El Dolor No Es Lo Mismo Que El Sufrimiento?

El Dolor No Es Lo Mismo Que El Sufrimiento
Diferencia entre dolor y sufrimiento A lo largo de la historia de la humanidad, el hombre ha intentado evitar a toda costa el dolor y el sufrimiento buscando el placer y huir de aquello que lo lastime y haga daño, y lógicamente resulta natural esta premisa, ya que nadie está dispuesto a padecer y sufrir.

  • Sin embargo, entender la diferencia entre dolor y sufrimiento y comprender que serán nuestros compañeros toda la vida, es de vital importancia ya que al manejar cada una de estas experiencias nos enfrentarán al cambio y crecimiento, experiencias en sí, únicas pero distintas.
  • El dolor es una vivencia identificable, tangible.

Es un fenómeno concreto que está presente de manera real para quien lo padece. Cada uno de nosotros aprende el significado de la palabra “dolor” a través de la experiencia personal, originado por diferentes causas. El dolor es un aprendizaje personal, una sensación, que evoca una emoción, que es molesto y desagradable.

Por el contrario, el sufrimiento se ubica y se alimenta en un tiempo y espacio distintos al momento presente. Generalmente sufrimos por lo ya ocurrido o por lo que creemos que ocurrirá en un futuro, también se sufre por la manera en que la vida es interpretada por cada quien, distorsionando muchas veces la realidad.

En este caso, el sufrimiento siempre es alimentado por los pensamientos y emociones, es, a diferencia del dolor, subjetivo. Ambos, dolor y sufrimiento son los pilares para iniciar el alivio, la aceptación y la cura. Frente a ambos no se lucha, se aceptan mediante un proceso psicológico y espiritual, ya que no pueden ser eliminados del todo. Instituto Mexicano de Tanatología Ciudad de México, CP 03100 [email protected] www.tanatologia.org.mx Teléfono: (55) 55360071
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¿Qué diferencia hay entre sufrir y dolor?

Ambos pueden parecer la misma cosa, pero no lo son. El dolor habla más de los aspectos físicos y el sufrimiento de los metafísicos. El dolor se puede aliviar casi siempre con analgésicos, el sufrimiento no.
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¿Qué quiere decir el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional?

En ambos casos significa que estamos vivos y que todas las oportunidades se hallan a nuestro alcance. A lo largo de la vida pasamos por momentos difíciles, pero depende de nosotros transformarlos en sabiduría o en amargura. Por eso el Buda afirmaba que «el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional».
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¿Qué dice la Biblia sobre el dolor y sufrimiento?

El dolor y el sufrimiento humano a la luz de la razón y de la fe cristiana –

Autores: Evandro Agazzi Localización: Medicina y Ética: Revista internacional de bioética, deontología y ética médica, ISSN 0188-5022, ISSN-e 2594-2166, Vol.24, Nº.3, 2013, págs.327-343 Idioma: español Enlaces

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Resumen

español El dolor y el sufrimiento son realidades negativas cuya evidencia no puede ser resuelta por comunes disquisiciones filosóficas. El ser humano busca “dar una razón y un sentido” a la realidad que lo circunda, pero no logra hacerlo por la zona de la realidad constituida por el mal (o sea, no encuentra una respuesta racional a la pregunta “¿por qué existe el mal?”). En el ámbito puramente “mundano” el mal queda como un enigma, pero se vuelve un auténtico problema cuando se admite la existencia de Dios: “problema del mal” y “problema de Dios” se condicionan mutuamente. “Si Dios existe, ¿de dónde viene el mal? No puede venir de Él (todo aquello que existe es de suyo bueno), pero es sólo produc­ to del mal uso que el hombre hace de su libre albedrío (mal “moral”) y Dios “tolera” este mal porque respeta el libre albedrío humano. Dolor y sufrimiento (mal, llamado “físico”) son consecuen­ cia (como expiación) del mal moral y Dios, aun siendo infinita­ mente bueno y omnipotente, no lo elimina porque es sumamente justo. Esta es la respuesta más clásica de la teodicea. Ésta, sin embargo, no explica verdaderamente el dolor del inocente. En conclusión, el mal permanece sustancialmente ininteligible utilizando las categorías de la razonabilidad humana, y la única respuesta para una filosofía verdaderamente racionalista (o sea que considera que una razón debe existir para cada aspecto de la realidad), es aquella de admitir que tal “razón” supera las limitaciones de la razón humana, y con ello se abre hacia la aceptación de la razonabilidad divina. La tesis que dolor y sufrimiento humanos son explicación del mal moral es explícitamente rechazada por Jesús en el Evangelio y Él ha realizado muchas obras mila­ grosas para aliviar estos males. Por otro lado libremente ha aceptado por sí mismo el dolor, el sufrimiento y la muerte, mostrando así concretamente que también Dios puede sufrir; pero su resurrección muestra al mismo tiempo la omnipotencia de Dios, ofreciendo una respuesta no conceptual, sino concreta a la compati­ bilidad del dolor y omnipotencia divina. El hombre es invitado a combatir junto a Dios, dolor y sufrimiento mediante obras efectivas, y al mismo tiempo a dar un sentido escatológico al dolor y al mal presente en el mundo fundándose en la bondad y omnipotencia de Dios. Jesús ha roto también la espontánea convicción de que el mal realizado deba ser expiado infligiendo otro mal (la pena) a quien lo comete. Dos males no se compensan, sino se suman. La compensación del mal consiste en el perdón, que rompe su espiral externa, mientras el arrepentimiento repara la herida interna que la culpa inflige en el ánimo de aquel que la comete. Todo esto se incluye en la nueva visión de las relaciones de los hombres entre ellos y con Dios, o sea la perspectiva del amor, aún si permanece siempre misterioso para la razón humana para que el amor deba pasar a través del dolor como su prueba. English Pain and suffering are negative realities whose evidence cannot be dissolved by subtle philosophical arguments. The human being tries to “find a reason and a sense” for the whole of reality surrounding him, but is unable to do this for that portian of reality constituted by evil (i.$. he cannot answer the question, “why evil?”). On the purely mundane plane evil remains an enigma but becomes a real problem when the existence of God is admitted:”problern of evil” and “problem of God” are mutually interrelated. lf God exists “from where does evil come?” lt cannot come from God (everything that exists is good in itself) but is produced by man when he makes bad use of his free will (moral evil) and God “tolerates” this evil because he respects human free will. Pain and suffering (often called “physical evil”) are the consequence of moral evil (are its expiation) and God, though being infinitely good and omnipotent, does not eliminate them because he is at the same time infinitely just. This is the most classical answer of theodicy. lt does not really explain, however, the suffering of the innocent. In conclusion, evil remains essentially unintelligible by using the categories of human reason, and the only way out for a genuinely rationalist philosophy (i.e. a philosophy according to which there is a reason for whatever exists) is that of admitting that such a “reason” oversteps the limits of human rationality and in such a way opens itself to the admission of a divine rationality. The claim that pain and suffering are the expiation of moral evil is explicitly rejected by Jesus in the Gospel, and he has accomplished several miraculous works in order to diminish their impact. On the other hand, he has freely accepted pain, suffering and even death for himself, concretely showing in such a way that God himself can suffer, but his resurrection shows at the same time the omnipotence of God, thereby offering not a conceptual but a concrete answer to the question of the compatibility of pain with divine omnipotence. Hence man is invited to fight with God against pain and suffering by doing good works and at the same time to give a positiva eschatological sense to the pain and evil that are present in the world, relying on God’s goodness and omnipotence. Jesus has also broken the spontaneous conviction that the evil committed must be compensated by another evil (the punishment) inflicted on the person who has committed it. Two evils do not compensate each other, but they add up. The compensation of evil consists in forgiveness, that breaks the externa! spiral of evil, while repentance heals the internal wound that the wrong action produces in the soul of the person committing it. All this is part of the new perspectiva regarding the relations that humans must entertain among themselves and with God, that is, the perspectiva of love, though it still remains mysterious for human reason why love should pass through pain as its test.

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¿Qué hace Dios frente al dolor y sufrimiento humano?

INDICE Introducción 1. Perspectiva psicofísica del dolor 2. Naturaleza del dolor 3. Tipos de dolor 4. Distintas actitudes ante el dolor 5. Interpretaciones del dolor 6. Sentido humano del sufrimiento 7. Los límites del sentido humano y la plenitud de la fe cristiana 8.

Más allá del dolor y el sufrimiento del hombre 9. El valor salvífico del dolor humano 10. Conclusión Bibliografía Notas Introducción La preocupación por el dolor es de gran importancia, por cuanto hoy han disminuido los niveles de tolerancia álgida. Existe mucho miedo al dolor y al sufrimiento. Esto procede de dos raíces principales: por un lado el hedonismo y por otro, los beneficios aportados por la técnica; gracias a los progresos de la anestesia y de la analgesia, el hombre está menos familiarizado con el dolor que sus antecesores, por eso le teme mucho más.

Surge la algofobia que constituye una verdadera plaga social. Nuestra cultura pretende abaratar el mal y el sufrimiento. Dice Polaino: “estamos en una cultura en la que el sufrir tiene mala prensa. El dolor es hoy un dis-valor” 1 no tenemos motivos para soportarlo, sino medios técnicos para combatirlo.

Hemos caído en una trampa peligrosa: pensar que somos capaces de erradicarlo, lo cual es imposible. No soportamos el sufrimiento. El miedo o pánico al dolor llega a ser patológico. Se dice que padecemos de analgofilia : aficción desmedida al analgésico; “las virtudes han sido sustituidas por las grageas”.

La eficacia de los analgésicos nos ha ido ablandando. El sufrimiento se considera un intruso, que quizá desmiente la bondad del Creador y hunde en la desesperación. Se lo ve como una maldición. Se lo hace coincidir con la absurdidad. Por otra parte, se advierte una pérdida del sentido humanizante y trascendente del dolor, lo que urge recuperar, porque se olvida que el dolor tiene una dimensión perfectiva y misteriosa.

  • Huyendo del dolor padecemos doblemente.
  • Según Polaino-Llorente el dolor es una cuestión que interpela a cada persona, El sufrimiento resulta inevitable.
  • Ningún hombre puede zafarse de la experiencia del sufrimiento.
  • De una u otra forma, todos acabamos por ser hombres dolientes,
  • Pero decía el maestro Eckhart que: “la cabalgadura que con más rapidez conduce a la perfección es el sufrimiento” 2 1.

Perspectiva psicofísica del dolor Sobre este tema la ciencia ha hecho aportes importantes. Aquí solo señalaremos unas pocas consideraciones. El dolor tiene un primer nivel, biológico y físico, donde se manifiesta como reacción a un estímulo sensitivo perjudicial.

  • El dolor es un daño sentido” 3,
  • Toda experiencia dolorosa deja un recuerdo importante, no en cuanto dolor propiamente dicho, sino en tanto que experiencia dolorosa.
  • Esa huella no puede interpretarse como algo innato, sino adquirida; y en tanto que adquirida, puede condicionar determinados tipos de actitudes frente a futuras situaciones dolorosas.

La experiencia dolorosa es compleja y más rica que la mera sensación de dolor. Existen diversas estructuras físicas responsables del dolor. La corteza cerebral tendría la función de gobernar no sólo la percepción dolorosa, sino también las actitudes, las disposiciones y ciertos comportamientos.

  • La corteza sería la responsable de los aspectos intencionales, cognitivos, concurrentes en el dolor.
  • En suma, el dolor es una señal al servicio de la vida ante lo que representa una amenaza para la misma.2.
  • Naturaleza del dolor El dolor es un acto de la subjetividad, un sentimiento.
  • Santo Tomás señala diesisiete instancias afectivas.

