier caso, esta hipótesis hay que ponerla a prueba en estudios futuros porque la estructura de los núcleos sintomáticos del TEPT es objeto de discusión (Yufik y Simms, 2010). Este instrumento muestra asimismo una validez convergente alta con el diagnóstico categorial del TEPT llevado a cabo con una entrevista clínica y una validez concurrente satisfactoria con las puntuaciones obtenidas en la sintomatología ansiosa y depresiva. Se establecen unos puntos de corte para la puntuación total y para cada una de las cuatro dimensiones de primer orden, de manera que se pueda establecer el diagnóstico de este cuadro clínico, además de estimar la gravedad de la sintomatología. La eficacia diagnóstica de la escala es muy alta (82.5%) si se establece un punto de corte global de 20 y unos puntos de corte parciales por encima de 3, 3, 5 y 5 en las subescalas de reexperimentación, evitación, alteraciones cognitivas/estado de ánimo negativo y aumento de la activación, respectivamente. Este estudio presenta, sin embargo, algunas limitaciones. La muestra clínica, aun habiendo sido muy amplia (mucho mayor que en los estudios previos: por ejemplo, Crespo y Gómez, 2015 o Foa et al., 2016), ha estado limitada a mujeres víctimas de violencia de género. Aun siendo estos grupos en los que es más frecuente el TEPT y los que mayor demanda terapéutica generan en nuestro medio en relación con este cuadro clínico (Miller y Resick, 2007), convendría en estudios posteriores replicar la validación de la escala también en hombres y en otro tipo de sucesos traumáticos. Asimismo sería de interés averiguar si el perfil clínico del TEPT varía en función del tipo específico de victimización. El control de la simulación es un reto de futuro en los instrumentos de evaluación. No hay que olvidar que el TEPT, en la medida en que constituye una forma específica de daño psicológico, es un trastorno que puede ser objeto de simulación o de exageración por las posibles ganancias secundarias que puedan obtenerse: incapacidad laboral, indemnizaciones económicas, etcétera (Delgado et al., 2013; Echeburúa et al., 2005). conviene, por ello, diseñar pruebas que controlen la simulación cuando se vayan a utilizar en un contexto forense (Santamaría y González-Ordi, 2012). En cualquier caso, el desafío para los próximos años es contar con una variedad de instrumentos de evaluación (entrevistas estructuradas, autoinformes, pruebas psicofisiológicas), sencillos de aplicación, con buenas propiedades psicométricas y adaptados a poblaciones específicas (Bovin et al., 2015). De lo que se trata es de poder utilizarlos diferencialmente según sea el objetivo deseado (clínico, forense, de investigación) y la edad del paciente (Stewart et al., 2016). 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Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Avda. de Tolosa, 7.20018 San Sebastián (España). E-mail: [email protected] Ver respuesta completa
¿Cuáles son las consecuencias de un trauma?
INFORMES Personalidad ante el trauma en el siglo XXI: Fragilidad y antifragilidad ante el trauma Personality to the trauma in the XXI century: fragility and unfragility Samper Lucena E. Cte. Psicólogo. Centro de Psicología de la Armada. Madrid. España. [email protected] RESUMEN El trauma psicológico es un tema de máxima actualidad, tanto por la cantidad de literatura científica desarrollada en los últimos años como por los cambios producidos en su diagnóstico fruto de la investigación, produciéndose un gran debate al respecto desde la aparición del último manual de diagnóstico de los trastornos mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA).
En este artículo se trata de dar una visión de conjunto y actual sobre el trauma y el estrés postraumático. Qué diferencias existen en las personas que las hacen a unas más frágiles y vulnerables ante los traumas, mientras que otras son más resistentes o antifrágiles. Factores como la herencia, la personalidad, o los trastornos previos de tipo mental, van a marcar estas diferencias.
No se trata de la situación traumática, sino de cómo la vive cada persona, lo que marcará la diferencia en fragilidad. Todas las personas alguna vez en su vida se ven expuestas a situaciones traumáticas. Algunas por su trabajo tienen que afrontar de forma continua a estas situaciones, provocando, en ocasiones, lo que se denomina un estrés traumático secundario, que afecta a la persona y a la organización, mermando la operatividad, y asociado a determinados factores.
Unos de tipo personal (Neuroticismo, extraversión, humor, empatía, etc.) y otros de la propia organización (Orgullo, liderazgo, equipo, estrés de rol, etc.). Es importante conocer estas fragilidades para realizar un tratamiento preventivo en la población afectada por una catástrofe, y en los profesionales en particular para poder identificar el perfil más adecuado para determinados puestos.
(Militares, policías, bomberos, médicos.). Palabras clave: Trauma, personalidad, estrés postraumático secundario, TEPT. SUMMARY Psychological trauma is a subject of high scientific present, the amount of scientific literature developed in recent years by changes in diagnosis result of research.
- There is much debate about since the advent of the latest diagnostic manual of mental disorders of the American Psychiatric Association (APA).
- This article is to give an overview and current information about the trauma.
- What differences exist in the people who make a more fragile and vulnerable to traumas, while others are more resistant or antifrágiles.
Heredity, personality or mental disorders previous type, will mark these differences. This is not the traumatic situation, but how each person lives, what will make the difference in fragility. Everyone once in your life are exposed to traumatic situations.
Some of their work are exposed continuously to these situations, sometimes causing what is called a secondary traumatic stress, which affects the individual and the organization undermining the operation of the same, and associated with certain causes, a type staff (neuroticism, extraversion, humor, empathy) and others of the organization (Pride, leadership, team, role stress etc.).
