Dolor De Estomago Como Se Llama?

Dolor De Estomago Como Se Llama
La dispepsia funcional es un término para los síntomas recurrentes de malestar estomacal que no tienen una causa obvia. La dispepsia funcional también se denomina dispepsia no ulcerosa. La dispepsia funcional es habitual.
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¿Qué es la epigastralgia?

El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad

  • Avances en enfermedades digestivas: Pirosis y dolor epigástrico
  • REVISIóN TEÓRICA
  • INTRODUCCIÓN
  • La pirosis o heartburn, traducido del inglés, es la sensación de quemazón o ardor ascendente localizada en la región retroesternal o subxifoidea, suele ser de intensidad moderada, pudiendo irradiarse desde el epigastrio hacia el cuello, mandíbula o boca y está ampliamente reconocida como el síntoma principal del reflujo gastroesofágico.
  • El dolor epigástrico o epigastralgia se define como dolor en la región epigástrica, aunque su origen suele ser alguna enfermedad del aparato digestivo, también puede aparecer en enfermedades de estructuras próximas a esta zona o incluso en enfermedades sistémicas.
  • Causas

Las causas de dolor epigástrico se dividen en abdominales y extraabdominales, que se recogen La pirosis se considera como el síntoma guía de la ERGE, aunque no es exclusiva de ella, ni existe una correlación entre la intensidad de la pirosis y el grado de reflujo.

La ERGE se suele definir como el paso de contenido gástrico o intestinal a la luz del esófago en ausencia de nauseas, vómitos o eructos. El reflujo es un fenómeno fisiológico que sucede especialmente después de las comidas, durante un breve periodo de tiempo, y que suele deberse a las relajaciones espontáneas del esfínter esofágico inferior, normalmente sin consecuencias clínicas • Síntomas típicos: son la pirosis y la regurgitación acida.

La pirosis constituye el síntoma principal más característico y constante de la ERGE mientras la regurgitación es un síntoma mucho más específico, pero menos frecuente. El paciente que presenta síntomas típicos de ERGE puede diagnosticarse a partir de la historia clínica, y generalmente no requiere de otras investigaciones.

Síntomas atípicos: tos, dolor torácico, asma, sensación de globo faríngeo y la disfonía. • Síntomas acompañantes: eructos, náuseas, hipersalivación, hipo y dolor epigástrico. En la dispepsia el dolor abdominal es el síntoma principal. Es uno de los síntomas más frecuentes en patología digestiva. Sin embargo, su causa no se diagnostica hasta en un 42 por ciento de los pacientes; además se ha señalado un diagnostico erróneo hasta en un 30 por ciento de los casos.

Existen muchas causas que lo desencadenan (tanto orgánicas como funcionales), también puede ser la manifestación de afecciones localizadas fuera del abdomen. La localización inicial, así como la irradiación posterior puede orientar acerca de la posible causa del dolor.

  1. En este capítulo no centraremos sobre el dolor agudo localizado en epigastrio y concretamente sobre la dispepsia.
  2. Según los criterios de la tercera reunión internacional Roma III, la dispepsia se define como cualquier dolor o molestia localizada en la parte central de la mitad superior del abdomen.
  3. Puede ir asociada a sensación de plenitud, saciedad precoz distensión, eructos, naúseas y/o vómitos.

Pueden ser continuos o intermitentes y no tienen necesariamente relación con la ingesta.

  1. Aunque su origen suele ser alguna enfermedad del aparato digestivo, también puede aparecer en enfermedades de estructuras próximas a esta zona o incluso enfermedades sistémicas.
  2. Factores de riesgo

Existen diversos estudios sobre los factores de riesgo de ERGE y dispepsia El estudio DIGEST, sobre prevalencia y su relación con factores de riesgo, confirma muchos de estos resultados. Entre los factores de riesgo se incluyen: La edad y según algunos estudios también el sexo masculino, se ha asociado a ERGE, dispepsia funcional y úlcera péptica.

Los hábitos higiénico-dietéticos no parece que sean factores de riesgo dominante en ERGE o dispepsia. Tanto la dieta grasa, los dulces, la cebolla cruda, las especias, la cafeína y los cítricos se han propuesto como facilitadores del reflujo, pero los estudios presentan datos contradictorios y una evidencia científica débil.

Las bebidas carbonatadas y las comidas copiosas son factores de riesgo con evidencia moderada. El consumo de alcohol y el de tabaco presentan como factores de riesgo una evidencia científica débil. En el estudio DIGEST, el alcohol no fue un factor estadísticamente significativo asociado a ERGE ni a pirosis.

  • Sin embargo sí aumentan el riesgo de sangrado y/o perforación de úlcera péptica.
  • El ejercicio físico se considera un factor de riesgo con una evidencia débil, los estudios muestran que el ejercicio puede provocar relajación transitoria del esfínter esofágico inferior (EEI).
  • El hecho de dormir sobre el lado izquierdo parece disminuir el grado de reflujo, ya que la unión gastroesofágica se sitúa por encima del nivel del jugo gástrico en la posición de decúbito lateral izquierdo.

El estrés psicológico y enfermedades psiquiátricas (ansiedad, depresión, estrés crónico,) se han relacionado con síntomas de ERGE y con la dispepsia funcional. En el estudio DIGEST se ha demostrado que el mayor nivel educacional, el estado marital (divorciado, separado o viudo) y los acontecimientos vitales negativos recientes son factores de riesgo estadísticamente significativo asociado a ERGE.

La infección por H. pylori no parece ejercer un papel importante, la evidencia disponible indica que no existe una asociación fuerte entre dicha infección y la dispepsia funcional. La obesidad, se ha demostrado en un reciente estudio que el reflujo gastroesofágico ocurre independientemente del índice de masa corporal.

La hernia de hiato y su relación con la ERGE es un tema controvertido, su presencia es mayor en pacientes con reflujo, aunque no sea la causa de ERGE, puede favorecerla. Algunos medicamentos pueden provocar reflujo, ya que pueden disminuir la presión del EEI Los factores de riesgo para la úlcera péptica están mejor identificados; los AINE, la infección por H.

pylori (un 95 por ciento de las duodenales y un 80 por ciento de las gástricas) y el tabaco son los que más se asocian. Un 5 por ciento de las úlceras duodenales y un 30 por ciento de las gástricas se atribuyen a los AINE. La historia personal y familiar de úlcera, los estilos de vida no saludables, la ansiedad y la utilización crónica de ácido acetil salicílico, incluso a dosis bajas también han mostrado asociación.