Dice el Aquinate “los hombres son victimas de muchas deficiencias” 4 porque su fuerza y energía vital son limitadas, todo movimiento vital consume una parte de ellas. San Agustín lo define como un sentimiento que resiste a la división. El dolor corporal intenso, patentiza en nuestra conciencia la unidad substancial de la persona; que se revela contra su disgregación.

  1. Por su parte, Bergson considera al dolor como sensación local impotente.
  2. La tendencia a la huida que provoca el estímulo doloroso está enlazada con la imposibilidad de sustraerme a la realidad dolorosa; el dolor rompe la unidad de la persona.
  3. En un segundo nivel, la experiencia dolorosa es mucho más rica que la mera sensación de dolor.

Esta última es siempre dolor exterior, causado por un mal que es contrario al cuerpo y percibido por los órganos corporales, mientras que la quiebra y el desgarro íntimo del afligido son dolor interior, o sea sufrimiento. En el sufrimiento o dolor interior, interviene la memoria, la imaginación y la inteligencia.5 3.

Tipos de dolor Freud distingue tres fuentes principales del dolor: 1. la enfermedad que nos hace descubrir nuestra finitud; 2. las agresiones del mundo exterior que nos hacen descubrir nuestra pequeñez e indefensión; 3. las relaciones con el prójimo que nos descubre la injusticia. Por su parte, Scheler señala cuatro estratos en la persona: 1.somático, 2.vital, 3.

psíquico, 4. espiritual. De acuerdo con estas dimensiones existen cuatro sentimientos fundamentales: sensoriales, corporales y vitales, del Yo y de la persona. El dolor es un sentimiento del primer estrato, sensorial, referido al yo, pero no a la persona.

  • Esa sería la diferencia entre dolor y sufrimiento (cuarto estrato).
  • Y no solo por su intensidad, sino por su duración.
  • El sufrimiento devora todas las perspectivas de futuro, la indeterminación de un horizonte sin dolor, afectando a ese estrato espiritual y produciendo tristeza.
  • Santo Tomás señala que la apetencia de placer y el anhelo de unidad o amor es causa del dolor, ya que este es un sentimiento que resiste a la división de resistencia de la voluntad y de la sensibilidad a una fuerza de potencia superior, la misma causa dolor, porque si tal fuerza tuviera la potencia suficiente para transformar el impulso de resistencia volitiva o sensitiva.

De acuerdo a los autores señalados existen tres especies principales de dolor: dolor corporal, dolor interior y tristeza. Estos corresponden al cuerpo, alma y espíritu.4. Distintas actitudes ante el dolor Para R. Spaemann la pregunta acerca del sentido del sufrimiento es la pregunta acerca de la experiencia de la falta de sentido, pues en esa experiencia consiste el verdadero sufrimiento ¿Qué sentido tiene la experiencia de lo sinsentido? 6 Tenemos miedo al sufrimiento y ese mismo miedo es sufrimiento.

El temor ante el dolor físico es, con frecuencia, peor que el propio dolor; el miedo ante el sufrimiento es miedo del miedo. El temor ante la muerte no es miedo a estar muerto, sino miedo ante la situación en la que tengo miedo. Es importante distinguir dolor de sufrimiento. Sufrir es un fenómeno complejo.

El dolor físico, el malestar, la sensación de desagrado, no son desde el principio idéntico al sufrimiento. El sufrimiento no se identifica, sin más, con el dolor físico. Ni con cualquier tipo de malestar. Muchas veces, el temor al dolor hace sufrir mucho más que el propio dolor.

El sufrimiento, no es un dolo físico o moral, sino un dolor que condena a la pasividad, donde no se puede hacer nada. En el fondo es una situación de impotencia que pide serenidad de aceptación de lo que no se puede cambiar. Hablar del tema sin haber padecido sufrimiento alguno, es lo más parecido a un ciego de nacimiento hablando de los colores.

Hay un grado moderado de dolor físico que no se puede denominar sufrimiento, sólo tiene un sentido conocido, una función biológica y se acepta sin objeción A partir de un cierto grado de intensidad, el dolor físico se convierte en sufrimiento; nos condena a la pasividad.

No se acierta a integrar una determinada situación dentro de un contexto de sentido; significa tristeza y pasividad o frustración. La pregunta acerca del sentido del sufrimiento es una pregunta paradójica. Ella misma es expresión de sufrimiento, de ausencia del sentido del actuar. Los amigos de Job, con sus respuestas teóricas, sólo consiguen irritarle.

Dios no responde a sus preguntas, sino que le hace callar. La sociedad moderna silencia la pregunta sobre el sufrimiento, la suprime. Concentra sus esfuerzos en la evitación y en la disminución del sufrimiento, de manera directa o indirectamente. Existe una actitud que incapacita para soportar el padecer y aumenta con ello el sufrimiento.

  • No se enseña a sufrir, como tampoco se enseña a morir.
  • En la antigüedad el sufrimiento desarrollaba su rol.
  • Dicha función hacía posible transformar, hasta cierto punto, el sufrimiento en actividad. Ej.
  • El mendigo no es simplemente un fracasado, sino que desempeña un papel.
  • Lo suyo no es sólo aceptar lo que le dan, no es un mero receptor, sino que él tiene algo que dar: el mendigo promete rezar por aquel que le da algo.

Por ello, es importante entender que el sufrimiento no es una pura condena a la pasividad.5. Interpretaciones del dolor Son muchas las interpretaciones que se han dado del dolor y del sufrimiento. Recordemos sólo algunas: a) El budismo considera que para anular el sufrimiento tengo que anular la voluntad.

A través de la praxis meditativa debe desaparecer el Yo; de este modo, se desvanece el sufrimiento. Se trata de evitar el sufrimiento y no de plantear la pregunta sobre el sentido, porque el sufrimiento es en sí mismo lo sinsentido. b) Schopenhauer tiene una interpretación pesimista: “Toda vida es dolor” 7 Considera la apetencia al placer como carentes de satisfacción.

El placer y la felicidad son vistos como ausencia del dolor. La felicidad existe cuando impedimos el deseo, evitamos enfrentamientos. Hacerse uno con la naturaleza; se trata de un cosmos estático y determinado. La felicidad consiste en disolver la subjetividad.

  • Eliminamos el dolor aniquilando al hombre.
  • C) Nietzsche encarna la interpretación heroica.
  • Dice que el dolor no tiene la última palabra: “el placer es más profundo aún que el sufrimiento” 8 También señala que la causa del dolor es la subjetividad sin correlación real.
  • Pero proclama la superioridad energética de la subjetividad sobre las fuerzas cósmicas.

Si el dolor supera ciertos límites se rompe la unidad del yo, produciendo la disolución del ser humano y conduciéndolo a la misantropía y al pesimismo. Afirmando el carácter omnipotente y absoluto del propio querer. d) La interpretación dialéctica considera que el dolor es un mal y que se debe evitar a toda costa pero a su vez es un mal que resulta necesario para el incremento y la constitución del bien y por ello es en último término un bien.6.

Sentido humano del sufrimiento Lo primero que se necesita para sabes qué hacer con el dolor es aceptarlo, como algo que esta ahí, y que tenemos que encarar: es el momento dramático de nuestra existencia. Señala Lewis: “la primera y más humilde operación del dolor destroza la ilusión de que todo marcha bien” 9 Nos pone en situación dramática y eso requiere un modo de expresión.

Sin embargo:”el que se sobrepone a su dolor, sube más alto” (Holderlin). Quien acepta esa situación convierte el hecho doloroso en una tarea: la de reorganizar la propia vida contando con esa dramática verdad que se ha hecho presente. Así, “La enfermedad me es dada como una tarea; me encuentro con la responsabilidad de lo que voy a hacer con ella” 10 El dolor “es el banco de pruebas de la existencia humana, el fuego de la fragua donde, como los buenos aceros, el hombre se ennoblece y se templa.

Y, sin embargo, para los hombres frágiles y pusilánimes, el dolor puede ser ocasión del desmoronamiento definitivo.11 Cuando sufro una enfermedad, un ultraje o una desgracia no somos libres de sufrirlos o no, vienen impuestos, pero podemos adoptar ante ellos una actitud positiva o negativa, de aceptación o rechazo.

En esa libertad radica la posibilidad de enriquecerse con el dolor.12 Sufrir, cuando se transforma en actitud de aceptación es algo que nos hace más libres, por eso, captamos las cosas esenciales; es crecer y madurar. El verdadero resultado del sufrimiento es un proceso de maduración; elevación o purificación.

Se comprende con luces nuevas, la distinción entre lo verdaderamente importante y lo que no lo es. Yepes dice: “el dolor realiza en nosotros una catarsis, una purificación, no solo corporal, sino espiritual; nos hace menos dependiente de nuestro capricho” 13, El dolor eleva al hombre por encima de sí mismo porque ayuda, le enseña a distanciarse de sus deseos.

Afirma Lewis: “el efecto redentor del sufrimiento reside básicamente en su propensión a reducir la voluntad insumisa.” 14 El hombre doliente se ennoblece si ha aprendido a ser fuerte para sobrellevar su dolor. Después de los dos momentos anteriores, se puede descubrir el verdadero sentido del dolor: “yo sólo puedo afrontar el sufrimiento, sufrir con sentido, si sufro por un algo o un alguien”.

  • El sufrimiento para tener sentido, no puede ser un fin en sí mismo.
  • Para poder afrontarlo, debo trascenderlo:”El sufrimiento dotado de sentido apunta siempre más allá de sí mismo, remite a una causa por la que padecemos.
  • En suma, el sufrimiento con plenitud de sentido es el sacrificio.” 15 Lo que da sentido al dolor es el amor; se aguanta el sufrir cuando se ama.

La fuerza para sufrir brota de los motivos que se tiene para seguir viviendo. Si estos no existen, no se aguanta una vida dramáticamente dolorosa. La existencia del sufrimiento es un reto a la fe y a la razón. Produce daños; pero podremos hacer algo positivo si se consigue darle sentido a ese mal que se presenta muchas veces como un atentado a la existencia de Dios.

Ni la fe capacita para no sufrir, ni impide la queja inmediata, pues todo sufrimiento lleva consigo el inevitable carácter de inesperado y duro por eso, el mazazo y la rebeldía aparecen irremediablemente en la conciencia del hombre. Frente al dolor existen actitudes. Una aceptar el dolor la otra consiste en silenciar o suprimirlo.

Esto incapacita para padecerlo. Las personas se debilitan. Se trata de atontar a la persona, porque no hay respuesta para sus preguntas. No hay explicación alguna, Se esconde el dolor, la muerte etc.; no se habla de ella. No se enseña a morir y nadie aprende sobre esa realidad.

Es importante advertir que no se puede imponer el sentido, sino ayudar a encontrarlo. En esto radica la capacidad de consolar cuando es verdadero y no simplemente en la mera repetición de frases hechas. Compartir en silencio, a veces, puede ser lo mejor. Polaino señala que el hombres doliente tiene que plantearse si va a ser feliz o no a pesar de sus sufrimientos.16 Lo primero que tiene que hacer es aceptarse a sí mismo tal como es con los sufrimientos y limitaciones.

El que ha estado en contacto con el sufrimiento, puede señalar que la persona que sufre, no pide tanto explicaciones racionales, como una actitud empátíca. Lo mismo puede suceder con las consideraciones teológicas, se queja porque no se encuentra sentido.