It is important to know these frailties for preventive treatment in people affected by a disaster, and professionals in particular in order to identify the most appropriate profile for a profession (military, police, firefighters, doctors,). Key words: Trauma, personality, secondary PTSD, PTSD.
Introducción Gran parte de las personas que se enfrentan a una situación traumática, sufren unas consecuencias psicológicas posteriores, agudas o crónicas. En los primeros momentos postrauma algunos de los síntomas se pueden considerar normales. Estar más nervioso, tener temores de réplicas en un terremoto, no dormir bien, tener imágenes recurrentes en un accidente, tener un estado de ánimo más bajo o ansiedad y una gran variedad de trastornos 1,
Estos síntomas en gran número de personas remiten de forma espontánea sin más. Sin embargo en otras, las consecuencias perduran en el tiempo o se incrementan mermando su salud mental. La mayor parte de los afectados no van a desarrollar trastornos de ansiedad o depresivos o trastorno por estrés postraumático (TEPT), que es sin duda el trastorno mental más frecuente tras un trauma, sino manifestaciones normales del síndrome postraumático, incluso en situaciones difíciles de alto impacto psicológico como pueden ser los atentados terroristas 2,
Una situación traumática se vive con una emocionalidad negativa muy intensa, con mucho miedo, puesto que puede llegar a poner en peligro la propia vida de los sujetos. Como ejemplos se pueden citar: Accidentes graves de carretera, aeronáuticos, de ferrocarriles, acciones terroristas; catástrofes de todo tipo, naturales como terremotos, inundaciones, antrópicas, de tipo tecnológico e industrial etc.
La experiencia de vivir estas situaciones es personal, y por tanto se vive de distintas formas, algunas personas se muestran más frágiles que otras ante los traumas. Hay factores que hacen que estas experiencias traumáticas sean más negativas. Unos asociados a la propia situación : Intensidad y proximidad al epicentro del terremoto, número de heridos y fallecidos en un accidente, las pérdidas materiales y de seres queridos etc.
Otros factores son debidos a la propia persona, a cómo ha percibido y experimentado la situación, las habilidades que tiene para salir adelante, los problemas anteriores de salud y sobretodo de salud mental. Y por último factores que tienen que ver con el lugar donde se produce el suceso, los apoyos sociales, las medidas preventivas al respecto, la propia cultura comunitaria, o el cuidado de la salud mental general en esa sociedad.
España tiene ratificados los acuerdos Europeos de la reunión de Helsinki en el año 2005 3, y por tanto la atención a la salud mental es un objetivo estratégico con una dimensión positiva, que hace referencia al concepto de bienestar y a las habilidades para adaptarse a la adversidad.
- La idea que se encuentra en la base de este concepto es que es necesario promover el desarrollo de una personalidad sana que a su vez, permita la formación de familias, grupos y sociedades sanos.
- La nueva Ley de Protección Civil Española 4, señala que hay un descenso del número de víctimas a consecuencia de las catástrofes haciendo constar que la vulnerabilidad de las personas en nuestra sociedad ante las catástrofes es menor que hace unos años.
Propone conjuntamente con los demás países de la Unión Europea (U.E.) establecer el principio de “ayuda mutua”, de solidaridad entre personas, territorios y estados. La ayuda en comunidad y mediante la red social de cada persona y familia. Propicia que todos estos esfuerzos se canalicen e integren, a través de un esfuerzo conjunto y una coordinación adecuada.
- La Ley, puesto que los recursos humanos son parte fundamental, no olvida la formación.
- Un esfuerzo importante es preparar a las personas tanto a los profesionales como a la población general desde un principio, y singularmente la inclusión en los currículos escolares de contenidos sobre autoprotección y primeros auxilios, instrumentos poderosísimos de prevención de carácter horizontal que esta ley procura.
En definitiva parece marcar que la sociedad se enfrenta mejor a estos traumas, es menos frágil y puede ser menos aún si las personas están más preparadas, condición que se puede aprender. Aun así no se puede olvidar que habrá personas que necesiten ayuda durante y después de los acontecimiento traumáticos sufridos.
El trauma. ¿Fragilidad o antifragilidad? La presencia del trauma ha sido históricamente una condición necesaria para la psicopatología del estrés postraumático (TEPT). Al introducir el TEPT como diagnóstico en 1980 en la clasificación diagnóstica de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM III) 5, se asoció a una etiología específica: “el haber estado expuesto a un trauma”,
Sin embargo se ha señalado en algunos estudios 6 que sólo un grupo de personas que han sufrido la misma situación desarrolla un TEPT, siendo estas más frágiles ante tales situaciones. Por consiguiente el trauma que se vive en distintas situaciones como por ejemplo en las catástrofes, es necesario para el desarrollo del TEPT pero no es suficiente.
- Mucha gente a lo largo de su vida se ve expuesta a un acontecimiento traumático no desarrollando una enfermedad o un TEPT.
- Muchos de los problemas que se generan al enfrentarse a estas situaciones no constituyen trastornos mentales propiamente dichos, sino que reflejan una patología del sufrimiento o de la infelicidad, es decir, son situaciones de insatisfacción personal que no tiene que ver con significación clínica (Duelos no patológicos, conflictos de pareja, estrés laboral, problemas económicos, etc.) 7,
En muchos casos son problemas adaptativos denominados “códigos Z” en las clasificaciones psiquiátricas, y son un reflejo de la patologización de las dificultades de la vida cotidiana y de la pérdida de los apoyos sociales, típico de sociedades actuales como la nuestra.
Sin embargo, en relación a los problemas de tipo mental y según datos del Eurobarómetro del año 2015, en nuestra sociedad, los españoles son más propensos a proporcionar este apoyo social que en otros países y sociedades próximas. Aun así, en un plano más profesional, atender estas dificultades requiere una preparación especial para no llegar a medicalizar o patologizar las dificultades de la vida cotidiana.