Epidemiología En una revisión de estudios publicados de síntomas del tracto digestivo superior en la población general se encontró que la prevalencia varía entre un 10 y un 48 por ciento para la pirosis y un 45 por ciento para la regurgitación acida y entre un 21 y un 59 por ciento para ambos.

El estudio internacional DIGEST se estimó que la prevalencia de pirosis en la ERGE es del 13,5 por ciento (el síntoma mas frecuente). La prevalencia de la dispepsia varía entre el 8-54 por ciento según los criterios utilizados. En España se estima que entre el 24-28 por ciento de la población la ha presentado en los últimos 6 meses y el 39 por ciento alguna vez en su vida.

En el estudio DIGEST la prevalencia en la población general, cuando se consideran todos los síntomas gastrointestinales de la mitad superior del abdomen es del 40,6 por ciento. La dispepsia es uno de los principales motivos de consulta en atención primaria; en torno a un 8,2 por ciento de la población atendida en consulta.

  • Se calcula que un 50 por ciento de las personas que lo padecen no consultan al médico y un 27 por ciento se automedica con antiácidos y anti H2.
  • El impacto económico y sobre la calidad de vida es elevado.
  • Según el estudio DIGEST un 2 por ciento de los encuestados fue hospitalizado y un 27 por ciento precisó incapacidad laboral temporal.

En el estudio Psychological Well Being Index un 73 por ciento de los pacientes refiere que los síntomas interfieren bastante en su actividad diaria y un 4,8 por ciento ocasionalmente.

  • Tomando como base las dispepsias investigadas con endoscopia las causas más frecuentes de dolor epigástrico son: dispepsia funcional (60 por ciento), ulcus péptico (15-25 por ciento) y cáncer de esófago o estomago (<2 por ciento).
  • Motivo de consulta

Aunque los datos publicados son dispares, la dispepsia supone alrededor del 3 por ciento de las consultas del médico de familia y entre el 30-50 por ciento de la del digestólogo. Respecto a la pirosis, algunos estudios indican que el 7-13 por ciento de la población refiere pirosis diaria y hasta un tercio de los pacientes al menos una vez al mes.
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¿Qué es la dispepsia funcional?

Descripción general – La dispepsia funcional es un término para los síntomas recurrentes de malestar estomacal que no tienen una causa obvia. La dispepsia funcional también se denomina dispepsia no ulcerosa. La dispepsia funcional es habitual. Es una afección constante, pero los síntomas no se manifiestan todo el tiempo.
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¿Dónde causa dolor la gastritis?

¿Cuáles son los síntomas de la gastritis y la gastropatía? – La mayoría de las personas con gastritis o gastropatía no tienen síntoma alguno. En algunos casos, la gastritis y la gastropatía causan síntomas de indigestión (en inglés), conocido también como dispepsia. Los síntomas podrían incluir:

dolor o molestia en la parte superior del abdomen náuseas o vómito sensación de llenura demasiado pronto durante una comida sensación de llenura después de una comida inapetencia adelgazamiento

Si la gastritis o la gastropatía causan erosiones o úlceras, el revestimiento del estómago podría sangrar. Si una persona tiene síntomas de sangrado en el estómago, debe buscar atención médica de inmediato. Los síntomas de sangrado en el estómago podrían incluir:

heces de color negro o con apariencia de alquitrán o sangre de color rojo o marrón mezclada con las heces calambres, molestias o dolor en el abdomen sensación de cansancio, falta de aliento o mareo vomito con sangre roja o vómito que parece granos de café

Si una persona presenta un sangrado leve en el estómago, podría tener una pequeña cantidad de sangre en las heces sin notarlo, lo que se conoce como sangrado oculto.
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¿Dónde duele la dispepsia?

¿Qué es la dispepsia? – El término dispepsia proviene de los términos griegos dys (malo) y pessö (digerir), por lo que podría traducirse como mala digestión o, dicho comúnmente, indigestión. La dispepsia no es en sí una enfermedad, sino un conjunto de síntomas que se podrían entender como un trastorno de la digestión que suele manifestarse tras una comida.

  • Esas molestias se sitúan en el epigastrio, la parte alta del abdomen, situada entre las costillas y el ombligo.
  • Los síntomas pueden ser repentinos o aparecer al cabo de un tiempo y pueden comprender dolor, malestar, ardor, hinchazón, sensación de pesadez o de llenarse muy rápido a pesar de haber comido poco, imposibilidad de terminar una comida, eructos, flatulencias y náuseas -aunque no vómitos-.

Es un trastorno bastante común en los adultos, que puede ocurrir de manera ocasional, recurrente e, incluso, llegar a repetirse diariamente. En algunos casos, modificar el estilo de vida y los hábitos alimentarios serán suficientes para aliviar los síntomas, mientras que en otros será necesario que el médico realice un diagnóstico adecuado para saber qué hay detrás de esos síntomas y tratarlos.
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¿Cómo se le llama a la enfermedad cuando se inflama el estómago?

Un exceso de bacterias o falta de movimiento – Otra razón detrás de la hinchazón es el SIBO, o sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado, Como su nombre indica es un exceso de bacterias y ocurre cuando las bacterias intestinales del colon se desbordan hacia el intestino delgado.

El crecimiento excesivo de estas bacterias también puede abrumar a otras bacterias que precisamente se encargan del equilibrio del sistema y absorben los gases. Fuente de la imagen, Getty Images Pie de foto, SIBO, síndrome de colon irritable, las hormonas. Hay muchas causas detrás de la hinchazón abdominal.

El SIBO puede ocurrir tras una compl i cación en una cirugía abdominal o producto de algunos problemas estrucuturales de nuestro sistema digestivo, como adherencias intestinales o diverticulitis, unas bolsas abultadas que sobresalen en el intestino delgado, según indican en la Clínica Mayo.

  1. El síndrome del colon irritable, una condición muy común que afecta al sistema digestivo, puede hacer que quien lo sufre sea extremadamente sensible a los gases y tenga dolores, calambres estomacales, diarrea y estreñimiento además de hinchazón abdominal.
  2. Se desconoce la causa exacta del síndrome del colon irritable, pero indican en el NHS que se ha relacionado con cosas tan variadas como que los alimentos pasen por el intestino demasiado rápido o demasiado lento, nervios hipersensibles en el intestino, estrés y antecedentes familiares.
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Otro motivo que puede hacer que estemos hinchados es la gastroparesis, una enfermedad que afecta a los músculos del estómago y hace que su motilidad, es decir, el movimiento espontáneo normal, cambie. Puede ser que la motilidad se ralentice o deje de funcionar y, así, el estómago tarda más en vaciarse.