  1. Se necesita darle sentido porque esa situación forma parte de la vida.
  2. Sólo el sufrimiento con sentido da paz espiritual.
  3. Ante la desgracia siempre sobran las palabras, que nunca podrán compensar la pérdida sufrida.
  4. Todo sufrimiento verdadero se experimenta como ruptura.
  5. El homo doliente dice: tengo el alma destrozada y otras cosas por el estilo.

En muchos casos el sufrimiento ennoblece, nos hace más dignos. Pero el sufrir desgasta, el dolor duele porque supone poner en juego energías vitales que consumen. Como señalamos, la solución radica en ser capaces de encontrar ese sentido. Pero ha de ser una respuesta real.

Capacidad de aceptar lo imprevisto. Superar la desesperación porque destroza. A veces cabe la actitud de echarle la culpa a otro; pero esto no resuelve nada, simplemente se transfiere el problema. Es importante advertir, por otra parte, que la queja ante Dios por el sufrimiento, se convierte en afirmación de su existencia.

Versión Completa. Resiliencia: el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional. Boris Cyrulnik

Ante la realidad del sufrimiento inesperado e hiriente aparece una actitud de queja y de rebeldía ante Dios. Lo que brota del fondo del alma es la pregunta: ¿cómo es posible que Dios permita semejante cosa? ¿Qué sentido tiene las cosas que no quiero, que no he previsto y que me contrarían? pero la queja misma no deja de ser un modo de oración.

  • Una oración que encierra una protesta y una acusación.
  • ¿Cuál es la idea que está implicada en esa oración de queja? Dios es infinitamente poderoso e infinitamente bueno.
  • Si no reconozco eso no lo puedo acusar de nada, puesto que existe el mal, existe Dios.
  • Lo que hace del mal un enigma torturante es la existencia de Dios.
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Si Dios no existe, no hay ante quien quejarse, ni a quien pedirle cuentas.7. Los límites del sentido humano y la plenitud de la fe cristiana El dolor cuando queda integrado en la vida, nos moldea, nos hace más únicos, más humanos. Lo único que consigue no romper a la persona es que sea capaz de amar de verdad.

  1. El amor es un fuerte apoyo del sentido del sufrimiento.
  2. Algunos descalifican el sufrimiento como si fuera una maldición.
  3. Se hace coincidir el sufrimiento con la absurdidad.
  4. Se olvida que el dolor tiene también una dimensión perfectiva.
  5. Para alcanzar la felicidad hay que luchar.
  6. Hay que buscar la perfección en las entrañas del sufrimiento” 17,

No se conoce verdaderamente al hombre hasta no saber como se comporta frente al dolor. El mismo es el acontecimiento fundamental para el perfeccionamiento personal. Si mejora y se perfecciona, el dolor ha contribuido a hacer a la persona más feliz. Así, el dolor es una ocasión de la que el hombre puede servirse para alcanzar esa perfección.

  1. Ser feliz es elevar al máximo de perfección todas las facultades, especialmente las espirituales; pero hay que olvidar el mal que se está pasando.
  2. Por eso, insiste Polaino que es posible autorrealizarse en la experiencia dolorosa, porque el dolor es la ocasión, tanta veces mal aprovechas, para el autoperfeccionamiento personal.8.

Más allá del dolor y el sufrimiento del hombre Según Polaino el dolor se hace misterio, es el plus del dolor. Ya no alcanzan las explicaciones racionales y a pesar del desarrollo tecnológico y avances de la medicina, el hombre continúa siendo homo patines, el homo doloris de siempre, en su constante peregrinar en busca de explicaciones que casi nunca alcanza.

  • Por eso, es preciso pasar de lo natural a lo sobrenatural; se necesita la luz de la fe para ese misterio.
  • En Salvifici doloris nº 4, se indica que el sufrimiento suscita compasión, respeto y a su manea atemoriza.
  • Es un misterio que desgarra la vida, por ello hay que acudir a la fe.
  • Lo superior explica lo inferior, lo absoluto explica lo relativo y lo eterno lo contingente.

La pasión de Cristo es el marco referencial en el que el hombre doliente puede mirarse, en búsqueda de sentido para su sufrimiento.”Del hombre doliente puede emerger la figura del crucificado” y agrega: “El signo negativo, horizontal de todo dolor humano ha sido plenificado y optimizado con la cruz vertical, positiva, en que murió por nosotros el Hombre doliente” 18,

  • El cristiano no rehusará el dolor, sino que lo acepta a pesar de los naturales temores que el dolor puede suscitar.
  • Con el sufrimiento de Cristo se esculpió de una vez por todas en su divino cuerpo el sentido, la referencia obligada de todo sufrimiento humano.
  • En adelante, el hombre puede no odiar ni evitar ni retorcerse ante el dolor, por escandaloso e intenso que sea, sino que lo amará y agradecerá, por que de él ha brotado la salvación.

El cuerpo por la acción del dolor vivido con un sentido cristiano se espiritualiza, más aún, se sacraliza y diviniza. La redención pasa por la cruz; la corredención por el dolor. El escándalo del dolor de los inocentes no conduce al absurdo, sino a la glorificación del calvario.

Este sentido del dolor cambia el mismo dolor. El dolor no es consecuencia del fatum, azar o destino, sino voluntad de Dios, que quiere identificar al hombre doliente con su Hijo”. La pregunta acerca del sentido del dolor y el sufrimiento va más allá del dolor y el sufrimiento. El misterio del dolor humano encamina al misterio del amor divino:”Sin el sufrimiento de Cristo es locura tratar de entender el sufrimiento del hombre” 19 El amor de Dios al hombre probado en el sufrimiento ilumína el sentido del su dolor que se muda en amor de Dios y amor a Dios.

El amor limpia y trasciende el dolor. El sufrimiento abre la vida a un sentido más pleno y la hace más digna. Cristo curó a los enfermos y alivió al hombre en su dolor. Con eso demostró que es bueno combatir el dolor. Pero son su vida y su sufrimiento enseñó a divinizar el dolor.

Tanto se acercó al sufrimiento que Él mismo se hizo sufrimiento.20 A partir de aquí, el sufrimiento será redimensionado de una forma nueva: el dolor será vinculado al amor. Sufrir no será en adelante, sino amar. El hombre se realiza en tanto que sufre y su sufrimiento se asocia a la cruz. El sufrimiento se transforma en fortaleza salvífica y su miseria en potencia redentora.

El dolor en la medida en que se une al sufrimiento de Cristo, se colma de valor y se transforma en corredención. Cristo no es un Dios solitario, quiere que lo acompañemos con nuestro dolor en sus sufrimientos y en su tarea redentora. La debilidad del dolor, ni debilita, ni expolia, ni empobrece, sino que enriquece, porque trascendiendo la situación colabora en la salvación de uno y de los demás.

La aparente debilidad del dolor vigoriza al hombre, lo ayuda a vivir en paz y alegría. El sufrimiento deviene en una nueva realidad transformante. No todo es luz. La persona vive en el misterio. De muchas maneras nos habla Dios al corazón y un lugar privilegiado para escucharle es en el dolor. El misterio del dolor es un camino por el que los hombres pueden descubrir a Dios, pues el sufrimiento pone en evidencia la indigencia del hombre y la necesidad de Alguien que le comprenda y le quiera.

Cuando un niño enferma lo primero que desea es el cariño de sus padres. Debemos entender que cuando estamos inmersos en el dolor, Dios es como una madre, puro Amor. No es cierto que Dios envíe el sufrimiento. El sufrimiento es causado por el desorden de las causas segundas, por defectos, por la relación entre las criaturas que chocan entre sí, y en última instancia por el pecado.

Dios no hizo el dolor ni el sufrimiento, ni la muerte. Al contrario, es como una madre que acompaña, que sabe lo que sufre su hijo, y a quien desea lo mejor a través de esa experiencia, Cristo sufriendo no estaba sólo, estaba en un encuentro amoroso con su Padre. Cuesta entender el sufrimiento en la medida en que no sabemos quién es Dios y quienes somos nosotros y los demás y cómo tratarlos.

El problema está en nosotros, en nuestra superficialidad. Cuando se sufre con humildad, se puede ir adquiriendo esa sabiduría que advierte lo eterno, porque el sufrimiento es anuncio de lo que está por llegar, aviso de que hay algo que permanece para siempre y, que lo que importa es el amor que se posee.

Señalamos que hoy se prefiere no pensar en que existen personas que sufren. Una sociedad que solo busca el placer y que huye del dolor como de Dios. Se prefiere vivir de prisa para no tener que pensar. Pero éste es un modo poco realista, porque el sufrimiento es algo muy humano Es bueno descubrir que en el mundo hay otra cara: la cruz, el mundo del sufrimiento.

El sufrimiento en el plano humano permite ser realista, ayuda a tomar conciencia de que algo no anda bien, ayuda a comprender a los demás, a tener cariño y solidaridad, Pero sobre todo a que nos hagamos la gran pregunta sobre el sentido de nuestra existencia.

  • Dios espera que miremos hacia arriba.
  • Dios espera siempre y espera en el dolor.
  • Dios susurra y habla a la conciencia a través del placer, pero le grita mediante el dolor: el dolor es un megáfono para despertar a un mudo adormecido.21 Hay que tomar conciencia que el sufrimiento no es una maldición divina sobre los hombres.

Si hay algo maldito es el pecado; estamos inmersos en el misterio y el misterio del sufrimiento hace relación a otro misterio: el del pecado. Llegamos al misterio del corazón. ¿Cuál es la causa de la felicidad o de la infelicidad? Dios desea que seamos felices y por eso señala unos criterios de felicidad.

  • Esos son los Mandamientos y todas las sugerencias que nos hace para que obremos bien.
  • Pero no queremos escucharlo, pero nos habla amorosamente con la palabra de la Cruz: Verbum crucis,
  • Esta es la palabra última, por eso, no es una desgracia encontrase con la Cruz.
  • Ante el sufrimiento ajeno solo cabe mitigarlo.

Encontrar un sentido al sufrimiento es un verdadero acto de solidaridad con el hombre que sufre. Existe un sufrimiento vicario, que es el de alguien que no es culpable pero se sacrifica y padece por otros. Es el sufrimiento de Cristo y de los mártires.

  1. Lograr la aceptación del sufrimiento sin la ruptura de la personalidad, permite que la persona pueda amar y trabajar con él; sería la finalidad de una terapia.
  2. Para ello es importante la alegría, el sentido del humor, el arte etc. Según V.
  3. Frankl no fueron los más fuertes quienes superaron la experiencia de Auschwitz, sino los que tenían un motivo y una esperanza: mujer, hijos, tarea, ideal, Dios, etc., en una palabra, alguien a quien no podían defraudar, abandonándose a una muerte miserable sin dignidad.

Los que sobrevivieron sabían que, si algo no les aniquilaba, les fortalecía; que si no podía esperar nada de la vida, era cuestión de preguntarse por lo que la vida esperaba de ellos. Para Frankl lo que interesa era el sentido de la vida en su totalidad, que incluía también la muerte; no solamente el sentido de la vida, sino también el sentido del vivir y del morir.

A este hecho se sumaba una seguridad frente al futuro. La vivencia de esos hombres al regresar a su hogar era que después de todo lo que sufrieron, ya no había nada que temer, excepto a Dios; pero como sabemos, Dios no es objeto de temor sino de confianza absoluta. El dolor es esencial para nuestro progreso espiritual y para nuestro perfeccionamiento interior; hay que saber usarlo para crecer por eso, no hay que desperdiciarlo nunca.

El ejercicio perfectivo de la libertad no es cosa fácil y la capacidad de sufrir serenamente no es asequible por ensalmo, sino tiene que ser conquistada con esfuerzo creativo o autocreativo. El hombre necesita hacerse a si mismo. En esa tarea uno no está solo.