En los últimos tiempos se ha aumentado el número de diagnósticos de trastornos mentales (la primera edición del DSM contenía 106 trastornos mentales y en la actual DSM-V se recogen 216 8 ) y se aumentan las consultas relacionadas con la salud mental, que pueden suponer entre el 20% y 30% de las solicitudes de atención de un centro sanitario 9,
- Para atender estas demandas el profesional tiene que hacer un esfuerzo, se trata de diferenciar las reacciones normales de las complicadas y dar una atención adecuada.
- Para esto, en psicología, además de las técnicas centradas en el tratamiento del TEPT y en los trastornos mentales, se han creado otras de consejería (counselling) y de intervención en crisis que contemplan las otras quejas de los sujetos.
Los afectados: La fragilidad ante el trauma El porcentaje de personas afectadas gravemente en su salud mental por las catástrofes no es excesivo, que no deja de ser un tema de los grandes números o de hacer referencias a población en general, sin embargo estos pequeños porcentajes corresponden a un gran número de afectados.
Como ejemplo, es lógico pensar que el porcentaje de personas en el mundo que sufre un trastorno mental es pequeño, sin embargo se estima que son unos 450 millones los que padecen un trastorno mental o de comportamiento en un momento dado de su vida 10, Según los resultados del estudio European Study of the Epidemiology of Mental Disorders (ESEMED) 11 un 20% de los participantes españoles había presentado algún trastorno mental en algún momento de su vida, la prevalencia del TEPT en población general en España a lo largo de la vida es del 1,95% muy similar a la media europea del 1,9%.
Después del atentado del 11 de Marzo en Madrid, las cifras en población general oscilaban entre el 2,3% en la propia ciudad y el 4,3% en las zonas próximas a las explosiones 12, Hay personas que van a desarrollar trastornos mentales después de una catástrofe, mientras que otras experimentan sufrimiento psicológico o daños mínimos del trance 13,14,
- Las que ya padecían trastornos mentales suelen ser más frágiles y van a necesitar más atenciones y cuidados que antes del suceso 15,
- En las catástrofes las consecuencias psicológicas producidas crean graves vulnerabilidades, la población padece una serie extensa de problemas de salud mental que son frecuentes o comunes en todos los países, ocasionan un enorme sufrimiento, dificultan la capacidad de aprendizaje de los niños e interfieren significativamente en la vida de las personas.
Las comunidades afectadas por situaciones de catástrofe necesitan una atención especializada a corto y a largo plazo, ya que tal adversidad es un potente factor de riesgo para toda una serie de problemas de salud mental, que puede llegar a estigmatizar a los que lo padecen 16,
- Como primera atención, la OMS recomienda los primeros auxilios psicológicos, que incluyen asistencia humanitaria de apoyo y práctica de forma tal que se respete la dignidad y la cultura, potenciando las capacidades existentes.
- Esta ayuda incluirá asistencia tanto de tipo social como psicológica, aconsejándose la restricción del uso de las benzodiacepinas y del debriefing psicológico en algunos casos 17,
Consecuencias del trauma: Fragilidad y TEPT En la última edición de los diagnósticos de los trastornos mentales (DSM-5), los criterios diagnósticos para el TEPT se han modificado, se ha eliminado el sistema multiaxial y se incluyen en un nuevo capítulo referido a los trastornos relacionados con el trauma y con el estrés (DSM-5 pp 265-290).
- El TEPT incluye ahora cuatro grupos de síntomas.
- Los síntomas intrusivos como recuerdos, sueños, escenas retrospectivas, angustia y reacciones fisiológicas, asociados al trauma.
- La evitación de recuerdos, pensamientos y lugares o personas asociados al trauma.
- Los síntomas negativos como la culpa, desapegos, incapacidad para sentir emociones positivas, etc., y los síntomas de hiperactivación como estar más irritable, hipervigilante, etc.
Algunas variables moduladoras, que median entre el trauma y los síntomas, son los factores de riesgo y de protección, hay situaciones que tienen más afectación psicopatológica en la población que otras. Por ejemplo, en una revisión realizada por Galea y Col.18, las catástrofes tecnológicas, en comparación con las naturales, son las que más afectan tanto a las personas directamente damnificadas, como a la población en general y a los profesionales del rescate y de las emergencias.
- Las situaciones donde se pone en peligro la propia vida o existe violencia muy grave, aumentan la incidencia del TEPT, esto se ha estudiado clásicamente en situaciones de combate, como en los veteranos de guerra que se han visto expuestos a situaciones extremas 19,
- Incluso en estos casos graves se han encontrado relaciones significativas (situación de combate y psicopatología posterior) de sólo el 0.20 20, casi la cuarta parte de los individuos expuestos desarrollan un TEPT.
En situaciones muy traumáticas, como en los casos de uso de la violencia o las violaciones de mujeres, casi la mitad muestran síntomas psicopatológicos. En otros casos de abusos de menores hay una gran variabilidad, sin embargo se ha mostrado que son pocos los que desarrollan una psicopatología clínicamente significativa 21,22,
Con las cifras de los estudios anteriores, se puede confirmar que algunas personas, incluso en las situaciones más difíciles de la vida, se muestran poco frágiles ante los traumas. Hay una amplia complejidad de los caminos que llevan a sufrir un TEPT. La psicopatología aguda tras un trauma se puede considerar “normal”, es lo esperable de una persona que ha sufrido un suceso traumático, terremoto, accidente, agresión etc., es lo que se ha denominado la “normalización de los síntomas”, es lógico pensar que una persona que acaba de sufrir un trauma los tenga, y que estén relacionados con la naturaleza y la severidad del suceso.