  • De desconoce la causa de la gastroparesis pero la Clínica Mayo indica que tras una cirugía, complicaciones de la diabetes o la ingesta de algunos medicamentos para la depresión, la hipertensión arterial o alergias pueden ocasionar un vaciamiento gástrico lento y síntomas similares.
  • A veces, tras la hinchazón puede haber una intolerancia alimentaria.

No es solo que hayamos tomado una bebida con gas, sino que este alimento en cuestión nos sea más difícil de digerir. Algunos de los sospechosos habituales detrás de la hinchazón suelen ser los alimentos que contienen lactosa, fructosa, carbohidratos como el trigo o legumbres.

También, indica el NHS, puede ser un síntoma de celiaquía, una condición en la que el sistema inmunológico que ataca a sus propios tejidos si se ingiere gluten, una proteína que aparece, principalmente, en tres tipos de cereales: trigo, cebada y centeno. Esto daña el intestino delgado, hace que no se puedan absober los nutrientes y da una variedad de síntomas que incluyen diarrea, dolor abdominal e hinchazón.

Tan común como los gases es la hinchazón que producen las hormonas responsables de l ciclo menstrual. Hasta 3 de cada 4 mujeres sufre distensión abdominal antes y durante la regla, según indica la Clínica Cleveland. También están las fluctuaciones hormonales que se dan en la perimenopausia, ese tiempo de transición desde la última regla hasta la menopausia.

  • Las hormonas femeninas pueden causar hinchazón por muchos motivos.
  • Por ejemplo, el estrógeno causa retención de líquidos, esta misma hormona y la progesterona pueden acelerar o disminuir la motilidad de nuestros músculos estomacales y, a su vez, causar gases y luego está el aumento del volumen del útero justo antes de la menstruación.

Fuente de la imagen, Getty Images Pie de foto, Algunos cambios en nuestra dieta, como la ingesta de más verduras y frutas, pueden ayudarnos a disminuir la hinchazón. A veces, la hinchazón que no desaparece puede ser un signo de algo más grave, como problemas en los ovarios y el útero, incluso cáncer de ovario, por lo que es importante realizarse exámenes pélvicos regulares.
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¿Cómo aliviar el dolor en el epigastrio?

Medicamentos que disminuyen el ácido – Los bloqueantes H2 como la ranitidina cimetidina, nizatidina o famotidina, son los agentes de uso inicial utilizados por los médicos de atención primaria y son parcialmente mejores que el placebo en mejorar el dolor en el abdomen medio-superior (epigastrio) aunque no mejoran los otros síntomas de dispepsia.

  1. Si los bloqueantes H2 fallan en mejorar los síntomas, la mayoría de los médicos utilizan un inhibidor de la bomba de protones (IBP)-omeprazol, lansoprazol, rabeprazol, pantoprazol o esomeprazol.
  2. Los riesgos a corto plazo de esta estrategia son bajos y esto puede proveer alivio de los síntomas en un pequeño número de personas, la mayoría de las cuales podían presentar reflujo ácido asintomático.

Como grupo, los IBP son aproximadamente 10% superiores al placebo en mejorar los síntomas de dispepsia. Sin embargo, el uso a largo plazo de los IBP puede resultar costoso. Existe información reciente sugiriendo que el uso prolongado de IBP, al combinarse con otros factores de riesgo, pueden colocar a algunos pacientes en incremento de riesgo para colitis por clostridium difficile, neumonía de la comunidad y fractura de cadera.
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¿Qué bacteria produce la dispepsia?

Causas – Las causas de esta afección son desconocidas en la mayoría de los pacientes. En algunos casos, los síntomas pueden presentarse después de una comida excesiva o por haber ingerido determinados medicamentos que producen lesiones en la mucosa gástrica, como pueden ser la aspirina o los antiinflamatorios,

Es posible, también, que la causa se deba a problemas psicológicos, tales como el estrés, la ansiedad o la depresión, Algunos pacientes con dispepsia pueden tener una herida o erosión, denominada úlcera, en el estómago o en la zona del duodeno, causadas, en su mayoría, por una bacteria denominada Helicobacter pylori,

Las causas por las que se producen la mayoría de los casos de dispepsia son el consumo excesivo de alcohol, la ingesta de alimentos picantes, o muy grasientos, e ingerir grandes cantidades de comida en poco tiempo. Otras razones pueden ser el tabaquismo, los alimentos con mucha fibra o consumir demasiada cafeína,
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¿Qué tiempo dura la dispepsia?

En general la sintomatología desaparecerá espontáneamente en pocos días. Si los síntomas son más intensos o persistentes, es posible que sea necesario consultar al médico para buscar un tratamiento más efectivo.
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¿Por qué se inflama el estómago y duele?

La hinchazón o distensión abdominal con frecuencia es provocada por comer en exceso más que por una enfermedad grave. El problema también puede ser causado por: Deglución de aire (un hábito nervioso) Acumulación de líquidos en el abdomen (esto puede ser un signo de un problema grave de salud)
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¿Cuál es el dolor de la colitis?

– La colitis es una inflamación del colon, también conocido como intestino grueso. Si tienes colitis, sentirás malestar y dolor en el abdomen. Puede ser leve y recurrente durante un período prolongado o grave y repentino. Existen diferentes tipos de colitis y el tratamiento varía dependiendo del tipo que tengas.
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¿Cuándo ir a urgencias por un dolor de estómago?

Llama al 911 o solicita asistencia médica de emergencia Busca ayuda si tu dolor abdominal es intenso y se asocia con lo siguiente: traumatismo, como un accidente o una lesión; presión o dolor en el pecho.
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¿Qué órgano afecta la dispepsia?

Dispepsia funcional. Revisión | Farmacia Profesional Las consultas por molestias o dolor relacionados con el sistema digestivo son muy frecuentes en el mostrador de la oficina de farmacia, a menudo vinculados a cuadros de dispepsia funcional ya diagnosticada.

Su tratamiento farmacológico admite un amplio abanico de opciones, de ahí que convenga actualizar periódicamente nuestro conocimiento de esta farmacoterapia, para procurar una correcta dispensación informada. El término dispepsia designa un síndrome en el que se incluye una amplia variedad de síntomas como dolor o malestar abdominal alto, pirosis, distensión abdominal, plenitud posprandial, náuseas, vómitos, saciedad precoz o regurgitación.

En la mayoría de los casos, la dispepsia se presenta como una combinación de estos síntomas.