Una misma afección puede llevar a la desesperación, se ve todo absurdo o se puede encontrar sentido que me puede hacer crecer. Es como si el dolor abriese una ventana al yo, invitándolo a contemplar lo trascendente. El sufrimiento y las dificultades juegan un papel decisivo para el conocimiento propio.

Dolor y enfermedad son factores desencadenantes en la construcción de la personalidad, puesto que a través de ellos el hombre se vuelve consciente de lo que tiene que superar. El sufrimiento implica, pues, esfuerzo para no renunciar a sí mismo a pesar del dolor; es avanzar hacia la realización de valores que superan la superficialidad.

Es una fuerza de crecimiento interior, aunque el que sufre ya no puede forjar exteriormente el destino, precisamente el sufrimiento le da la posibilidad de superarlo en la propia intimidad. Si tengo alguna enfermedad ella me ha sido dada para que la resuelva; me encuentro ante el problema de qué es lo que voy hacer con ella.

Holderlin dice: “el que pisa su sufrimiento se eleva”. En este elevarse pisando el propio dolor se adquiere madurez, donde las contradicciones pulen la obra. Las dificultades ejercen un papel insoslayable en la adquisición de un conocimiento realista de si mismo y en la aceptación de las propias limitaciones.

Ahora bien, es justo y misericordioso que la reparación del pecado sea mediante el dolor. Dios elige como medio de redención la Cruz. Es la manera más perfecta de redimir a la humanidad. El dolor es el mejor medio de purificación. La cuestión sobre el sentido del sufrimiento es específicamente bíblica, presupone la fe en una ilimitada totalidad de sentido; la fe en que el universo en su conjunto descansa dentro de un contexto de sentido.

Sólo desde ahí tiene sentido preguntar sobre el sentido del sufrimiento. Tal pregunta se plantea donde se cree en un Dios bueno. Donde se alcanza el límite de nuestra capacidad de obrar, allí nos encontramos con el sufrimiento, cualquier discurso sobre el sentido del sufrimiento sólo tiene plenitud en cuanto discurso sobre el propio sufrimiento.

En el sufrimiento ajeno sólo hay una llamada a mitigarlo. La verdadera solidaridad es ayudar a encontrar el sentido del sufrimiento. Advirtamos sobre una desviación sobre el dolor. La misma se detiene en la cruz de Cristo en lugar de avanzar hasta su resurrección gloriosa. Existe el peligro de hacer pasar por visión cristiana del sufrimiento, ciertas formas desviadas y lindantes con lo morboso ; se llega a erigir el sufrimiento como valor máximo -dolorismo- El mismo enfermo se encuentra a gusto con su enfermedad.

El mayor milagro de Lourdes es la serenidad de los que abandonan el lugar sin ser curados. Si Dios puede curarme, debe tener un motivo para no hacerlo. Tal vez no entienda, pero debo aceptar su voluntad. Seguramente que me tiene reservado algo bueno. El sentido del sufrimiento es una paradoja.

Sólo bajo el presupuesto de que Dios existe y el pecado, puede el sufrimiento cumplir su función. El sentido del sufrimiento es ayudar al que padece a refugiarse en Dios. Señala Juan Pablo II que el dolor no es un castigo inmerecido, sino un inmerecido tesoro. La unión con el sufrimiento de Cristo constituye el culmen de vuestra actitud de fe.9.

El valor salvífico del dolor humano Escuchemos finalmente a Bruno Forte : en la muerte y resurrección del Hijo, se revela el doble “éxodo” como única posibilidad de dar valor salvífico al dolor humano: la salida de Dios de sí mismo hasta el abajamiento supremo de la Cruz y Su retorno.

El “éxodo de Dios” del Hijo venido en la carne culmina en el acontecimiento de Su muerte, como lugar del extremo advenimiento del Eterno en la forma de la limitación humana: pero el sufrimiento y la muerte en Cruz son iluminados en su profundidad abisal por el “éxodo hacia Dios” de la resurrección del Hijo encarnado, en que la muerte ha sido engullida por la victoria (cf.1Cor 15,54).

Entre estos dos éxodos, que rompen el cerco de la existencia de otra manera cerrada en el silencio mortal de la nada, la pasión y la muerte del Hijo del hombre se presentan como el acontecimiento del supremo abandono y de la comunión más grande del Dios venido en la carne, verdadera buena nueva que cambia el mundo y la vida.

El supremo abandono del Dios crucificado revela de la manera más cruda la experiencia de la infinita caducidad del existir: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mc.14,34). El grito de la hora nona da testimonio de la fragilidad de los habitantes del tiempo, con quienes el Hijo se ha hecho solidario: llamados de la nada a la vida los seres parecen fajados de la nada, envueltos del silencioso misterio del inicio.

Ninguna mística del dolor y la muerte podrá superar la parte oscura de todo ello, el aspecto misterioso y dramático del sufrimiento sin aparente retorno. Se sufre y se muere en soledad: la soledad es y queda como el precio siempre presente de la hora suprema: “Mi alma está triste hasta la muerte, permaneced aquí y velad conmigo.

  1. ¿No habéis sido capaces de velar una hora conmigo?.
  2. Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?” (Mt.26,38.40; 27,46).
  3. Se muere en el grito que evoca aquel desgarro inicial, como signo de un extremo desgarro, que es anuncio del nacimiento no en menor grado que de la muerte.
  4. En Su abandono el Hijo se ha hecho cercano a la tragedia más profunda, ineludible: desde entonces, ningún hombre que sufre estará nunca más, tan solo como lo estuvo Él.

Sin embargo, el Crucificado manifiesta también el rostro amoroso del Otro escondido: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc.23,46). Al abandono el Hijo une la comunión con Aquel que le abandona: el Abandonado a la vez se abandona, aceptando en obediencia de amor la voluntad del Padre.

  1. A la entrega de Aquel, que no perdona al propio Hijo (cf.
  2. Rm 8,32), responde la entrega que el mismo Hijo hace de sí (cf.
  3. Gal.2,20): por amor, la Trinidad hace suyo el exilio del mundo, puesto bajo el pecado, para que este exilio se introduzca en Pascua en la patria de la comunión trinitaria.
  4. Es así como un misterio de sufrimiento se deja entrever en el abismo de la divinidad: como afirma la Encíclica Dominum et vivificantem de Juan Pablo II, “el Libro sagrado parece dejar entrever un dolor, inconcebible e inexpresable en la ‘profundidad de Dios’ y, en algún sentido, en el corazón mismo de la inefable Trinidad.

En la ‘profundidad de Dios’ hay un amor de Padre que, ante el pecado del hombre, según el lenguaje bíblico, reacciona hasta el punto de decir: ‘Estoy arrepentido de haber hecho al hombre’. Se tiene así un misterio de amor que es una paradoja: en Cristo sufre un Dios rechazado de la misma criatura.

Pero, al mismo tiempo, desde lo profundo de este sufrimiento el Espíritu trae una nueva medida del don hecho al hombre y a la creación desde el inicio. En lo profundo del misterio de la Cruz actúa el amor” (nn.39 y 41). El sufrimiento divino no es signo de debilidad o limitación como lo es el sufrimiento pasivo, que se sufre porque no hay más remedio: refiriéndose a este tipo de sufrimiento, signo de imperfección y de limitación, el Catecismo de San Pío X afirma que, como Dios, Jesús no podía sufrir; pero en la profundidad divina, hay un sufrimiento de tipo diverso, activo, libremente elegido por amor.

La Cruz, en cuanto historia trinitaria de Dios, no proclama la blasfemia de una atea muerte de Dios, que deja espacio a la vida del hombre prisionero de su autosuficiencia, sino que la buena nueva de la muerte de Dios, para que el hombre viva de la vida del Dios inmortal en la participación de la comunión trinitaria, resulta posible gracias a aquella muerte.

Esta muerte en Dios no es de ninguna manera la muerte de Dios que el “loco” de Nietzsche va gritando en las plazas del mundo: ¡no existe ni existirá un tiempo en el que sea posible cantar en verdad el “Requiem aeternam Deo “! El amor trinitario que liga el Abandonante al Abandonado, y en éste al mundo, vencerá la muerte, a pesar de su aparente triunfo.

El fruto del árbol amargo de la Cruz es la gozosa noticia de Pascua: el Consolador del Crucificado, entregado por Jesús en el momento de morir al Padre, es por éste derramado sobre el Hijo en la resurrección, para que a su vez el Hijo lo derrame sobre toda carne y sea el Consolador de todos los crucificados de la historia, revelando junto a ellos la presencia corroborante y transformadora del Dios cristiano.

En este sentido, el sufrimiento divino revelado en la Cruz es de verdad la buena noticia: “Si los hombres supieran. –escribe Jacques Maritain – que Dios ‘sufre’ con nosotros y mucho más que nosotros de todo el mal que asola la tierra, sin duda muchas cosas cambiarían, y muchas almas serian liberadas”.

La “palabra de la Cruz” (1Cor 1,18) llama así de una manera sorprendente al seguimiento: es en la debilidad, en el dolor y en la reprobación del mundo, que encontraremos a Dios. No los esplendores de la grandeza terrena, sino precisamente su contrario, la pequeñez y la ignominia, son el lugar privilegiado de Su presencia entre nosotros, el desierto florido donde Él habla a nuestro corazón.

En la vida de cada criatura humana puede ser reconocida la Cruz del Dios vivo: en el sufrimiento se hace posible abrirse al Dios presente, que se ofrece con nosotros y por nosotros, y transformar el dolor en amor, el sufrir en ofrenda. La Iglesia y cada uno de los discípulos son llevados entonces a configurarse como el pueblo de la sequela crucis, la comunidad y el individuo “bajo la Cruz”: nada es tan lejano a la imagen del Crucificado como una comunidad tranquila y segura, que fundamente su confianza en los medios mundanos: “La cristiandad establecida donde todos son cristianos, pero en la secreta interioridad, se parece a la Iglesia militante tanto como el silencio de la muerte a la elocuencia de la pasión” ( Kierkegaard ).

La Iglesia bajo la Cruz es el pueblo de aquellos que, con Cristo y en el Espíritu, se esfuerzan en salir de sí mismos y entrar en la vía dolorosa del amor: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que quiera perder su vida por mi causa y por el evangelio, la salvará” (Mc 8,34-35 y par.).

  • Quien no toma su cruz y no me sigue, no es digno de mi” (Mt 10,38 y Lc.14,27).
  • El discípulo “deberá completar en su carne lo que falta a la pasión de Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia” (Col.1,24).
  • La compasión hacia el Crucificado se debe traducir por tanto en la solidaridad hacia los miembros de su cuerpo crucificados en la historia: los discípulos de Jesús dan testimonio de su identidad “perdiéndola”, poniéndola al servicio de los demás para reencontrarla en el único nivel digno de los seguidores del Crucificado: el amor.

La Cruz revela así la posibilidad de vivir el horizonte más alto como profundísima cercanía: en el dolor de la separación más grande se consuma el fuego del amor, fuerte como la muerte (Cf. Ct.8,6). Es así como el dolor es transformado en amor y llega a ser salvífico, como recuerda Juan Pablo II en la Carta Apostólica Salvifici doloris sobre el sentido cristiano del sufrimiento humano (11 Febrero 1984): “El sufrimiento humano ha alcanzado su culminación en la pasión de Cristo.

entrando en una dimensión completamente nueva y en un orden nuevo: ha sido ligado al amor” (n.18). En el dolor ofrecido por amor en unión a Jesús Crucificado, cada uno puede completar en su carne lo que falta a la pasión del Hijo a favor del Cuerpo que es la Iglesia (cf. Col 1,24). Es así, en fin, que se halla la respuesta a la pregunta inevitable: ¿quién podrá vivir como Él, Jesús, la unidad del desgarramiento y del abandono en la hora de la muerte?, ¿quién podrá como el Abandonado, abandonarse en las manos del Padre por amor a los demás? Según la fe del Nuevo Testamento la lejanía y la proximidad en el dolor pueden coincidir gracias a la fuerza del Consolador: “Jesús dice: ‘Todo está cumplido’.