Ya en el DSM IV 23 se introdujo una distinción basada en el tiempo, cuando estos síntomas perduran y se hacen crónicos, es cuando aparece el TEPT. Sin embargo no es la respuesta aguda el factor más importante a tener en cuenta para predecir un TEPT, es la capacidad de cada sujeto, sus estrategias para superar y gestionar el estrés en los primeros momentos, lo que va a marcar la diferencia 24,25,
Esta relación entre suceso traumático y síntomas de estrés es complicada, se distorsiona con el tiempo, es más, la relación retrospectiva se relaciona más con los síntomas actuales que con los iniciales. En los casos en los que el profesional clínico refuerza las narraciones postraumáticas, aumentan los sesgos en los recuerdos del trauma.
Si estos síntomas no van a mejor, la forma en que se percibe el suceso traumático tiende a empeorar. Esto se ha estudiado clásicamente en soldados que han estado expuestos a situaciones de guerra. Un ejemplo fue con los veteranos de la guerra del Golfo 26, a los que se evaluó el TEPT al mes y a los dos años, concluyendo que sus respuestas respecto al suceso eran peores significativamente relacionadas con los síntomas de TEPT.
Factores predisponentes: Fragilidad y antifragilidad Hay un componente genético importante en la predisposición a los trastornos mentales en general. Según algunos autores 27 parece que está demostrado que hay un factor hereditario que está relacionado con la fragilidad personal en los traumas. Este factor también influye en cuanto a las veces que una persona se expone a acontecimientos traumáticos en su vida 28,
Una prueba evidente sobre la relación, herencia y TEPT, tiene su origen en un estudio con gemelos y mellizos que se expusieron a situaciones de combate. Independientemente de la situación de guerra, se encontraron relaciones significativas entre herencia y síntomas de TEPT 29,
En otros estudios similares 30 se hallaron relaciones similares entre TEPT y herencia. Estos síntomas de estrés están relacionados con determinadas estructuras del sistema nervioso central como la amígdala o la corteza prefrontal y con polimorfismos genéticos o marcadores biológicos investigados en relación al TEPT.
• La alarma que produce la amígdala, es conocida por su papel en la emoción, el aprendizaje y la memoria. La amígdala es una estructura activa en la adquisición del miedo, o en aprender a temer a un evento (como tocar una estufa caliente), así como en las primeras etapas del miedo y su extinción o aprender a no temer.
La corteza prefrontal (PFC) del cerebro, que participa en tareas tales como la toma de decisiones, resolución de problemas, y el juicio, ciertas áreas de la PFC juegan ligeramente diferentes roles, por ejemplo, cuando considere el suceso como una fuente de estrés que se puede controlar, suprimirá a la amigdala (alarma) y controlará la respuesta de estrés.
• Entre los poliformismos genéticos que se han investigado 31, en relación al TEPT, cabe destacar la Estatmina (es una proteína que influye en el recuerdo del miedo, si hay poca el sujeto queda más expuesto a peligros), el GRP (es un péptido liberador de Gastrina, que ayuda a controlar la respuesta de miedo, si hay poco, se dan más recuerdos y más duraderos de miedo), y el 5-HTTLPR (es un Gen que controla la serotonina, relacionada con estado de ánimo y miedo, de forma que alimenta la respuesta de miedo), que tienen influencia en el control de la reacción de miedo.
- En otros casos el déficit de atención relacionado con el procesamiento de información periférica, que puede estar deteriorado en el TEPT, junto con alteraciones de la función ejecutiva asociada a la memoria de trabajo, pueden ser tomados como marcadores de disfunción en la corteza prefrontal 32,
- La reacción emocional fuerte posterior a un trauma, es decir, ser más sensible al estrés, con respuestas más rápidas, más intensas y más lentas de volver al punto de partida, es típico de sujetos neuróticos, que es uno de los factores de riesgo descritos ante un TEPT 33,
El neuroticismo, está conceptualizado como la tendencia relativamente estable a responder con emociones negativas ante situaciones de miedo, estrés, frustración o pérdida, parece ser un predictor significativo para los síntomas de TEPT y problemas generales de salud entre las víctimas de diferentes desastres 34-36,
Sin embargo, parece que en la literatura científica hay cierta discrepancia en estos resultados37. Un Estudio más actual de metaanálisis realizado por Soler-Ferreira y col.38 investiga la asociación entre neuroticismo y TEPT. Sus resultados sugieren que el neuroticismo se asocia a la posibilidad de desarrollar un TEPT tras haber estado expuesto a un evento traumático, y sus resultados son generalizables a la población general.