  • La dispepsia se engloba dentro de los denominados trastornos de la motilidad digestiva, que pueden afectar a cualquiera de los órganos del aparato digestivo y cuya frecuencia aumenta con la edad.
  • Clasificación de la dispepsia
  • Clínicamente, la dispepsia se puede clasificar como:

Dispepsia orgánica. Existen causas orgánicas, como alguna lesión del aparato digestivo, que originan y explican los síntomas de dispepsia (gastritis, reflujo, úlcera, toma de medicamentos, etc.), y éstas han sido diagnosticadas a partir de pruebas. La dispepsia orgánica presenta fisiopatología y etiología anatómica o bioquímica definida.

Engloba las siguientes situaciones: úlcera duodenal, duodenitis erosiva, deformidad inflamatoria o cicatricial del bulbo duodenal y úlcera gástrica. Dispepsia funcional (dispepsia esencial o no ulcerosa). No se encuentran causas orgánicas o sistémicas aparentes que expliquen el cuadro tras llevar a cabo el diagnóstico.

Por tanto, se descartan alteraciones estructurales, enfermedades metabólicas, trastornos inducidos por alcohol o medicamentos. Su etiopatogenia es aún incierta y se relaciona especialmente con anomalías de la motilidad gastroduodenal, aumento de la percepción visceral y factores psicológicos.

Prevalencia La dispepsia es un motivo de consulta frecuente tanto en atención primaria como especializada. Además, existe un porcentaje significativo de personas que aunque presentan síntomas de dispepsia, no acuden al médico y deciden automedicarse. En España, se estima que la prevalencia de los síntomas de dispepsia en la población general es del 24-28%, mientras que en otros países como Reino Unido las cifras oscilan en torno al 40%.

De este total, cada año un 5% consulta a su médico y un 1% es derivado a la realización de una endoscopia. Dispepsia funcional En esta revisión el objeto es la dispepsia funcional. La dispepsia no ulcerosa o funcional se diagnostica a los pacientes en los que la endoscopia ha excluido un cáncer gástrico o duodenal o una esofagitis, y que tienen síntomas de reflujo.

  1. Los mecanismos fisiopatológicos de la dispepsia funcional no se conocen con claridad y quizá la única certeza que se posee al respecto es que se trata de un trastorno de carácter heterogéneo. Sin embargo, se han sugerido una serie de mecanismos, entre los cuales se pueden incluir:
  2. – Alteración de la acomodación gástrica a los alimentos ingeridos.
  3. – Disminución de la velocidad del vaciamiento gástrico.
  4. – Hipersensibilidad visceral a la distensión gástrica.
  5. – Hipersensibilidad duodenal a los lípidos y a los ácidos.
  6. – Alteración de la motilidad duodenoyeyunal.
  7. – Infección crónica por Helicobacter pylori,
  8. – Dispepsia postinfecciosa.
  9. – Alteraciones de la regulación del sistema nervioso central (SNC) y del sistema nervioso autónomo.
  10. – Problemas psicosociales.
  11. Entre los factores que pueden agravar los síntomas de este trastorno, sin que se haya demostrado una relación causaefecto, destacan:
  12. – Masticación insuficiente.
  13. – Irregularidad en el horario de las comidas.
  14. – Estrés.
  15. – Exceso en el consumo de grasa y de alimentos que suelen causar intolerancia digestiva.
  16. – Exceso de líquidos, especialmente bebidas carbonatadas.
  17. Eficacia del tratamiento de la dispepsia funcional

Es preciso considerar que no todos los pacientes con dispepsia necesitan tratamiento farmacológico, ya que en ciertos casos resulta ineficaz. Desde la oficina de farmacia, se debe instruir sobre la importancia de la modificación del estilo de vida, que puede ser una medida muy efectiva en pacientes con síntomas leves o moderados.

Además, se deben tener muy en cuenta los fármacos que el paciente refiere estar tomando, ya que pueden estar produciendo la dispepsia o agravándola. Asimismo, se debe aconsejar al paciente que evite precipitantes de la sintomatología dispépsica, como son alcohol, tabaco, café, chocolate, comidas grasas y copiosas, y sobrepeso.

Actualmente no existe un tratamiento eficaz para todas las formas de dispepsia funcional. El tratamiento debe ser individualizado, en función de los síntomas que presente el paciente, e ir encaminado a mejorar su calidad de vida porque la dispepsia es una afección crónica.

  • En algunos casos, el farmacéutico puede indicar medicamentos que no requieren prescripción médica.
  • En los casos que precisan medicamentos de prescripción, deberá informar sobre todos los aspectos de uso racional, seguro y eficaz.
  • Fármacos en el tratamiento de la dispepsia funcional Cabe hablar de los siguientes grupos terapéuticos: Supresores de la secreción ácida gástrica Aunque no hay evidencia de que la secreción ácida gástrica esté alterada en los pacientes con dispepsia funcional, existen algunos datos que podrían indicar que estos pacientes son más sensibles al ácido.

Sin embargo, el tratamiento supresor es efectivo en una pequeña proporción de pacientes con dispepsia funcional. En cualquier caso, los fármacos que reducen el pH del estómago han sido ampliamente utilizados en este trastorno y se describen a continuación.

  1. Inhibidores de la bomba de protones Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) inhiben la secreción ácida gástrica mediante la inhibición irreversible y específica de la bomba ATPasa H + /K + (bomba de protones) de la célula parietal.
  2. De esta forma, inhibe el transporte final de los iones hidrógeno hacia el lumen gástrico.

Dicha inhibición es dependiente de la dosis y afecta tanto a la secreción ácida basal como a la estimulada por los alimentos. Estos fármacos producen una mejoría sintomática de la dispepsia. Omeprazol, administrado por vía oral (10-20 mg/24 h) durante cuatro semanas es, en función de criterios de eficacia, seguridad, adecuación y coste, el IBP de elección.

Los IBP lansoprazol, pantoprazol y rabeprazol son equivalentes terapéuticos, por lo que a dosis equipotentes, pueden intercambiarse de forma segura y eficaz con omeprazol. Aunque los IBP son los fármacos más utilizados y los de mayor eficacia en esta patología, los profesionales de la salud deben explicar los riesgos que implica el abuso de estos antisecretores, como es la disminución en la absorción del calcio y la deficiencia de vitamina B 12,

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La presión ejercida por otros pacientes y familiares puede, en ocasiones, inducir a un uso irracional de los IBP. A continuación se describen algunos mecanismos que pueden explicar el efecto de los IBP en la homeostasis del calcio. Los IBP pueden alcanzar concentraciones elevadas en otros compartimentos corporales ácidos como la matriz ósea adyacente a los osteoclastos, que también posee una ATPasa H + /K + susceptible de ser inhibida por los IBP.