Y, inclinando la cabeza, entregó el Espíritu” (Jn.19,30). Mientras sostiene al Abandonado en su destino mortal, el Espíritu lo tiene unido a Dios, haciéndole capaz del ofrecimiento supremo: es lo que expresa la iconografía de la “Trinidad en la Cruz”, donde el acontecimiento de la muerte de Crucificado es culto como revelación de la Trinidad.

  • El Padre sostiene entre Sus brazos el leño de la Cruz, del que cuelga el Hijo engullido de la muerte, mientras la paloma del Espíritu misteriosamente separa y une el Abandonado y Aquel que lo abandona (piénsese en la Trinidad de Masaccio en Santa Maria Novella en Florencia).
  • Así “la muerte ha sido engullida por la victoria.

¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?. Demos gracias a Dios que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1Cor.15,54s.57). El ofrecimiento divino del dolor hace posible el supremo ofrecimiento de la fe que sufre y la abre a la victoria sobre el dolor y la muerte en cuanto éxodo de la elocuencia silenciosa del amor que muere a la Belleza que transfigurando acoge: el dolor ofrecido con Cristo al Padre llega a ser camino y umbral de la vida, fuente de luz que no se pone, dolor salvífico por la fuerza del amor que lo transforma a partir de la caridad infinita del Dios crucificado.(Pascuas Bruno Forte, Pascua, Arvo Net, 2005) 10.

Conclusión La inclusión del dolor y el sufrimiento en la tarea de vivir remite y se resuelve en el sentido de la vida. La fuerza para sufrir brota de los motivos que se tiene para seguir viviendo Si éstos no existen, no se aguanta una vida dramáticamente dolorosa. Y cuando tomamos una postura sobrenatural ante el dolor y el sufrimiento hacemos una experiencia de purificación que nos lleva a madurar y crecer en la fe, la esperanza y el amor.

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Jesucristo con su Redención nos llena de esperanza ante los infortunios que envuelven la vida, porque el creyente camina hacia el cumplimiento de las Bienaventuranzas: “dichosos los que sufren porque ellos serán consolados ” (Mt 5, 3-10). Bibliografía LEWIS, C.S., El problema del dolor, Rialp, Madrid, 1994 SPAEMANN, R., El sentido del sufrimiento, Atlántida, 15, 1993, 322-333 POLAINO, A., Más allá del sufrimiento, en Atlántida, 15, 1993, 302 LAÍN ENTRALGO, P., Antropología médica, Salvat, Barcelona, 1984, 118-130 FRANKL, V.

  1. El hombre doliente, Herder, Barcelona, 1985 TOMÁS DE AQUINO, Summa Theologíca, II-II, q.31 YEPES STORK, R., Fundamentos de Antropología, EUNSA, Pamplona 1997 POLO, L., El sentido cristiano del dolor, Pamplona, 1968 POLO, L., Quién es el hombre, Rialp, Madrid, 1993 Notas A.
  2. Polaino –Lorente, Más allá del sufrimiento, en Atlántida, 15, 1993, Pág.312 Polaino- Lorente: Manual de Bioética general, Rialp., Madrid, 1994, pág.470 Ricardo Yepes Stork, Fundamentos de Antropología EUNSA, 197, pág.442 S Th II-II,q.31, a.2 R.

Yepes Stork, ob. cit.p.443 R. Spaemann, El sentido del sufrimiento, Atlántida, 15, 1993, 322-332 A. Schopenhauer, El mundo como voluntad y representación, Ateneo, Bs. As, 1956, p.56 F. Nietzsche, Así habló Zaratustra, KSA, 408, ed. Española p.428 C.S. Lewis, El problema del dolor, Rialp, Madrid, 1994,.

  1. Pág.: 99 V.
  2. Frankl, El hombre doliente, Herder, Barcelona, 1987, p.255 A.
  3. Polaino, Mas allá del sufrimiento, ob.
  4. Cit.,pág.304 R.
  5. Yespes, Fundamentos de Antropología ob. cit.
  6. P 448 Ibíd., p.449 C.S.
  7. Lewis, ob. cit.
  8. Pag.84 Frankl, ob.
  9. Cit., p 258 A.
  10. Polaino- Lorente, Más allá del sufrimiento, ob.cit., pag.416 Polaino – Lorente, Manual de Bioética, ob.

cit p.473 Polaino- Lorente, Más allá del sufrimieto, ob, cit.p.475 Polaino- Lorente, Más allá del sufrimiento, ob. cit., pág.476 Ibídem, p.476 C.S. Lewis, El problema del dolor, ob. cit.p.97 ¿Cómo citar esta voz? Sugerimos el siguiente modo de citar, que contiene los datos editoriales necesarios para la atribución de la obra a sus autores y su consulta, tal y como se encontraba en la red en el momento en que fue consultada: LUCERO, Ignacio T., EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO HUMANO, en García, José Juan (director): Enciclopedia de Bioética,
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¿Qué es el verdadero sufrimiento?

Robert Spaemann La pregunta acerca del sentido del sufrimiento es la pregunta acerca de la experiencia de la falta de sentido, pues justamente en esa experiencia consiste el verdadero sufrimiento. ¿Qué sentido tiene la experiencia de lo sin-sentido? ¿Tiene esa pregunta algún sentido? Es seguro que no apunta hacia ningún tipo de instrucciones para conseguir experiencia (lit.

  1. Praxis): el sufrimiento es el límite de la praxis.
  2. El sufrimiento es aquello contra lo cual yo, al menos de momento, nada puedo hacer.
  3. La réplica de quien, hablando del sentido del sufrimiento, afirmase que debe ser combatido allí donde se dé, justifica de hecho el sufrimiento, y no debe ser tenida en cuenta como tal réplica.

Porque no se pregunta cómo podemos disminuirlo, sino qué sentido tiene aquella situación en la que todos nuestros esfuerzos para disminuirlo o evitarlo llegan a un límite. Todos experimentamos alguna vez tales situaciones: los esfuerzos humanos llegan a su fin, y sucede lo que no queremos.
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¿Qué es un dolor verdadero?

¿Quién no ha sufrido nunca dolor a lo largo de su vida? Posiblemente nadie respondería afirmativamente a esta cuestión. Desde que nacemos hasta que morimos sufrimos algún tipo de dolor, ya sean dolores cotidianos a los que no les damos importancia, o dolores que son consecuencia de alguna enfermedad.

  • El dolor convive con nosotros en mayor o menor medida y es importante que esté, ya que suele ser la señal que nos alerta de que algo en nuestro cuerpo no funciona como debería hacerlo.
  • Pero, ¿qué es el dolor? El dolor es un fenómeno subjetivo muy complejo que tiene un componente sensorial y un componente afectivo,

No todo el mundo experimenta un estímulo doloroso del mismo modo, y esto tiene mucho que ver con la propia personalidad, con el estado de ánimo y con el tipo de educación que hayamos recibido. Sobre el dolor se ha realizado un estudio que muestra que el 60% de los españoles padecen diariamente aquello que se denomina ” dolores cotidianos “; estos dolores engloban el dolor de espalda y de cabeza, otros dolores musculares y los problemas relacionados con la boca y con los dientes.

Estos pequeños dolores van afectando poco a poco a la calidad de vida, tanto física como psíquica de las personas que los van padeciendo. El estudio indica que son las mujeres las que padecen más estos dolores, y que la prevalencia aumenta a medida que se aumenta en edad. Aun así, parece que los hombres son más quejosos que las mujeres y que, a medida que los años van pasando, nos quejamos mucho más de dolor que cuando somos más jóvenes.

El dolor siempre debemos considerarlo como real en el momento de tratarlo, pero en ocasiones este dolor puede no ser provocado por algo físico, sino que puede tener una causa psicológica (ej: nos duele el estómago porque estamos pasando una época de estrés, no porque tengamos una enfermedad de estómago).

  1. Este tipo de dolor es el más difícil de tratar y, a menudo, todos los fármacos y tratamientos, incluso los más fuertes para erradicar el dolor, acaban fracasando porque la causa no es física.
  2. Es entonces cuando los psicólogos deben empezar su tarea, indagando cuál es la causa del malestar que padece la persona y paliarlo en la medida de lo posible, con diferentes tipos de intervenciones psicológicas.

A menudo tendemos a sobrestimar las quejas somáticas de quien tenemos a nuestro cargo, cuando en realidad es el área emocional y afectiva la que está sufriendo, un área herida que no se cura con morfina, sino con un poco de atención y activación, Debemos ser conscientes de que estas situaciones van en aumento y sensibilizarnos para abordarlas efectiva y adecuadamente, ya que son situaciones que crean un importante malestar en la persona, en la familia y en los profesionales que las trabajamos.
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¿Dónde nace el sufrimiento?

El origen del sufrimiento es una cuestión puramente económica, el desgaste de los recursos aporta la sensación de sufrir, pero si al organismo le cuesta más energía de la que dispone a corto plazo resolver un problema, notifica al cerebro que la situación es inmediatamente inviable con la sensación de dolor.
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¿Qué dice Santiago 5 11?

Santiago 5:11 He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo. | Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960) | Descargue La Biblia App ahora YouVersion utiliza cookies para personalizar su experiencia.
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¿Qué sentido dio Juan Pablo II al dolor y al sufrimiento?

El sentido del sufrimiento es hacer el bien con el sufrimiento y hacer el bien al que sufre. ‘No nos está permitido ´pasar de largo´, con indiferencia, sino que debemos ´pararnos´ junto a él’ (Juan Pablo II, 1984: 26).
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¿Qué es el dolor según psicologia?