El tamaño medio del efecto mostró una correlación positiva de intensidad media según el criterio de Cohen (r+=0,371). Diferentes estudios ya han demostrado, desde hace tiempo, que los rasgos de la personalidad reflejan una influencia genética, que a su vez es causante de diferencias individuales 39,
En las últimas investigaciones sobre biomarcadores, estos se han tomado como indicadores de los procesos biológicos que sin jugar un papel de causa, sí que son una señal biológica que apunta hacia la presencia de patologías y diferencias individuales específicas. Un ejemplo de este tipo son los niveles de melatonina como biomarcadores de ciertas enfermedades mentales 40,
Hay evidencia neuropsicológicas que sugieren biomarcadores relacionados con aumento de excitación cortical, muy relacionado con los síntomas de TEPT, como el pensamiento y la interpretación de acontecimientos externos del trauma, de acuerdo con déficit de procesos mentales como la atención, la concentración y la memoria, cada vez son más las investigaciones que relacionan biomarcadores con déficit emocionales que tienen un origen neuropsicológico 41-43,
Por tanto no se puede afirmar que sea únicamente la exposición a la situación traumática lo que señala la fragilidad, hay factores previos como los posibles problemas de tipo psiquiátrico en los afectados o sus familias o su perfil personal más neurótico, lo que aumenta el riesgo para sufrir un TEPT 44,
Esto mismo se ha demostrado en colectivos de profesionales de rescate45 o personas que han sido víctimas de violencia de tipo sexual 46, Los sujetos por el contrario antifragiles tienden a sacarse de encima antes los sucesos estresantes, tienen un rasgo neurótico menos marcado 47, que correlaciona con biomarcadores del sistema neuroquímico 48 y que se refleja a la vez en los niveles de actividad de la amígdala 49,
- Las características personales en parte son heredadas y se van a mantener a lo largo de toda la vida, esto ya fue descrito por Eysenck y posteriormente incluidas en modelos de personalidad 50,51,
- Los sucesos traumáticos suceden en mayor medida a personas que tienen altos grados de neuroticismo y extraversión 52 muy relacionado con la impulsividad y la búsqueda de sensaciones.
Los individuos que actúan deprisa y asumen riesgos están más expuestos a situaciones estresantes en general 53, Tampoco se puede afirmar rotundamente que sean únicamente factores personales los que determinan la mayor o menor fragilidad ante los traumas, también hay otros factores, como los ambientales que tienen gran peso y determinan variaciones en las dimensiones de personalidad, factores del entorno en una catástrofe puede tener un efecto contaminante y tóxico directo sobre el cerebro 54,
Los propios esquemas para el procesamiento de la información traumática se desarrollan a través de interacciones entre factores innatos y ambientales 55 pudiendo variar a lo largo del ciclo vital, los niños, por ejemplo, suelen tener un nivel de resistencia considerable ante los traumas 56 que varía a lo largo de su vida.
Se pueden señalar otros factores que fomentan la antifragilidad, como la capacidad intelectual o los rasgos de personalidad como el optimismo 57, El procesamiento cognitivo satisfactorio de una experiencia estresante puede ser suficiente para recuperarse de síntomas agudos tras el trauma 58,
Tener la fortaleza para afrontar las adversidades, tener buenos apoyos de la comunidad y de la propia familia 59, no tener historias previas de psicopatología personal o en la familia, no tener problemas económicos graves, y en niños, no haber sido abusado en la infancia, son factores que favorecen la recuperación de un trauma.
Fomentar la resiliencia y las fortalezas de forma individual y comunitaria es una tarea fundamental en los programas de prevención. Al final conseguir el bienestar de las personas es un componente fundamental de salud, y hace que las personas materialicen sus fortalezas, superen el estrés y hagan aportaciones a la comunidad.
Fragilidad en los profesionales de rescate En los profesionales que trabajan en situaciones de emergencias y catástrofes una de las consecuencias negativas postraumática es lo que se denomina el “estrés traumático secundario” 60,61 cuyos efectos son entre otros la merma de la operatividad de la unidad, el agotamiento personal de tipo emocional 62 y en definitiva una mayor fragilidad.
En estudios realizados en la UME 63, se ha encontrado que de los factores de riesgo que se relacionan con el cansancio de tipo emocional en los profesionales militares, algunos están relacionados con la organización, como el grado de orgullo de pertenecer a la organización, o el sentimiento de integración en el equipo y con los líderes.
- Y otros con la persona, factores personales de tipo emocional como el neuroticismo y la extraversión.
- En otros estudios realizados por el catedrático Bernardo Moreno y Col.64, los estresores de la propia organización 65 y los factores personales son predictores y determinantes para la vivencia de las situaciones estresantes en el ámbito laboral.
El sentido de humor es una de estas estrategias personales adecuada a corto plazo, ya que a largo plazo se considera una estrategia de coping evitativa. Otro factor personal estudiado es la capacidad de empatizar, que no parece influir de manera significativa en el desarrollo del estrés traumático secundario.
Un factor de interés es la comprensibilidad, este es un aspecto clave en la aparición de la fatiga por compasión de acuerdo con las teorías cognitivas del trauma 66, en general, poseer un sistema cognitivo bien estructurado parece ser un factor clave para la antifragilidad en los traumas. En profesionales de la psicología que trabajaron en el 11M se observó que una variable cognitiva como la rumiación, (darle vueltas a pensamientos e imágenes negativas asociados al trauma) precedía a los síntomas de estrés postraumático secundario 67,
Una última variable es la de realizar la tarea estresante como un reto personal que tiene una función de antifragilidad. La mayor parte de los efectos negativos de una situación laboral estresante pueden ser evitados si se entienden como una oportunidad y un incentivo para el crecimiento personal y no como una amenaza 68,
La detección de profesionales con rasgos antifrágiles y con menor riesgo de desarrollar TEPT resulta de gran utilidad en diversos contextos. Por ejemplo, en los procesos de selección/admisión de personas que se van a ver expuestas a eventos altamente estresantes (militares, personal de emergencias médicas, policías, bomberos, etc.), así como en situaciones en las que se pretende ofrecer una orientación laboral o vocacional.
Una buena selección previa y la preparación y entrenamiento psicológico posterior de los equipos de intervención, es de vital importancia tal como se ha propuesto en otros trabajos 69, Se pueden instauran sistemas de preparación psicológica general de los profesionales para disminuir las posibles fragilidades y riesgos 70, en algunos casos realizar programas de preparación psicológica diseñados específicamente para determinados equipos de intervención, como por ejemplo los realizados para equipos de intervención en riesgos tecnológicos y medioambientales (GIETMA) de la UME (Unidad Militar de Emergencias) que han demostrado su eficacia 71,
- Conclusión La asociación entre factores personales y la fragilidad o antifragilidad ante situaciones traumáticas no es una novedad, ya se contemplaba y se observaba en la historia de distintas formas.