El pH gástrico es uno de los principales determinantes de la absorción del calcio, ya que la solubilización del carbonato cálcico es pH dependiente, y así, cuando el pH aumenta, la absorción de calcio disminuye de forma considerable. En personas con secreción ácida normal, las sales insolubles de calcio se absorben en similar cuantía a las sales solubles.

En cambio, en pacientes con anemia perniciosa, en los que la secreción ácida gástrica está disminuida, la absorción de sales de calcio insolubles en ayunas es prácticamente nula, mientras que las sales solubles de calcio se absorben con normalidad. La reducción en la absorción de calcio es, por tanto, uno de los mecanismos que explica el riesgo incrementado de fracturas en pacientes que reciben IBP, ocasionando disminución de los niveles séricos de calcio (hipocalcemia) que induce respuestas compensatorias como el hiperparatiroidismo secundario, que se define como el aumento de los niveles circulantes de hormona paratiroidea (PTH) en respuesta a la hipocalcemia.

Esta elevación de la PTH activa la resorción ósea por los osteoclastos ocasionando pérdida de hueso y aumento del riesgo de fracturas. Otro de los mecanismos que explican el efecto de los IBP en la homeostasis del calcio es la depleción de vitamina B 12, como se ha demostrado en pacientes mayores de 65 años que consumen IBP de forma crónica.

El ácido gástrico y la pepsina son necesarios para la proteolisis que da lugar a la liberación de la vitamina B 12 de las proteínas de los alimentos ingeridos. La disminución de la secreción gástrica producida por los IPB conlleva, por tanto, una depleción de los niveles de vitamina B 12,

  • La prescripción de IBP debería optimizarse, restringiéndose su uso a las situaciones en las que exista una indicación clara del medicamento:
  • – Deben ser utilizados en las indicaciones correctas, especialmente por los adultos mayores, en dosis no superiores a las necesarias para mejorar los síntomas o los desenlaces clínicos esperados.
  • – Se debe adecuar la duración de los tratamientos al tiempo necesario, evitando su cronificación.
  • – Sería una medida de prudencia aumentar la ingestión de calcio y de manera profiláctica tomar un suplemento (por ejemplo, citrato de calcio) que no requiera de la acidez gástrica para su absorción.
  • – La absorción de vitamina B 12 debe tenerse en cuenta en poblaciones de riesgo como los adultos mayores y aquellos que tienen una dieta deficiente en cobalamina (por ejemplo, dieta vegetariana).
  • Antagonistas de los receptores H 2

Inhiben la secreción ácida gástrica por bloqueo competitivo y reversible de los receptores de histamina H 2 localizados en la membrana basolateral de la célula parietal. Impiden así la unión de la histamina a dicho receptor, con lo que inhiben también, de forma parcial, la secreción estimulada por los secretagogos gastrina y acetilcolina.

Inhiben de forma importante la secreción basal, por lo que son particularmente eficaces en la supresión de la secreción ácida nocturna. Reducen la secreción de pepsinógeno y, como consecuencia del incremento de pH intragástrico, la actividad proteolítica de la pepsina. La administración de antagonistas H 2 (cimetidina, ranitidina) en dosis estándar y durante períodos cortos ha mostrado cierta eficacia en los casos de dispepsia en los que predominan los síntomas pseudoulcerosos (ardor y dolor epigástrico).

Sin embargo, la eficacia de su uso es modesta, con beneficios frente al placebo que se limitan al alivio de los síntomas de dolor epigástrico y sensación de saciedad postprandial en el conjunto de los síntomas globales de la dispepsia funcional. Finalmente, con los fármacos antagonistas H 2 se obtienen peores resultados que con los IBP, por lo que se recomienda utilizarlos sólo como alternativa a los IBP en casos de intolerancia o contraindicación.

Procinéticos Los procinéticos incrementan la motilidad gastrointestinal mediante su interacción con una variedad de receptores de neurotransmisores relacionados con la acetilcolina, dopamina, motilina y serotonina. El uso de procinéticos en la dispepsia funcional se basa en la existencia de hipomotilidad gástrica con vaciamiento enlentecido, debida a trastornos motores del tubo digestivo superior.

Aproximadamente un 30% de pacientes con dispepsia funcional presenta un retraso en la evacuación gástrica y estos fármacos se prescriben para corregir la estasis gástrica. Algunos síntomas dispépticos mejoran con la administración de procinéticos, en especial aquellos relacionados con la saciedad precoz, náuseas y distención posprandial.

La mayoría de estos fármacos bloquean receptores dopaminérgicos, estimulan la motilidad del estómago, esófago e intestino, y aumentan la presión del esfínter esofágico inferior. Metoclopramida y domperidona son los candidatos terapéuticos para pacientes con dispepsia funcional y un vaciamiento gástrico enlentecido.

Además, los síntomas inducidos por la distensión gástrica (secundaria a la hipersensibilidad visceral del estómago) también podrían aliviarse mediante un vaciamiento gástrico más rápido. Metoclopramida. La metoclopramida tiene además una actividad antagonista de los receptores 5-HT 3,

  1. Si bien la metoclopramida ha demostrado en tres estudios controlados ser superior al placebo en la reducción de las náuseas y el dolor epigástrico de los pacientes con dispepsia funcional, su uso se limita por los efectos adversos extrapiramidales en el sistema nervioso central.
  2. Domperidona.
  3. La domperidona también ha resultado efectiva en la disminución de los síntomas dispépticos, pero este hecho clínico no se correlaciona con la mejoría de la evacuación gástrica, lo que sugiere que el efecto del fármaco no estaría relacionado con su actividad procinética.

Aunque no ocasiona efectos extrapiramidales por no ser capaz de atravesar la barrera hematoencefálica, su uso se limita porque puede ocasionar ginecomastia y elevación de la prolactina. Cisaprida. Es un agonista de los receptores 5-HT 4 e indirectamente induce la liberación de acetilcolina por los plexos mientéricos del tracto gastrointestinal.

  1. Su uso se ha reducido en los últimos años debido a la producción de efectos adversos cardiovasculares, por lo que se sugiere utilizarla exclusivamente en pacientes con esofagitis por reflujo resistentes a otras terapias.
  2. Levosulpirida.
  3. Es un antagonista de los receptores dopaminérgicos D 2, con efecto además sobre receptores 5-HT 3, por lo que presenta efectividad sobre la motilidad gastroduodenal y la hiperalgesia visceral.

No produce síntomas extrapiramidales ni somnolencia a dosis convencionales, ya que no actúa sobre receptores dopaminérgicos D 1, Eritromicina. Antibiótico de la familia de los macrólidos que aumenta la frecuencia de vaciamiento gástrico en casos de gastroparesia, ya que es un potente agonista de los receptores de la motilina, capaz de incrementar la amplitud y frecuencia de las contracciones gástricas que aceleran el vaciamiento, pero también de las contracciones intestinales que pueden ocasionar calambres o diarreas que a veces no son tolerados.