Resumen Introducción El dolor psicológico es entendido como un estado mental intolerable y perturbador caracterizado por una experiencia interna de emociones negativas. El presente estudio tiene como objetivo realizar una adaptación al contexto español de la escala de dolor psicológico de Holden et al. en adultos jóvenes. Material y métodos La escala evalúa el dolor psicológico como experiencia subjetiva. Está compuesta por 13 ítems con un formato de respuesta tipo Likert. Siguiendo las directrices de la International Tests Commission para la adaptación de test, obtuvimos una versión equivalente conceptual y lingüísticamente a la escala original. A través de un cuestionario online los participantes completaron la escala de dolor psicológico junto a otras escalas para medir depresión (BDI-II), desesperanza (escala de desesperanza de Beck) y riesgo suicida (escala de riesgo suicida de Plutchik). Los participantes fueron 234 personas (94 hombres, 137 mujeres y 3 personas de otro sexo) de 18 a 35 años. Resultados El AFE mostró una solución de un factor y el AFC reveló adecuados índices de ajuste del modelo unifactorial. También mostró una buena fiabilidad de las puntuaciones del test, y evidencias favorables de validez de la escala en relación con la depresión, desesperanza, ideación suicida y riesgo suicida (correlaciones altas, positivas y estadísticamente significativas). Conclusión La adaptación al español de la escala de dolor psicológico puede contribuir a mejorar la evaluación tanto del paciente con riesgo suicida como la eficacia de la terapia psicológica, así como la prevención e intervención del comportamiento suicida. Palabras clave: Dolor psicológico Psychache Scale Propiedades psicométricas Ideación suicida Abstract Introduction Psychological pain is understood as an intolerable and disturbing mental state characterized by an internal experience of negative emotions. This study was aimed at making a Spanish adaptation of the Psychache Scale by Holden and colleagues in a sample of young adults. Material and methods The scale evaluates psychological pain as a subjective experience. It is composed of 13 items with a Likert-type response format. Following the guidelines of the International Tests Commission for the adaptation of the test, we obtained a version conceptually and linguistically equivalent to the original scale. Through an online questionnaire, participants completed the psychological pain scale along with other scales to measure depression (BDI-II), hopelessness (Beck’s scale of hopelessness) and suicide risk (Plutchik suicide risk scale). The participants were 234 people (94 men, 137 women and three people who identified as a different sex) from 18 to 35 years old. Results The EFA showed a one-factor solution, and the FCA revealed adequate indexes of adjustment to the unifactorial model. It also showed good reliability of the test scores. The evidence of validity of the scale in relation to the other variables showed high, positive and statistically significant correlations with depression, hopelessness, suicidal ideation and suicidal risk. Conclusion In summary, this Spanish adaptation of the Psychache Scale could contribute to improving the evaluation of both the patient with suicide risk and the effectiveness of psychological therapy, as well as suicidal behaviour prevention and intervention. Keywords: Psychological pain Psychache scale Psychometric properties Suicidal ideation Texto completo Introducción La conducta suicida se relaciona con las ideaciones, comunicaciones y comportamientos vinculados potencialmente con la voluntad de acabar con la propia vida 1, Estos comportamientos pueden diferir en su forma según el resultado de la conducta, entidad del acto, grado de intencionalidad y conocimiento de los resultados de dicha conducta 2, El impacto en la salud pública de la conducta autolítica no se circunscribe únicamente al suicidio consumado, sino que la ideación suicida y las tentativas de suicidio son conductas más habituales y, frecuentemente, precedentes de muerte por suicidio 3, Actualmente, el fenómeno suicida es un problema de salud global responsable de casi un millón de muertes al año en el mundo. Se estima que las muertes anuales por suicidio en la próxima década alcanzarán la cifra de un millón y medio de personas 4, En España la tasa de mortalidad por suicidio en 2017 fue de 7,91 por cada 100.000 habitantes 5, lo que se traduce en 3.679 suicidios. A pesar de la inversión en investigación y la implantación de programas de prevención focalizados en paliar el comportamiento suicida en nuestra sociedad, este esfuerzo no ha resultado en una disminución del suicidio 6, De hecho, en nuestro país, la mortalidad por suicidio en los últimos 10 años se ha mantenido estable, e incluso ha sufrido un marcado aumento en el caso de las mujeres 7, Lejos de ser una problemática que afecte en exclusiva a la población adulta, la prevalencia de conducta suicida es especialmente alta en adolescentes y jóvenes adultos. El suicidio constituye la segunda causa de muerte prematura en las personas de entre 15 y 29 años 4, Igualmente, el 4% de los adolescentes españoles ha atentado contra su vida y el 6,9% padece ideación suicida 3, La ideación suicida en adolescentes ha sido asociada al consumo de sustancias psicotrópicas, a la presencia de síntomas depresivos, al uso desadaptativo de Internet y a conflictos con iguales en el contexto académico 8, De igual forma, las tentativas de suicidio y la ideación suicida en jóvenes también han sido asociadas a un menor bienestar emocional y a una baja satisfacción con la vida 3, La conducta suicida es un fenómeno multifactorial fruto de la combinación de variables de diferente naturaleza e influencia temporal, cuya predicción es especialmente compleja 9,10, A pesar de ello, existe suficiente evidencia teórica y empírica que apoya el rol central que desempeña el dolor psicológico en la predicción del comportamiento suicida 11, El dolor psicológico 12, entendido también en la literatura como dolor mental, dolor psíquico o perturbación interna, incluye las creencias, pensamientos, emociones y conductas que forman parte de la experiencia de este tipo de dolor 13, Meerwijk y Weiss 14 revisaron las descripciones de dolor psicológico aportadas en los últimos 60 años y encontraron las siguientes características comunes: un sentimiento desagradable (a menudo experimentado como una desintegración del yo), valoración negativa de una incapacidad o deficiencia del yo (referente a la evaluación del estado actual respecto al estado deseado), un estado duradero que conlleva tiempo para su resolución y un estado difícil de mantener en el tiempo sin graves consecuencias. Este concepto no es novedoso en la literatura científica, pero adquiere relevancia en el estudio del suicidio a través del trabajo realizado por Shneidman 15–17, Para Shneidman 15 el dolor psicológico hace referencia a un estado mental intolerable y perturbador caracterizado por una experiencia interna de emociones negativas (e.g., vergüenza, angustia, culpa, humillación, soledad y miedo). Shneidman 16 afirma que el estímulo común del suicidio es el dolor psicológico insoportable, entendiéndose el suicidio como el medio para conseguir el cese de la conciencia dolorosa insoportable. Esta afirmación, posteriormente simplificada en el axioma sin dolor no hay suicidio 18, situó al dolor psicológico como un elemento central en otros modelos actuales sobre el comportamiento suicida (e.g., la teoría de 3 pasos 19 ). El consenso teórico sobre la relevancia del dolor psicológico como elemento clave de algunas de las principales teorías del suicidio está avalado por numerosas evidencias empíricas 20,21, Cotas de dolor psicológico de intensidad intolerable se han relacionado con un mayor riesgo suicida 22,23 y como un factor de riesgo para personas con y sin un diagnóstico de salud mental 11,24, Las diferencias en el modo en que los autores delimitan el concepto y describen las conductas ligadas al dolor psicológico han originado instrumentos de medida claramente distinguibles unos de otros. Por ejemplo, Psychache Scale 25, The Orbach and Mikulincer Mental Pain Scale 26 o The Mee-Bunney Psychological Pain Assessment Scale 27, Todas estas escalas contribuyen a cuantificar el dolor psicológico y presentan propiedades psicométricas adecuadas. Uno de los instrumentos más utilizados debido a su fácil administración y su capacidad para predecir el comportamiento autolítico es la Psychache Scale 25, Se trata de una escala unidimensional y autoadministrada basada en la definición de dolor psicológico de Shneidman 15, La escala presenta buenas propiedades psicométricas 25,28,29 y ha sido adaptada al contexto cultural de diferentes países de habla no inglesa (e.g., al portugués 30, al polaco 31 o al chino 32 ). Esta escala diferencia exitosamente entre personas que han atentado contra su vida y aquellas que no 25, y predice la ideación suicida y los intentos de suicidio mejor que la depresión y la desesperanza 33,34, Este estudio tiene como objetivos adaptar al contexto español y analizar las propiedades psicométricas (fiabilidad y validez) de un instrumento para medir el dolor psicológico, Psychache Scale 25, Para ello, en primer lugar se tendrán en cuenta las fases de la adaptación que más frecuentemente son fuente de error en este procedimiento (i.e., contexto, construcción y adaptación, aplicación e interpretación de las puntuaciones) a fin de obtener una versión preliminar consensuada y equivalente, conceptual y lingüísticamente, al instrumento de medida original. Asimismo, como parte del proceso de adaptación se analizarán las propiedades psicométricas de la escala resultante para obtener evidencias empíricas de su funcionamiento. Concretamente se estudiará las evidencias de validez basadas en la estructura interna de la escala a través de análisis factorial exploratorio y confirmatorio, y se estimará la consistencia interna de la escala. Además, se obtendrá evidencias de validez basadas en la relación con otras variables relevantes en la predicción de la conducta autolítica, como la depresión, la desesperanza y el riesgo suicida. Se espera encontrar una buena fiabilidad de las puntuaciones del test y una estructura unifactorial de la escala acorde con hallazgos anteriores 25,31, Igualmente, en consonancia con estudios previos 22,23,33,35,36, se esperan correlaciones altas y positivas entre el dolor psicológico, la depresión y la desesperanza. Por último, dado que el dolor psicológico es considerado el estímulo común del suicidio 16 y un elemento central en la conformación de la ideación suicida 19, se espera hallar una correlación alta y positiva entre el dolor psicológico, la ideación suicida y el riesgo suicida. Material y métodos Participantes La selección de la muestra se llevó a cabo mediante muestreo incidental. Los criterios de inclusión fueron tener entre 18 y 35 años y aceptar voluntariamente participar en el estudio. Del total de la muestra que accedieron a participar en la presente investigación (n = 289), fueron eliminados 55 casos por no cumplir el criterio de inclusión relativo a la edad o por faltar datos relacionados con las variables del estudio. La muestra final estuvo compuesta por 137 mujeres, 94 hombres y 3 personas que se definieron con otro sexo (n = 234); todas ellas residentes en España con una media de edad de 25,69 años (DT = 3,51). El resto de las características sociodemográficas y clínicas se pueden ver en la tabla 1, Procedimiento El proceso de adaptación al contexto español de la escala de dolor psicológico se llevó a cabo siguiendo las directrices de la International Tests Comission 37 para la adaptación y la traducción de los test. Las indicaciones se focalizan en 4 fases: el contexto, la construcción y la adaptación, la aplicación y la interpretación de las puntuaciones. La primera fase, el contexto, conllevó una reflexión sobre si el constructo a medir (dolor psicológico) es extrapolable a la cultura receptora de la adaptación 38, El grupo de investigación discutió la equivalencia conceptual del constructo y la necesidad de puntualizar en el enunciado la distinción entre el dolor psicológico y el dolor físico. Se llegó a la conclusión de la aceptable extrapolabilidad del constructo dolor psicológico al contexto español, que se reforzó tras evaluar las diferentes adaptaciones del instrumento de medida original 25, Los buenos resultados obtenidos en contextos culturales dispares a Canadá (donde se desarrolló originalmente el instrumento), como China 32, Polonia 31 o Portugal 30, avalan la idoneidad de adaptar la escala al español, atendiendo especialmente a la adaptación llevada a cabo en Portugal (por la proximidad, semejanza cultural y similar tasa de suicidio respecto a nuestro país). En la siguiente fase, construcción y adaptación del instrumento de medida, el objetivo fue traducir los ítems del inglés al español de manera independiente para, posteriormente, contrastar la equivalencia entre los ítems originales y los adaptados al español. Para ello se conformó un equipo interdisciplinar compuesto por una traductora oficial y 2 psicólogos bilingües (un experto en psicometría y un experto en conductas autolíticas). A continuación, un grupo de expertos discutió la equivalencia conceptual y lingüística de las 3 traducciones con el fin de seleccionar los ítems que obtuvieran un mayor grado de acuerdo y atender a las discrepancias resultantes. Tras algunas modificaciones lingüísticas menores se obtuvo una versión adaptada al español fruto del consenso de los expertos. Posteriormente, se realizó un estudio piloto vía online en población general con el objetivo de conocer el grado de comprensión de los ítems. Se confirmó que los participantes los entendían adecuadamente. En relación con la administración de la prueba, la adaptación al español de la Psychache Scale, al igual que la original, está diseñada para ser autoadministrada. Por ello se consideró necesario incluir en el enunciado información sobre la distinción entre el dolor psicológico y el dolor físico, la idoneidad de un lugar confortable para la realización de la prueba y el tiempo estimado de realización. Finalmente, como en la versión original, la puntuación total de la escala oscila entre 13 y 65 puntos, obtenida a través de la suma de los valores numéricos a los que equivale cada opción de respuesta. A mayor puntuación más insoportable es la percepción de dolor psicológico. Para la realización del presente estudio se administró, a través de redes sociales y otras plataformas Web, un cuestionario compuesto por la escala objeto de adaptación, las variables utilizadas para obtener evidencias de validez, y algunas preguntas sociodemográficas de interés (i.e. edad, sexo, nivel educativo y estado civil). Todos los participantes fueron informados sobre su condición voluntaria, el propósito de la investigación, los mecanismos que garantizan su anonimato y confidencialidad y se les ofreció un contacto de referencia en caso de dudas relacionadas con el cuestionario. Todos los participantes firmaron un consentimiento informado previamente a la realización del cuestionario. Este estudio fue aprobado por el Comité de Bioética en Investigación Humana de la Universidad de Almería. Instrumentos Adaptación al español de la Psychache Scale (en adelante PS-E; escala original en inglés 25 ). Escala autoadministrada