- En la literatura como en “la Odisea” donde se describen las reacciones de los soldados en las batallas, posteriormente en el siglo XIX, Sigmund Freud lo describía en sus conferencias sobre psicoanálisis, Kraepelim lo denominó “scherck neurosis” (neurosis pos susto) al estudiar a víctimas de accidentes de tren e incendios.
Después de las guerras mundiales se da más importancia al síndrome, al analizar las consecuencias del combate en los veteranos de guerra. A partir de ese instante es donde se dan distintas denominaciones como: fisioneurosis, corazón de soldado, neurosis de guerra, shock del bombardeo, o fatiga de combate.
- Todo este corpus clínico se investiga durante el siglo XX, al estudiar los efectos de las catástrofes en la población civil y en las mujeres que habían sido violadas (síndrome de trauma de violación).
- En la tercera versión del manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, de la asociación americana de psiquiatría, se incluyó por primera vez el diagnóstico de TEPT como tal.
Las personas que se enfrentan a una situación de tipo traumático, no quedan inmunes, esto tiene unas consecuencias psicológicas importantes, el hecho de sufrir, ver peligrar la propia vida o la de otros, y vivir la situación con una alta emocionalidad negativa es siempre difícil de recuperar psicológicamente, requiere tiempo y un gran esfuerzo personal.
Desde el punto de vista de la atención psicológica hay que dar una respuesta a todas las personas en los primeros momentos, algunas de ellas saldrán adelante por sus medios (Antifrágiles) e incluso aprenderán y tendrán una experiencia vital que les servirá en el futuro. Otras se verán mermadas psicológicamente (Frágiles) y requerirán ayuda especializada para salir adelante después del trauma.
Los tratamientos se han centrado principalmente en las personas más frágiles, olvidando a aquellas otras que, demostrando menor sintomatología, también necesitan una primera ayuda psicológica profesional, para salir antes y con menos secuelas del trance.
Existe en la actualidad un verdadero corpus de investigación al respecto, se ha demostrado la existencia del síndrome de estrés postrauma y de sus consecuencias, se ha diferenciado los síntomas agudos que pueden ser normales en los primeros momentos, de los crónicos, además de identificar algunos de los moderadores, biomarcadores, factores de riesgo en general, más importantes respecto: A la sociedad y la cultura donde ocurre, (la preparación de la sociedad para soportar los traumas).
Respecto al tipo de suceso que se ha vivido, (catástrofes de distinta idiosincrasia producen efectos distintos en las victimas que las sufren). Y respecto a la persona, en este último caso parece que la diferencia está en cómo se vivencia la situación y las habilidades y apoyos que tienen la personas para salir adelante, es lo que diferencia a personas más FRÁGILES de aquellas que superan mejor de estas situaciones traumáticas los ANTIFRÁGILES.
Uno de los factores de riesgo de fragilidad es el hereditario, los biomarcadores, tener un sistema nervioso hiperactivado en estas situaciones que dificulta la homeostasis. También las personas con características más neuróticas que vivencian la situación con una alta emocionalidad negativa, que dura más tiempo, tienen menos capacidad para recuperarse y menos apoyos sociales, sumando aquellas personas que ya parten con algunas dificultades en su salud mental previas al trauma.
Hay otro tipo de personas que por sus características están más expuestas a estas situaciones potencialmente traumáticas, son más extravertidas y buscan sensaciones intensas lo que produce un mayor riesgo. El diagnóstico de TEPT ha ido cambiando, ganando importancia con el tiempo y la investigación.
- En la actualidad se ha aumentado el número de diagnósticos mentales posibles y se ha establecido un nuevo capítulo referido a los trastornos relacionados con el trauma, con cuatro grupos de síntomas y con criterios diferentes entre adultos y niños.
- La psicopatología aguda tras un trauma se puede considerar normal en los primeros momentos, es la “normalización de los síntomas”, las conductas tras un trauma se puede considerar normales ante una situación que no es normal.
Esta situación sintomática primera puede provocar en algunas ocasiones que se esté atendiendo y medicalizando las dificultades de la vida cotidiana, algunas son debidas a infelicidad y malestar emocional. Estas situaciones aun no siendo un trastorno o patología clínico, hay que darle una solución, y estas demandas tienen que ser atendidas, para ello (p.
- Ej., duelos no patológicos) se han creado algunas técnicas psicológicas específicas de consejería y de intervención en crisis.
- Los organismos mundiales (como la OMS) indican que hace falta profesionales preparados para dar una respuesta adecuada en prevención, preparación y atención en situaciones postraumáticas.
De lo que aún estamos carentes en España. En el personal profesional, que trabaja en situaciones traumáticas o de alto impacto emocional como las catástrofes y emergencias, las consecuencias no son las mismas que en las afectados directos, en estos casos la consecuencia es un estrés traumático secundario, un síndrome que tiene como consecuencia la fragilidad, la merma de la capacidad personal y profesional y la perdida de operatividad de la organización.
- Hay factores de riesgo asociados, según las últimas investigaciones tienen que ver con los estresores de la propia organización, el momento vital y personal de cada trabajador, o el uso de determinadas estrategias de coping consideradas evitativas.
- En este sentido, el trabajo psicológico se basa en la prevención laboral y la preparación de los equipos de trabajo.
Tener un buen sistema de selección y organización laboral, basado en las últimas evidencias científicas. Preparando psicológicamente al profesional (se pueden aprender estrategias psicológicas que tienen que ver por un lado con la propia organización y por otro con el trabajador).