Tegaserod. Es un derivado de la serotonina con actividad agonista parcial altamente selectiva sobre los receptores 5-HT 4, Incrementa la motilidad en todos los tramos del tubo gastrointestinal. Además, se ha sugerido que disminuye la hipersensibilidad colónica y que aumenta la secreción de agua y sodio de los colonocitos.

Relajantes del fundus gástrico Los fármacos con efecto relajante del fundus gástrico pueden utilizarse en condiciones que impliquen una relajación afectada del fundus con la ingestión de alimentos. Durante la ingestión de alimentos el fundus o parte proximal del estómago se relaja y se constituye en un depósito.

Se ha observado que pacientes con una relajación adaptativa afectada del fundus, con la ingestión de alimentos manifiestan síntomas de dispepsia. Por tanto, la utilización de fármacos capaces de normalizar una relajación fúndica afectada está justificada para aliviar dichos síntomas dispépticos. Los pacientes pueden tener síntomas dispépticos como resultado de un fundus hipercontraído, provocando una distensibilidad disminuida del estómago y anomalías en la relajación fúndica adaptativa.

Además, los pacientes con una acomodación fúndica normal pueden tener una sensibilidad aumentada a la relajación fúndica, presentando síntomas dispépticos similares. Sumatriptán. Es un agonista de los receptores 5-HT 1 que normaliza la relajación inducida por los alimentos mejorando así los síntomas de saciedad precoz en pacientes con acomodación posprandial alterada.

Un subgrupo de pacientes con dispepsia funcional presenta hipersensibilidad a la distensión gástrica acompañada con síntomas de dolor, eructos y pérdida de peso. El sumatriptán disminuye la sensibilidad a la distensión en pacientes con hipersensibilidad a la distensión gástrica. También mejora los síntomas que aparecen después de la ingestión de alimentos por disminución de la activación de los mecanorreceptores a la tensión.

Buspirona. Es un agonista no selectivo de los receptores 5-HT 1A que disminuye el tono gástrico e incrementa el umbral de percepción a la distensión inducida por aumento del volumen gástrico en voluntarios sanos con un efecto muy parecido al del sumatriptán.

En un estudio doble ciego, controlado y prospectivo, la buspirona fue superior al placebo en mejorar la acomodación gástrica en pacientes con DF. Según estos hallazgos, los inhibidores de la recaptación de serotonina, los agonistas 5-HT 4, 5-HT 1A, 5-HT 1P, parecen tener un potencial terapéutico adicional en pacientes con dispepsia funcional y alteración en la acomodación gástrica.

Antidepresivos y ansiolíticos El uso de estos fármacos podría estar justificado por la asociación frecuente de la dispepsia con una patología ansiosa y/o depresiva. Diversos antidepresivos y ansiolíticos han sido utilizados en pacientes con dispepsia funcional de tipo idiopático.

Sólo son eficaces si efectivamente existe un componente psicosomático en el caso concreto, de lo contrario, su uso generalizado debe evitarse. Algunos trabajos han demostrado la utilidad de los antidepresivos tricíclicos en el tratamiento de la dispepsia funcional, y su eficacia parece deberse más a su efecto analgésico central -aumento en el umbral sensitivo del dolor-, que a su acción antidepresiva, ya que el efecto beneficioso se produce con dosis inferiores a las necesarias para tratar el trastorno psicológico, y de forma más precoz.

Los antidepresivos tricíclicos en dosis completas u otros antidepresivos (ISRS, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina) deben utilizarse sólo cuando hay manifestaciones depresivas asociadas. Los ISRS incrementan la disponibilidad de serotonina (5-HT) a nivel sináptico no sólo en el sistema nervioso central, sino también en el sistema nervioso entérico, y se ha probado su efectividad.

Igualmente, los ansiolíticos sólo están indicados ante la existencia de alteraciones psicofuncionales asociadas. Erradicación de Helicobacter pylori La elevada prevalencia de la infección por Helicobacter pylori y la dispepsia en países occidentales, así como la concurrencia de ulcus péptico, dispepsia e infección por H.

pylori en numerosos pacientes, ha conducido al planteamiento de su posible papel etiológico en la dispepsia funcional. Con el fin de establecer una relación causa-efecto entre la infección por H. pylori y la dispepsia funcional, es preciso demostrar que los síntomas dispépticos ceden, o al menos mejoran, una vez que se ha erradicado la bacteria.

En la actualidad, el tratamiento erradicador en la dispepsia funcional continúa siendo especialmente controvertido, aunque parece que un pequeño número de pacientes con dispepsia funcional podría beneficiarse del tratamiento erradicador para H. pylori. Sin embargo, aunque H. pylori sólo sea un factor etiológico más en una exigua proporción de pacientes, la infección de esta bacteria en la mucosa gástrica causa una gastritis crónica, innegable enfermedad infecciosa con lesiones anatomopatológicas, condicionada por otros factores como ocurre en otras enfermedades infecciosas.

Si el diagnóstico de una enfermedad infecciosa implica un tratamiento, no existen argumentos que avalen la abstención del tratamiento erradicador de Helicobacter pylori para conseguir su desaparición en la dispepsia funcional. Los porcentajes de erradicación de H.

  • Pylori con triple terapia (IBP, claritromicina y amoxicilina) son muy altos, tal como confirma el último consenso europeo al respecto, siempre y cuando se ha conseguido un buen cumplimiento del tratamiento por parte del paciente.
  • Moduladores de la hipersensibilidad gástrica La hipersensibilidad gástrica, definida como una disminución del umbral al dolor al distender el estómago con un volumen normal, ha sido demostrada en algunos pacientes con dispepsia funcional.
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En estos pacientes existe una alteración en el procesamiento de los impulsos aferentes en la médula espinal o en el cerebro (mecanismo central) y una anormalidad en los mecanorreceptores (mecanismos periféricos). Sin embargo, la sensibilidad somática, medida por estimulación eléctrica transcutánea, es normal en la mayoría de ellos, lo cual quiere decir que la hipersensibilidad gástrica es específica del tubo digestivo.