basada en la definición de dolor psicológico de Shneidman 16, Incluye 13 ítems con un formato de respuesta tipo Likert de 5 opciones de respuesta. Del ítem 1 al ítem 9 las opciones de respuesta van desde «nunca» hasta «siempre», y del ítem 10 al ítem 13 las opciones de respuesta oscilan entre «muy en desacuerdo» y «muy de acuerdo». A mayor puntuación, más intensa y frecuente (más insoportable) es la percepción de dolor psicológico. El riesgo suicida se midió a través de l a adaptación al español 39 de la escala de riesgo de suicidio de Plutchik 40, Escala autoaplicada que consta de 15 ítems que evalúan los intentos de suicidio previos, la intensidad de la ideación actual, los sentimientos de depresión y desesperanza y otros aspectos relacionados con la tentativa. Su puntuación oscila entre 0 y 15 puntos. A mayor puntuación, mayor riesgo de suicidio. La versión española propone un punto de corte de 6, y mostró una fiabilidad estimada de 0,90 a través del coeficiente alfa de Cronbach y de 0,89 mediante el test-retest. En nuestro estudio la escala muestra un coeficiente alfa de Cronbach de 0,80 y un coeficiente de 2 mitades a través de la fórmula de Spearman-Brown de 0,83. La gravedad de la sintomatología depresiva se midió a través de la adaptación al español 41 del inventario de depresión de Beck, versión ii (BDI-II) 42, El BDI-II incluye 21 ítems de respuesta múltiple. Las opciones de respuesta oscilan entre 0 y 3 puntos. La puntuación total máxima es de 63 puntos. El punto de corte a partir del cual se puede considerar una potencial depresión clínicamente relevante es 18 puntos. En nuestro estudio, el instrumento ha mostrado una consistencia interna alta, con un coeficiente alfa de Cronbach de 0,94 y un coeficiente de 2 mitades a través de la fórmula de Spearman-Brown de 0,95. La ideación suicida se medirá a través del ítem 9 de la adaptación al español 41 del inventario de depresión de Beck versión ii 42, El ítem 9 (0 = no tengo ningún pensamiento de matarme; 1 = he tenido pensamiento de matarme, pero no lo haría; 2 = querría matarme; 3 = me mataría si tuviera oportunidad) evalúa la existencia de ideación suicida, haciendo distinción entre pasiva (1) y activa (2 y 3). La desesperanza se midió a través de la versión española 43 de la escala de desesperanza de Beck 44, Es una escala autoaplicada que contiene 20 ítems relacionados con las expectativas negativas que una persona tiene sobre su futuro, su bienestar y su habilidad para afrontar dificultades en su vida. El formato de respuesta es verdadero o falso, en función de si la expresión del ítem refleja o no la realidad del participante. La puntuación total oscila entre 0 y 20 puntos. Esta escala ha mostrado buenas propiedades psicométricas con un alfa de Cronbach de 0,82 y un punto de corte de 9 sobre 20 42, En nuestro estudio el coeficiente alfa de Cronbach es 0,87 y el coeficiente de 2 mitades a través de la fórmula de Spearman-Brown es 0,87. Análisis de datos Previo al análisis de datos se realizó un estudio de los casos atípicos a través del índice de anomalía (casos atípicos a partir de índices de anomalía con más de 2,5 desviaciones típicas) en las variables objeto del estudio. No se eliminó ningún caso por atípico. Primero se calcularon los estadísticos descriptivos (media, desviación típica, asimetría y kurtosis) de los ítems de la escala PS-E. Posteriormente se comprobó la normalidad univariante a través del test de Kolmogorov-Smirnov, La prueba mostró un resultado estadísticamente significativo (p < 0,001), por lo que se rechazó la hipótesis nula de normalidad univariante y la de normalidad multivariante. Antes de realizar los análisis factoriales, dividimos aleatoriamente el total de la muestra (n = 234) en 2 submuestras. Para la realización del análisis factorial exploratorio (AFE) se utilizó la submuestra 1 (n = 117). Se obtuvo el índice de Kaiser-Meyer-Olkin y el test de esfericidad de Bartlett con el objetivo de medir la adecuación de la matriz de correlación para el análisis factorial. El método de estimación seleccionado fue ejes principales, debido a que no se puede asumir la normalidad multivariante. El número de factores a extraer fue determinado por un análisis paralelo con una solución unifactorial, acorde con el test original. Esta solución de un factor fue analizada mediante análisis factorial confirmatorio (AFC) con los datos obtenidos en la submuestra 2 (n = 117). Se utilizó el método de estimación de mínimos cuadrados no ponderados debido al pequeño tamaño muestral, al incumplimiento del supuesto de normalidad multivariante y al tipo de formato de respuesta ordinal tipo Likert utilizado 45, Las medidas de ajuste reportadas según este método son: la raíz media cuadrática de los residuales (RMR), el índice de bondad de ajuste ajustado (AGFI) y el índice de ajuste normado (NFI). Los índices de ajuste se interpretaron con los puntos de corte propuestos por Hu y Bentler 46, Valores aproximados > 0,90 para AGFI, > 0,95 para NFI y < 0,05/0,06 para RMR indican un buen ajuste del modelo. Posteriormente, con los datos del total de la muestra se estimó la fiabilidad de las puntuaciones de la PS-E a través del coeficiente alfa de Cronbach, el procedimiento de 2 mitades de Spearman-Brown y el coeficiente Omega. Por último, con la finalidad de explorar las evidencias de validez basadas en la relación con otras variables, se llevó a cabo en la muestra total el análisis de las correlaciones entre la puntuación total de PS-E y el BDI-II, el ítem 9 del BDI-II, la escala de riesgo de suicidio de Plutchik y la escala de desesperanza de Beck. La selección de las 2 muestras aleatorias, los análisis descriptivos, correlaciones y análisis factorial exploratorio se realizó con el software SPSS versión 25. Se empleó el AMOS versión 22 para el análisis factorial confirmatorio y JASP versión 0.9.1 para el cálculo del coeficiente Omega y el análisis paralelo. Resultados Estadísticos descriptivos de la Psychache Scale En la tabla 2 se muestra los estadísticos descriptivos de la escala para el total de la muestra de participantes. El rango de las opciones de respuesta oscila de 1 a 5. El ítem 1 (siento dolor psicológico) obtuvo la mayor puntuación media (M = 2,41; DT = 1,09). La menor puntuación media fue obtenida por los ítems 10 ( no puedo soportar más mi dolor; M = 1,57; DT = 0,96) y 11 ( a causa de mi dolor, mi situación es inaguantable; M = 1,57; DT = 1,01 ), La puntuación media total de PS-E fue 25,19 (DT = 11,91). El rango de las puntuaciones totales osciló entre 13 (mínimo) y 65 (máximo). Fiabilidad y evidencias de validez basadas en la estructura interna: análisis factorial exploratorio y confirmatorio Se llevó a cabo un AFE con las respuestas de la submuestra 1 a los ítems de la escala PS-E. Los valores obtenidos en el test de Kaiser-Meyer-Olkin (KMO = 0,941) y la prueba de esfericidad de Bartlett (Chi-cuadrado = 1369,36; gl = 78; p < 0,001) fueron compatibles con la factorización de la matriz de correlaciones. El análisis paralelo fue concordante con la extracción de un único factor ( fig.1 ), y esta solución unifactorial explicó el 63,83% de la varianza. Todos los ítems de la escala PS-E saturaron en un factor único de dolor psicológico por encima de 0,68 ( tabla 2 ). Del mismo modo, con el fin de comprobar si todos los ítems saturaban en un factor de dolor psicológico general, se llevó a cabo un AFC con los datos de la submuestra 2. Los valores de las cargas factoriales estandarizadas de los ítems de la PS-E oscilaron entre 0,52 y 0,88 ( tabla 2 ), en consonancia con la solución mostrada por el AFE. Los valores de los índices de ajuste obtenidos (AGFI = 0,992, NFI = 0,993 y RMR = 0,059) mostraron un buen ajuste para el modelo de un factor. Para el total de la muestra la estimación de la fiabilidad de las puntuaciones de la escala PS-E a través del coeficiente alfa de Cronbach fue 0,96, estimación similar a la obtenida a través de la fórmula de Spearman-Brown bajo el procedimiento de 2 mitades (0,95), así como a la hallada mediante el coeficiente Omega (0,96). Evidencias de validez basadas en la relación con otras variables Con el total de la muestra se obtuvo evidencias de validez basadas en la relación entre la puntuación total de PS-E y 4 variables externas ligadas estrechamente al comportamiento suicida: gravedad de la sintomatología depresiva (BDI-II), la desesperanza (escala de desesperanza de Beck), la ideación suicida (ítem 9 del BDI-II) y el riesgo suicida (escala de riesgo de suicidio de Plutchik). Todas las asociaciones encontradas fueron positivas, moderadas-altas, estadísticamente significativas ( tabla 3 ) y acordes con nuestra hipótesis. Discusión El presente estudio ha adaptado al contexto español uno de los instrumentos de medida más relevantes para medir dolor psicológico, Psychache Scale 25, Primero, orientados por la guía para la adaptación de test de la International Tests Comission 37, se obtuvo una versión consensuada y equivalente, conceptual y lingüísticamente, a la escala original. Se completó la adaptación a través del análisis de las propiedades psicométricas de la versión en español resultante. Los hallazgos son congruentes con la versión original y con los resultados obtenidos en las adaptaciones a otros contextos culturales 30,31, En cuanto a la estructura interna, los resultados del presente trabajo son acordes con la solución de un factor y están en consonancia con los obtenidos en la versión polaca 31 y con la conceptualización de dolor psicológico en la que se basa la escala original 15,25, No obstante, diversos autores han hallado una solución de 2 factores en la versión inglesa 28,47 : un factor que incluye los primeros 9 ítems y un segundo factor con los 4 ítems restantes. Ambos estudios 28,47 coinciden en señalar que estos factores no tienen una interpretación basada en el contenido de los ítems, sino que son fruto de un artefacto provocado por el cambio del formato de respuesta de los 4 últimos ítems. Por consiguiente, se recomienda el uso de la puntuación total obtenida a través de la suma de todos los ítems que conforman la escala. Además, en consonancia con hallazgos previos, las puntuaciones de la PS-E muestran una buena fiabilidad, similar a la versión original de la escala 25, a la versión portuguesa 30 y a la versión polaca 31, Respecto a las evidencias de validez basadas en la relación con otras variables, y en línea con los resultados encontrados en estudios anteriores 22,23,33,35,36, el presente trabajo muestra correlaciones altas, positivas y estadísticamente significativas entre el dolor psicológico y la depresión y la desesperanza. Estos resultados están en consonancia con la hipótesis sobre la existencia de un factor general común de negatividad 48, formado en este caso por el dolor psicológico, la desesperanza y la depresión. No obstante, con el fin de clarificar la relación entre estos constructos, Troister y Holden 36 analizaron la diferenciación factorial entre una medida de dolor psicológico, depresión y desesperanza. Los autores concluyeron que, pese a existir cierto grado de superposición entre la operacionalización de los 3 constructos, existe suficiente distinción factorial, así como una aportación única de cada constructo a la predicción del comportamiento suicida. Por otra parte, el dolor psicológico correlaciona moderada, positiva y significativamente con la ideación suicida y el riesgo suicida. Estos hallazgos son coherentes con los resultados de los estudios que analizan la capacidad predictiva del dolor psicológico en relación con el comportamiento suicida y en comparación con la desesperanza y la depresión 34,36,49,50, Asimismo, estos resultados son acordes con las teorías que intentan explicar y predecir el comportamiento autolítico a través del dolor psicológico como elemento clave (e.g., teoría de 3 pasos 19, teoría del suicidio 15 ). El presente estudio cuenta entre sus limitaciones con un tamaño muestral relativamente pequeño. Además, el muestreo de conveniencia, el incumplimiento del criterio de inclusión relativo a la edad y los datos incompletos causaron la eliminación de casos que, como consecuencia, provocó una ligera sobrerrepresentación de mujeres participantes. Por consiguiente, los resultados de este estudio deben ser considerados con cautela respecto a su generalización a la población joven adulta de España. Asimismo, debido a la naturaleza clínica de estas variables y a la baja presencia de conducta suicida en la población general, los datos presentaron cierta restricción de rango. A pesar de estas limitaciones este estudio se centra en la adaptación cultural en población joven adulta como fase preliminar al uso de la escala en el contexto clínico. Futuros estudios con diseño longitudinal que permitan analizar la contribución del dolor psicológico, junto a otros factores relevantes y que evalúen el dolor psicológico en otras poblaciones (e.g., población clínica con alto riesgo suicida) aportarán evidencias sobre la generalización de los hallazgos y sobre la validez predictiva del dolor psicológico. Conclusiones En síntesis, la Psychache Scale 25 es uno de los instrumentos de medida de dolor psicológico más utilizados y fáciles de administrar. Disponer de un instrumento de medida de dolor psicológico adaptado al contexto español contribuye a mejorar la evaluación del riesgo suicida del paciente, así como la orientación de la terapia psicológica y la valoración de su eficacia. Asimismo, esta medida podría utilizarse para evaluar la sintomatología en ensayos clínicos con fármacos. Con frecuencia, los pacientes con depresión mencionan experimentar un alivio sustancial de su dolor psicológico tras recibir tratamiento con antidepresivos 51, Por otro lado, la investigación tradicional sobre los factores de riesgo del comportamiento autolítico (e.g. enfermedad mental) ha mostrado una baja especificidad y escaso valor predictivo, por lo que es necesaria una evolución en la aproximación científica al fenómeno suicida 52,53, El dolor psicológico es un elemento clave en modelos explicativos que cuentan con notable evidencia empírica en cuanto a su capacidad de predecir la conducta suicida 15,19, Por este motivo, la PS-E también proporciona la posibilidad de replicar estos modelos en población española general y clínica, así como realizar contribuciones científicas significativas que repercutan en la prevención e intervención en el comportamiento suicida. Financiación El presente trabajo ha sido financiado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España para la Formación de Profesorado Universitario (Programa Estatal de Promoción del Talento y su Empleabilidad) adjudicado en concurso público (Ref. FPU16/00534). Conflicto de intereses Los autores firmantes del manuscrito declaran que no existe ningún conflicto de intereses relacionado con el presente artículo. Bibliografía R.C. O'Connor, M.K. Nock. The psychology of suicidal behaviour. Lancet Psychiat, 1 (2014), pp.73-85 M.M. Silverman, A.L. Berman, M.D. Sanddal, P.W. O'Carroll, T.E. Joiner. Rebuilding the Tower of Babel: A revised nomenclature for the study of suicide and suicidal behaviors. Part 2: Suicide-related ideations communications, and behaviors. Suicide Life-Threat Behav, 37 (2007), pp.264-277 E. Fonseca-Pedrero, F. Inchausti, L. Pérez-Gutiérrez, R. Aritio-Solana, J. 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¿Cómo se llama el dolor por haber ofendido a Dios?