- De esta forma se puede lograr tener una organización laboral y unos profesionales más saludables y dispuestos para realizar estos trabajos de alto impacto psicológico.
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¿Qué te duele cuando estás estresado?
Todos experimentamos estrés de vez en cuando. Es algo que forma parte de los altibajos emocionales de la vida. Las fuentes del estrés son muchas. Puede tener su origen en nuestro entorno, en nuestro cuerpo, o en nuestros propios pensamientos y en cómo vemos el mundo que nos rodea.
Sentirse estresado en momentos de presión, como la época de exámenes, es de lo más natural, pero estamos diseñados psicológicamente para lidiar con ello y reaccionar. Cuando nos sentimos sometidos a presión, nuestro sistema nervioso manda instrucciones al cuerpo para que libere hormonas del estrés, como adrenalina y cortisol, que producen cambios fisiológicos con el fin de ayudarnos a hacer frente a la amenaza o al peligro que vemos cernerse sobre nosotros.
Es lo que se llama “respuesta de estrés” o reacción “de lucha o huida”. En realidad, el estrés puede ser positivo, ya que la respuesta a él nos ayuda a estar alerta, motivados y centrados en la tarea que nos ocupa. Normalmente, cuando el estrés se atenúa, el cuerpo recupera el equilibrio y volvemos a sentirnos tranquilos otra vez.
Pero cuando experimentamos estrés demasiado a menudo o durante demasiado tiempo, o cuando los sentimientos negativos son superiores a nuestra capacidad de salir adelante, aparecen los problemas. La activación continua del sistema nervioso ‒al experimentar la “respuesta de estrés”‒ provoca el desgaste del organismo.
Cuando estamos estresados, el sistema respiratorio sufre el efecto inmediatamente, Nos suele costar más respirar y lo hacemos más deprisa en un intento de llevar rápidamente sangre rica en oxígeno al cuerpo. Aunque a la mayoría de nosotros esto no nos supone ningún problema, sí puede serlo para las personas con asma, que pueden tener sensación de falta de aliento y esforzarse por aspirar suficiente oxígeno.
- También puede provocar que la respiración se acelere y sea superficial, de manera que el aire aspirado sea mínimo, lo cual puede desembocar en una hiperventilación.
- La probabilidad de que esto ocurra es mayor si la persona es propensa a la ansiedad y los ataques de pánico.
- El estrés causa estragos en el sistema inmunitario,
El cortisol liberado en el organismo inhibe tanto este sistema como las vías inflamatorias, así que nos volvemos más vulnerables a las infecciones y a las inflamaciones crónicas. Nuestra capacidad de defendernos de la enfermedad se reduce. El sistema inmunitario, músculoesquelético y endocrino sufren los efectos del estrés El sistema músculoesquelético también sufre los efectos.
- Los músculos se tensan, lo cual es la manera natural que tiene nuestro cuerpo de protegernos de las heridas y el dolor.
- La tensión muscular repetida puede provocar molestias y dolores en el cuerpo, y cuando esto ocurre en los hombros, el cuello y la cabeza, puede resultar en cefaleas y migrañas por tensión,
También se producen efectos cardiovasculares. Cuando el estrés es agudo (en ese preciso momento), la frecuencia cardíaca y la presión sanguínea suben, pero vuelven a la normalidad una vez este ha pasado. Si se experimenta estrés agudo repetidamente o si el estrés se convierte en crónico (si se prolonga durante un periodo largo de tiempo), puede provocar daños en las venas y las arterias.
Esto incrementa el riesgo de sufrir hipertensión, ataques al corazón o infartos. El sistema endocrino sufre igualmente, Este sistema desempeña un importante papel en la regulación del estado de ánimo, el crecimiento y el desarrollo, la función de los tejidos, el metabolismo y los procesos reproductivos.
El metabolismo resulta afectado. El hipotálamo está situado en el cerebro y cumple una función clave en la conexión del sistema endocrino con el sistema nervioso. Las señales de estrés procedentes del hipotálamo disparan la liberación de las hormonas del estrés cortisol y epinefrina, y el hígado produce azúcar sanguíneo (glucosa) para abastecernos de energía que nos permita enfrentarnos a la situación estresante.
- La mayoría de la gente reabsorbe la glucosa suplementaria cuando el estrés disminuye, pero para algunas personas esto supone un mayor riesgo de sufrir diabetes.
- Podemos tener problemas con el sistema reproductivo El estrés puede tener desagradables efectos gastrointestinales,
- Podemos sufrir ardor de estómago y reflujo ácido, especialmente si hemos cambiado los hábitos alimentarios para comer más o menos, o hemos aumentado el consumo de alimentos grasos o dulces.
La capacidad del intestino de absorber los nutrientes de lo que comemos se puede reducir, y podemos padecer dolor de estómago, hinchazón y náuseas, diarrea o estreñimiento. Asimismo, podemos tener problemas con el sistema reproductivo. En el caso de los hombres, el estrés crónico puede afectar a la producción de testosterona y esperma,
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¿Qué dolores musculares produce el estrés?
Síntomas del estrés muscular – Los síntomas de la tensión muscular pueden ser más o menos intensos, en función del grado de sobrecarga y del perfil de la persona, Generalmente, los principales signos de la tensión muscular son:
- rigidez muscular y pesadez
- contracturas musculares y músculos rígidos al tacto
- dolor en ciertas zonas del cuerpo, especialmente en la espalda, hombros, cuello, mandíbula y entrecejo
- mareos y dolor de cabeza de tipo punzante, en caso de tensión muscular localizada en las cervicales
- calambres, si la tensión muscular es en las piernas
- hormigueo, si la tensión de los grupos musculares provoca compresión de algún nervio
- debilidad muscular
- movilidad reducida
- cansancio
- ansiedad
- irritabilidad
- insomnio
¿Cómo se manifiesta el estrés en el cuerpo?