  1. En estudios experimentales de pacientes con dispepsia funcional se han analizado analgésicos viscerales como los antagonistas de los receptores de serotonina, análogos de la somatostatina (octreótido) y agonistas opiáceos de receptores kappa (fedotozina) y de la colecistoquinina (CCK), y se ha observado mejoría clínica, excelente tolerancia y mínimos efectos adversos.
  2. La fedotozina reduce el dolor epigástrico, la plenitud posprandial y la náusea en pacientes con dispepsia funcional, debido a un aumento del umbral de percepción.
  3. El octreótido posee potentes efectos inhibidores de la motilidad gástrica e intestinal; también disminuye la sensibilidad visceral, reduce la sensación de plenitud postprandial e incrementa el volumen gástrico.
  4. Conclusión final

Mientras los IBP son los fármacos más utilizados y los de mayor eficacia en el tratamiento de la dipepsia funcional, los antagonistas H 2 aún siguen teniendo indicación y ambos serían de elección en síntomas que sugieren secreción ácida. La utilidad de los procinéticos puede estar justificada cuando existen trastornos de dismotilidad.

  • De hecho, son la opción inicial en los síndromes de distrés posprandial, pudiéndose asociar a los IBP en los síndromes de dolor epigástrico.
  • Los fármacos que producen relajación del fundus gástrico postingesta podrían aliviar la saciedad temprana, aunque esto no ha sido suficientemente comprobado.
  • Los fármacos que disminuyen la hipersensibilidad visceral muestran cierta eficacia en casos inespecíficos donde hayan fracasado previamente los antisecretores y procinéticos, pero no existen datos suficientes que avalen su pauta generalizada en el tratamiento sintomático de la dispepsia funcional.

Los ansiolíticos sólo deberían emplearse en caso de una marcada ansiedad y, debido a su capacidad de inducir dependencia, deben evitarse. El tratamiento erradicador de Helicobacter pylori puede estar indicado si dicho microorganismo se ha diagnosticado mediante análisis de laboratorio.

  1. Bibliografía general Artaza T, Valle J, Pérez-Grueso MJ, García A, Martín R, Rodríguez R, Cuena R, Carrobles JM.
  2. Efecto del tratamiento erradicador para Helicobacter pylori en pacientes con dispepsia funcional.
  3. Rev Esp Enferm Dig.2008;9:532-9.
  4. Grupo Multidisciplinar Asesor en Uso Racional del Medicamento del Servicio Andaluz de Salud.

Informe justificativo de criterios de selección de medicamentos 2009: Anexo A. Consejería de Salud, Junta de Andalucía. Hernando-Harder A, Franke A, Singer M, Harder H. Dispepsia funcional. Nuevos conocimientos en la fisiopatogenia con implicaciones terapéuticas.
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¿Qué tomar para la epigastralgia?

Medicamentos que disminuyen el ácido – Los bloqueantes H2 como la ranitidina cimetidina, nizatidina o famotidina, son los agentes de uso inicial utilizados por los médicos de atención primaria y son parcialmente mejores que el placebo en mejorar el dolor en el abdomen medio-superior (epigastrio) aunque no mejoran los otros síntomas de dispepsia.

  • Si los bloqueantes H2 fallan en mejorar los síntomas, la mayoría de los médicos utilizan un inhibidor de la bomba de protones (IBP)-omeprazol, lansoprazol, rabeprazol, pantoprazol o esomeprazol.
  • Los riesgos a corto plazo de esta estrategia son bajos y esto puede proveer alivio de los síntomas en un pequeño número de personas, la mayoría de las cuales podían presentar reflujo ácido asintomático.

Como grupo, los IBP son aproximadamente 10% superiores al placebo en mejorar los síntomas de dispepsia. Sin embargo, el uso a largo plazo de los IBP puede resultar costoso. Existe información reciente sugiriendo que el uso prolongado de IBP, al combinarse con otros factores de riesgo, pueden colocar a algunos pacientes en incremento de riesgo para colitis por clostridium difficile, neumonía de la comunidad y fractura de cadera.
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¿Qué medicamento sirve para la epigastralgia?

Inhibidores de la bomba de protones –

Fármaco La mayoría de las afecciones, incluidas gastritis, ERGE y úlceras duodenales sin complicaciones Úlceras gástricas y úlceras duodenales complicadas
Esomeprazol 40 mg 1 vez al día 40 mg 2 veces al día
Lansoprazol 30 mg 1 vez al día Dosis pediátricas:

< 10 kg 7,5 mg 1 vez al día 10–20 kg 15 mg 1 vez al día ≥ 20 kg 30 mg 1 vez al día*

30 mg 2 veces al día —
Omeprazol 20 mg 1 vez al día Dosis pediátrica: 1 mg/kg/día en 1 sola dosis o dividida 2 veces al día* 40 mg 1 vez al día —
Pantoprazol 40 mg 1 vez al día 40 mg 2 veces al día
Rabeprazol 20 mg 1 vez al día 20 mg 2 veces al día
*Dosis representativas. Las dosis oral e IV son iguales. Los datos se limitan al uso de inhibidores de la bomba de protones en niños.
ERGE = Enfermedad por reflujo gastroesofágico.

El tratamiento a largo plazo con inhibidores de la bomba de protones induce aumento de los niveles de gastrina, que causan hiperplasia de células de tipo enterocromafín. Sin embargo, no hay evidencia de displasia ni transformación maligna en pacientes que reciben este tratamiento.

Se han informado carencias de micronutrientes (p. ej., vitamina B12 y magnesio) en un pequeño número de pacientes. El exceso de riesgo absoluto es del 0,3 al 0,4% por paciente y por año. Algunos estudios sugieren que el riesgo de infecciones entéricas como las debidas a Clostridioides difficile puede ser mayor en pacientes que reciben terapia a largo plazo, pero otros estudios no apoyan esta observación.

El exceso de riesgo absoluto varía desde el 0 al 0,09% por paciente. Los estudios cuidadosamente realizados no han mostrado ningún efecto sobre la salud ósea o el riesgo de demencia, enfermedad de Parkinson, cardiopatía y neumonía. Estos fármacos (cimetidina, famotidina, que se presentan en formas IV y orales, y nizatidina, sólo en forma oral) son inhibidores competitivos de la histamina en el receptor H2, lo que inhibe la secreción ácida estimulada por gastrina y reduce en forma proporcional el volumen de jugo gástrico.

También disminuye la secreción de pepsina mediada por histamina. En los Estados Unidos, la nizatidina, la famotidina y la cimetidina se venden sin receta. Los bloqueantes H2 se absorben bien en el tubo digestivo, con comienzo de acción a los 30 a 60 min de la ingestión y efectos máximos en el término de 1 a 2 h.