El auténtico conocimiento de Dios, Dios de la misericordia y del amor benigno, es una constante e inagotable fuente de conversión. La contrición no es otra cosa sino el dolor del corazón, es decir, el dolor profundo, dolor en lo más íntimo de nuestro ser, por el pecado cometido.

  1. Como no es tanto un dolor externo cuanto del fondo del alma, implica la reorientación radical de toda nuestra vida, un retorno, una conversión a Dios de modo pleno, una ruptura con el pecado, una aversión al mal, con repugnancia hacia las malas acciones que hayamos cometido.
  2. La contrición no es sino la aflicción interior que nos hace estremecernos ante el horror y el peso del pecado, ante la ofensa al Creador y el temor de vernos separados de Él para siempre.

Sin la contrición nuestras obras externas permanecen estériles y engañosas; con ella somos impulsados a realizar generosamente obras exteriores de purificación. La contrición es, pues, la parte esencial del sacramento y debe tener cuatro condiciones. La primera de ellas es que sea interior.

Cuando decimos a Dios ‘siento haberte ofendido’ no es un mero acto de buena educación lo que estamos haciendo, no es la obligada excusa cortés. Debemos poner el corazón junto a nuestras palabras. Debemos sentir lo que decimos. No es preciso sentir una reacción ‘emocional’. Como el amor, el dolor es un acto de voluntad, no un golpe de emoción.

Igual que podemos amar a Dios sin experimentar sentimientos, podemos tener un profundo pesar de nuestros pecados sin tener dolor emocional alguno. Si con toda sinceridad nos determinamos a evitar todo lo que pueda ofender a Dios con la ayuda de su gracia, entonces tenemos verdadera contrición interior.

  1. Nuestra contrición además de interior debe ser sobrenatural.
  2. La razón se basa en el porqué de nuestra contrición.
  3. Si un hombre se arrepiente de emborracharse porque le viene una cruda tremenda, ese dolor es natural.
  4. Si una mujer se duele de su mentira porque quedó en evidencia la falsedad, ese dolor es natural.

Si un niño siente su desobediencia por el miedo al regaño, es dolor natural. Este dolor natural no tiene nada que ver con Dios, el alma o motivos sobrenaturales. No es que ese dolor sea malo, pero es insuficiente en relación con Dios. El dolor es sobrenatural cuando nace de motivos sobrenaturales; es decir, cuando su ‘porqué’ se basa en la fe sobre las verdades que Dios ha enseñado.

Por ejemplo, Dios nos ha dicho que debemos amarlo sobre todas las cosas y que pecar es negarle ese amor. Dios nos ha dicho que un pecado mortal causa la pérdida del cielo y nos merece el infierno, y que el pecado venial debe ser satisfecho en el purgatorio. Nos ha dicho que el pecado es la causa de que Jesús muriera en la Cruz y que es una ofensa a la bondad infinita de Dios.

Nos ha dicho que el pecado es malo en sí mismo, no por sus efectos. Cuando nuestro dolor se basa en estas verdades que Dios ha revelado, es dolor sobrenatural, se ha elevado por encima de meras consideraciones naturales. Además de ser interior y sobrenatural, la contrición ha de ser máxima.

  1. Esto significa que nuestro dolor debe ser sumo.
  2. Es decir, debemos ver el mal moral del pecado como el mayor mal que existe, por encima de cualquier mal físico o meramente natural que pueda ocurrirnos.
  3. Significa que, cuando decimos a Dios que nos arrepentimos de nuestros pecados, estamos dispuestos, con la ayuda de su gracia, a sufrir cualquier cosa antes que ofenderlo de nuevo.

Santa Blanca, la madre de San Luis (el rey Luis IX de Francia) nos da un buen ejemplo de esto. No existe duda del ardiente amor materno que ella sentía hacia su hijo y, sin embargo, le decía de vez en cuando: ‘Antes preferiría verte muerto a mis pies que saber que has cometido un pecado mortal’.

  1. Si nosotros somos capaces de decir lo mismo sinceramente, si estamos dispuestos a entregar (‘con la ayuda de su gracia’) cualquier persona o cosa que Él nos pidiera antes de ofenderlo, entonces tenemos perfecto amor a Dios.
  2. Por último, el dolor interior, sobrenatural y sumo, debe ser universal.
  3. Esto significa que debemos arrepentirnos de todos los pecados mortales sin excepción.

Un solo pecado mortal nos separaría de Dios y nos privaría de la gracia santificante. O nos dolemos de todos o no podremos recuperar la gracia de Dios. O todos son perdonados o no lo es ninguno. Si diéramos cuatro bofetadas a un amigo, sería ridículo decirle: ‘Me arrepiento de tres de ellas, pero no de la cuarta’.

  1. Diversar fórmulas para la oración del acto de contrición Dios mío, me arrepiento de todo corazón de todo lo malo que he hecho y de lo bueno que he dejado de hacer; porque pecando te he ofendido a ti, que eres el sumo bien y digno de ser amado sobre todas las cosas.
  2. Propongo firmemente, con tu gracia, cumplir la penitencia, no volver a pecar y evitar las ocasiones de pecado.

Perdóname, Señor, por los méritos de la Pasión de nuestro Salvador Jesucristo. Amén. Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre, Redentor mío, por ser vos quien sois, bondad infinita y por que os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.

Animado con tu divina gracia, propongo firmemente nunca mas pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta, para el perdón de mis pecados. Amen Pésame Dios mío y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho mas me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como vos; antes querría haber muerto que haberle ofendido, y propongo firmemente ayudado por tu divina gracia, no pecar mas y evitar las ocasiones próximas de pecado.

Amen
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¿Cuáles son los tipos de sufrimiento?

Qué tipos de sufrimiento existen Desazón, amargura, desesperación, todos ellos son distintos tipos de sufrimientos humanos, El hecho de sufrir tiñe nuestra vida de y oscuridad. No obstante, no todos los sufrimientos son idénticos, existen diferentes tipos de sufrimiento. El Dolor No Es Lo Mismo Que El Sufrimiento Fuente: Pixabay/
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¿Qué es tristeza y dolor?

Dolor emocional o estado afectivo provocado por un decaimiento espiritual – La tristeza es un estado mental pasajero y una emoción básica 16/10/2019 Actualizado a las 15:18h. El sentimiento de tristeza es un estado psicológico que no es, de por sí, un indicador de trastorno mental. De hecho, es relativamente habitual. Es una de las seis emociones básicas (no natales) del ser humano, junto con el miedo, la ira, el asco, la felicidad y la sorpresa, según describe el psicólogo pionero en el estudio de las emociones, Paul Ekman.
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¿Qué sentido dio Juan Pablo II al dolor y al sufrimiento?

El sentido del sufrimiento es hacer el bien con el sufrimiento y hacer el bien al que sufre. ‘No nos está permitido ´pasar de largo´, con indiferencia, sino que debemos ´pararnos´ junto a él’ (Juan Pablo II, 1984: 26).
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¿Qué significa tristeza y dolor?

Por lo general se puede definir como una sensación de falta de energía, fatiga, malestar e incomodidad que va acompañada de una mayor necesidad de introspección y aislamiento, un descenso de la autoestima y, a veces, cierta opresión o vacío en el pecho o en el estómago.
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¿Cómo se define un dolor?

El dolor es una señal del sistema nervioso de que algo no anda bien. Es una sensación desagradable, como un pinchazo, hormigueo, picadura, ardor o molestia. El dolor puede ser agudo o sordo. Puede ser intermitente o ser constante.
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