El estrés en comparación con la ansiedad –
El estrés | El estrés y la ansiedad | La ansiedad |
---|---|---|
Generalmente es una respuesta a una causa externa, como tomar una prueba importante o discutir con un amigo. Desaparece una vez que se resuelve la situación. Puede ser positivo o negativo. Por ejemplo, puede motivarte a cumplir con un plazo o puede hacerte perder el sueño. |
Tanto el estrés como la ansiedad pueden afectar la mente y el cuerpo. Puedes tener síntomas como:
preocupación excesiva, inquietud, tensión, dolores de cabeza o de cuerpo, presión arterial alta, pérdida de sueño. |
Generalmente es interna, lo que significa que es tu reacción al estrés. Con frecuencia incluye un sentimiento persistente de aprensión o temor que no desaparece y que interfiere en la forma en que llevas tu vida. Es constante, incluso si no hay una amenaza inmediata. |
¿Cuándo comienza el estrés postraumático?
Síntomas – Los síntomas del trastorno por estrés postraumático pueden comenzar dentro del mes de un hecho traumático, pero a veces pueden no aparecer hasta años después. Estos síntomas ocasionan problemas considerables en situaciones sociales o laborales y en las relaciones.
También pueden interferir en tu capacidad de hacer las tareas diarias habituales. Los síntomas del trastorno por estrés postraumático por lo general se agrupan en cuatro tipos: recuerdos intrusivos, evasión, cambios negativos en el pensamiento y en los estados de ánimo, y cambios en las reacciones físicas y emocionales.
Los síntomas pueden variar con el paso del tiempo o según la persona. Recuerdos intrusivos Los síntomas de los recuerdos intrusivos pueden ser los siguientes:
Recuerdos recurrentes, involuntarios y angustiantes del hecho traumático Revivir el hecho traumático como si estuviera sucediendo otra vez (recuerdos recurrentes) Sueños perturbadores o pesadillas acerca del hecho traumático Sufrimiento emocional grave o reacciones físicas a algo que te recuerde el hecho traumático
Evasión Los síntomas de la evasión pueden ser los siguientes:
Tratar de evitar pensar o hablar acerca del hecho traumático Evitar lugares, actividades o personas que te recuerden el hecho traumático
Cambios negativos en el pensamiento y en los estados de ánimo Los síntomas de los cambios negativos en el pensamiento y en el estado de ánimo pueden ser los siguientes:
Pensamientos negativos sobre ti mismo, otras personas o el mundo en general Desesperanza acerca del futuro Problemas de memoria, incluso no recordar aspectos importantes del hecho traumático Dificultad para mantener relaciones cercanas Sentirte distanciado de tus familiares y de tus amigos Falta de interés en las actividades que antes te gustaban Dificultad para sentir emociones positivas Sentirte emocionalmente insensible
Cambios en reacciones físicas y emocionales Los síntomas de los cambios en las reacciones físicas y emocionales (también llamados síntomas de excitación) pueden ser los siguientes:
Asombrarte o asustarte fácilmente Estar siempre alerta al peligro Conducta autodestructiva, como por ejemplo beber en exceso o conducir demasiado rápido Problemas para dormir Dificultad para concentrarse Irritabilidad, arrebatos de ira o conducta agresiva Sentimientos abrumadores de culpa o vergüenza
En los niños de 6 años y menores, los signos y síntomas también pueden incluir los siguientes:
Recrear el hecho traumático o aspectos de este a través del juego Sueños aterradores que podrían o no incluir aspectos del hecho traumático
Intensidad de los síntomas Con el tiempo, los síntomas del trastorno por estrés postraumático pueden variar en intensidad. Puedes tener más síntomas de trastorno por estrés postraumático cuando estás estresado en general o cuando recuerdas lo que atravesaste.
Por ejemplo, puedes escuchar el pistoneo del motor de un auto y revivir experiencias de combate. También puedes ver un informe en las noticias acerca de una agresión sexual y sentirte abrumado por los recuerdos de tu propia agresión. Cuándo debes consultar a un médico Si tienes pensamientos y sentimientos perturbadores acerca de un hecho traumático durante más de un mes, si son graves, o si sientes que tienes problemas para retomar el control de tu vida, habla con un profesional de salud mental.
Consigue un tratamiento cuanto antes para evitar que los síntomas del trastorno por estrés postraumático empeoren. Si tienes pensamientos suicidas Si tú o alguien que conoces está teniendo pensamientos suicidas, busca ayuda inmediatamente a través de uno o más de estos recursos:
Comunícate con un amigo cercano o un ser querido. Ponte en contacto con un pastor, un líder espiritual u otra persona de tu comunidad religiosa. Llama a la línea directa para prevención del suicidio. En los EE. UU., llama o envía un mensaje de texto al 988 para comunicarte con la Línea de Prevención del Suicidio y Crisis 988, disponible las 24 horas del día, los siete días de la semana. También puedes usar el chat de ayuda en línea Lifeline Chat, Los servicios son gratuitos y confidenciales. Pide una cita con tu médico o un profesional en salud mental.
Cuándo pedir ayuda de urgencia Si crees que puedes lastimarte o intentar suicidarte, llama al 911 o al número local de emergencias de inmediato. Si conoces a alguien que corre peligro de intentar suicidarse o ha cometido un intento de suicidio, asegúrate de que alguien se quede con esa persona para que esté segura,
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