La administración IV induce un comienzo de acción más rápido. La duración de acción es proporcional a la dosis y varía de 6 a 20 h. A menudo, deben reducirse las dosis en pacientes ancianos. En las úlceras duodenales Enfermedad ulcerosa péptica Una úlcera péptica es una erosión de un segmento de la mucosa digestiva, en general del estómago (úlcera gástrica) o de los primeros centímetros del duodeno (úlcera duodenal), que penetra hasta., la administración oral 1 vez al día de 800 mg de cimetidina, 40 mg de famotidina o 300 mg de nizatidina al acostarse o después de cenar durante 6-8 semanas es eficaz. Las úlceras gástricas pueden responder al mismo esquema continuado durante 8-12 semanas, pero como la secreción ácida nocturna es menos importante, la administración matutina puede tener igual o mayor eficacia.

  • Los niños ≥ 40 kg pueden recibir dosis de adultos.
  • Por debajo de ese peso, la dosificación oral es cimetidina 10 mg/kg cada 12 h.
  • En el reflujo gastroesofágico, los bloqueantes H2 se usan ahora, en su mayor parte, para el tratamiento del dolor.
  • En la mayoría de los pacientes con enfermedad ulcerosa, estos fármacos han sido reemplazados por inhibidores de la bomba de protones.

La gastritis Generalidades sobre la gastritis Gastritis es la inflamación de la mucosa gástrica causada por cualquiera de varios trastornos, como infección ( Helicobacter pylori ), fármacos (medicamentos antiinflamatorios no esteroideos. obtenga más información se cura con famotidina 2 veces al día durante 8-12 semanas. La ranitidina (un bloqueante H2 oral, IV y de venta libre) se ha dejado de comercializar en Estados Unidos y en muchos otros países debido a las concentraciones inaceptables de N -nitrosodimetilamina (NDMA), un probable carcinógeno humano. Cimetidina y famotidina son alternativas y no contienen NDMA ni inhibidores de la bomba de protones. Con el uso prolongado, la cimetidina tiene efectos antiandrogénicos menores expresados como ginecomastia reversible y, con menor frecuencia, disfunción eréctil. Con todos los bloqueantes H2, se han comunicado alteraciones del sensorio, diarrea, erupción, fiebre medicamentosa, mialgias, trombocitopenia, y bradicardia sinusal e hipotensión después de la administración IV rápida, generalmente en < 1% de los pacientes tratados, pero más a menudo en ancianos. La cimetidina y en menor grado otros bloqueantes H2 interactúan con el sistema enzimático microsómico P ‑450 y pueden retrasar el metabolismo de otros fármacos eliminados a través de este sistema (p. ej., fenitoína, warfarina, teofilina, diazepam, lidocaína). Estos agentes neutralizan el ácido gástrico y reducen la actividad de la pepsina (que disminuye a medida que el pH gástrico aumenta a > 4,0). Además, algunos antiácidos adsorben pepsina. También pueden interferir con la absorción de otros fármacos (p. ej., tetraciclina, digoxina, hierro). Los antiácidos alivian los síntomas, promueven la cicatrización de la úlcera y reducen la recurrencia. Son relativamente económicos, pero deben tomarse de 5 a 7 veces al día. El esquema antiácido óptimo para la cicatrización de la úlcera parece consistir en 15 a 30 mL de líquido o 2 a 4 comprimidos 1 y 3 h después de cada comida y al acostarse. La dosificación diaria total de antiácidos debe aportar de 200 a 400 mEq de capacidad neutralizante. Sin embargo, en el tratamiento de la úlcera péptica, los antiácidos han sido desplazados por el tratamiento de inhibición de la secreción ácida, y sólo se los usa para lograr alivio sintomático a corto plazo. Por lo general, hay 2 tipos de antiácidos: Los antiácidos absorbibles (p. ej., bicarbonato de sodio, carbonato de calcio) causan una neutralización rápida y completa, pero pueden provocar alcalosis, y sólo se los debe usar por períodos breves (1-2 días). Los antiácidos no absorbibles (p. ej., hidróxido de aluminio o magnesio) tienen menos efectos adversos sistémicos, y se los prefiere. El hidróxido de aluminio es un antiácido relativamente seguro, de uso frecuente. La administración crónica puede inducir, en ocasiones, depleción de fosfato como resultado de la unión del fosfato con el aluminio en el tubo digestivo. El riesgo de depleción de fosfato aumenta en pacientes alcohólicos o desnutridos y en pacientes con patología renal (incluidos aquellos sometidos a hemodiálisis). El hidróxido de aluminio causa estreñimiento. El hidróxido de magnesio es un antiácido más eficaz que el aluminio, pero puede provocar diarrea. Para limitarla, muchos antiácidos patentados combinan antiácidos de magnesio y aluminio. Como se absorben pequeñas cantidades de magnesio, los preparados de este compuesto deben usarse con precaución en pacientes con patología renal. Ciertas prostaglandinas (en especial, misoprostol) inhiben la secreción ácida al reducir la generación de AMP cíclico desencadenada por la estimulación de la célula parietal por histamina y aumentan la defensa de la mucosa. Los derivados sintéticos de prostaglandinas se utilizan, predominantemente, para reducir el riesgo de lesión mucosa inducida por medicamentos antiinflamatorios no esteroideos. Los pacientes con alto riesgo de úlceras inducidas por medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (es decir, pacientes ancianos, aquellos con antecedentes de úlcera o complicación ulcerosa, aquellos medicados también con corticoesteroides) son candidatos a recibir misoprostol 200 mcg por vía oral 4 veces al día con alimentos, junto con sus medicamentos antiinflamatorios no esteroideos. Los efectos adversos comunes del misoprostol son cólicos abdominales y diarrea, que afectan al 30% de los pacientes. El misoprostol es un abortivo eficaz y está absolutamente contraindicado en mujeres en edad fértil que no emplean métodos anticonceptivos. Este fármaco es un complejo sacarosa-aluminio que se disocia en el medio ácido del estómago y crea una barrera física sobre la zona inflamada protegiéndola del ácido, la pepsina y las sales biliares. También inhibe la interacción pepsina-sustrato, estimula la producción mucosa de prostaglandinas y se une a las sales biliares. No ejerce ningún efecto sobre la secreción de ácido ni sobre la de gastrina. El sucralfato parece ejercer efectos tróficos sobre la mucosa ulcerada, posiblemente por unirse a factores de crecimiento y concentrarlos en el lugar de la úlcera. La absorción sistémica de sucralfato es insignificante. El 3-5% de los pacientes presenta estreñimiento. El sucralfato puede unirse a otros fármacos e interferir con su absorción. NOTA: Esta es la versión para profesionales. PÚBLICO GENERAL: VER VERSIÓN PARA PÚBLICO GENERAL Copyright © 2023 Merck & Co., Inc., Rahway, NJ, USA y sus empresas asociadas. Todos los derechos reservados.
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