Como Es El Dolor De Desgarro Muscular?
Maela Chamorro
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¿Qué es el desgarro muscular o rotura de fibras musculares? – Las roturas de fibras musculares, también conocida como desgarro muscular, es una lesión del músculo en donde las fibras que componen al músculo se rompen. El desgarro muscular provoca un dolor muy intenso que obliga a la persona que la padece a suspender la actividad que realiza, ya que al contraer el músculo se pone en tensión el área lesionada.
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¿Cómo saber si un dolor es un desgarro?
Realizar un calentamiento adecuado previene los desgarres musculares,. Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud Comúnmente ocurren en las piernas o la parte baja de la espalda. Los síntomas de desgarre muscular son: dolor, contracción, dificultad para mover el músculo afectado, hinchazón, espasmos musculares o calambres.
De primer grado,- cuando sólo existe un daño leve a las fibras musculares. De segundo grado,- ruptura parcial de las fibras musculares. De tercer grado. – ruptura total de las fibras musculares.
Los síntomas de un desgarre muscular leve incluyen sensibilidad y tensión en el músculo; es posible continuar con las actividades normales. A diferencia de este tipo de desgarre, los que son más graves (segundo y tercer grado) causan mayor dolor que empeora con el movimiento, además de inflamación.
El tratamiento del desgarre muscular consiste en mantener el área lesionada en reposo, colocar hielo sobre la lesión en periodos de 20 minutos y seguir las instrucciones del médico, que en algunos casos puede ser tomar medicamentos. Los desgarres musculares se pueden prevenir al realizar un calentamiento adecuado antes de realizar ejercicio.
Fuente : http://www.niams.nih.gov/Portal_en_espanol/ Informacion_de_Salud/Esguinces_y_desgarros/strain_sprain_ff_espanol.pdf Síguenos en Twitter: @SSalud_mx y @_MJuan_ Facebook: facebook.com/SecretariadeSaludMX
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¿Qué pasa si no se trata un desgarro muscular?
Pero, ¿qué pasa si no se trata a tiempo? – Para volver al deporte, es necesario respetar las fases de curación. El paciente debe tener una fuerza muscular y función de la extremidad equivalentes a las de la no lesionada. El regreso debe ser muy cuidadoso, ya que la recurrencia de estas lesiones será mayor cuando el atleta regrese con los músculos aún débiles y desequilibrados.
Fernando Iza, fisioterapista de ASOFISIOMEDICAL señala de que el desgarro tiene que ser tratado e identificado a tiempo a través de su sintomatología, la cual predomina la pérdida de la fuerza y el dolor en la zona muscular, ya que por ejemplo: un desgarro en los miembros inferiores denotará la imposibilidad de caminar, debido a que este músculo estará sobrecargado, lesionando aún más la parte ya desgarrada, causando un dolor mucho más fuerte.
Dentro del mecanismo del caminar tenemos dos fases: la contracción concéntrica y la contracción excéntrica.
La contracción concéntrica, es cuando el músculo se acorta. La contracción excéntrica, es cuando las fibras se separan, es decir, se extienden.
Al haber pérdida de fuerza muscular, la contracción concéntrica va a producir dolor porque está sobrecargando el músculo que está lesionado y la excéntrica puedes provocar un mayor desgarro, ocasionando que las fibras musculares se vayan rompiendo poco a poco.
Hay que considerar que, si la persona lesionada no se trata a tiempo, por no darle importancia a este dolor, puede ocasionar una impotencia funcional más grande al no identificar el desgarro. Se debe tomar en cuenta que al lesionarse o desgarrarse muscularmente trae consigo diferentes contracturas de los músculos aledaños, ya que estos van a brindar soporte al que está lesionado haciendo que estos otros músculos presenten limitación, daño y hasta un futuro posible desgarro, intentando proteger al que ya está desgarrado.
Para resolverlo es necesario diagnosticarlo oportunamente y tratarlo no solo con medicación sino también con fisioterapia, porque al volver a las canchas o al deporte es necesario respetar las fases de curación. El paciente debe tener una fuerza muscular y función de la extremidad equivalente a la que no estaba lesionada, el regreso debe ser cuidadoso ya que la recurrencia de estas lesiones será mayor en atletas que regresen cuando los músculos débiles y desequilibrados.
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¿Cómo diagnosticar un desgarro muscular?
Cómo prevenir un desgarro muscular – La mejor forma de prevenir un desgarro muscular pasa por tener una buena condición atlética, un buen balance muscular y, por cierto, realizar un buen calentamiento antes de hacer ejercicio. Al finalizar se deben dar los minutos suficientes a un buen trabajo de elongación.
A eso se suma, además, una buena alimentación e hidratación necesaria. Para quienes realizan actividad física en forma permanente, un buen manejo de las cargas de entrenamiento es fundamental. Cómo detectar un desgarro muscular La mejor manera para determinar si se trata de un desgarro o una fuerte contractura es a través de una resonancia magnética, que permite distinguir los distintos grados de lesión del músculo.
Aunque, también es muy utilizada la ecotomografía. Cabe consignar que cuando se habla de contractura, no incluye rotura de fibras sino solamente de un acortamiento de éstas. También puede producirse edema, que es líquido alrededor de la zona dañada del músculo o de roturas fibrilares.
¿Cómo saber si es una rotura de fibras?
Los síntomas de la rotura fibrilar son muy fáciles de reconocer. Se caracterizan por un dolor brusco, intenso y repentino que muchos describen como un tirón o como la sensación de un impacto (signo de la pedrada), y que en ciertos casos puede incluso generar mareos y sudores fríos.
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¿Qué tipo de desgarros hay?
Introducción El ultrasonido de alta resolución (US) se ha convertido, en el método de elección en la evaluación de los desgarros musculares, en nuestro país y en muchos otros del mundo, especialmente en aquellos donde el fútbol es el deporte principal como ocurre en Argentina, España, Italia y otros.
- Además de su uso en la etapa diagnóstica, es útil para el seguimiento de estas lesiones y por tanto, para decidir el retorno a la actividad deportiva ( 1 – 6 ),
- Es fundamental una evaluación cuidadosa y lo más acertada posible de la lesión muscular, ya que de ello depende la terapia a instaurar, tiempo de tratamiento y retorno a la actividad deportiva.
Estos hechos cobran especial relevancia cuando se trata de deportistas profesionales, en que el período de ausentismo de la actividad conlleva necesariamente perjuicios económicos. La clasificación de los desgarros musculares en grados 1, 2 y 3, propuesta en la literatura anglosajona ( 6 ) adolece de serias fallas en cuanto a la caracterización de las lesiones, su tamaño y tampoco ofrece un factor pronóstico.
- Más aún, es demasiado simplista y difícil de aceptar por los especialistas, en medicina deportiva y kinesiólogos, en el momento de instaurar una terapia.
- Durante años de práctica ultrasonográfica en este tipo de lesiones hemos observado que se repiten ciertos patrones carac-terísticos de desgarros musculares, en ubicaciones bastante precisas, constatando además que existe una relación estrecha entre el grado de preparación física del deportista y el tipo de desgarros.
Sobre la base de lo anterior surgió una clasificación ultra-sonográfica, que considera cualitativamente el tipo de desgarro definiendo un pronóstico de gravedad y tiempo de curación. Agregamos a lo anterior la evaluación cuantitativa efectuando la medición de la lesión.
Se propone, esta clasificación con el fin de uniformar criterios y facilitar el entendimiento entre clínicos y radiólogos. Probablemente adolezca de fallas, no obstante, en nuestra experiencia ha demostrado con creces su utilidad. No están incluidas las laceraciones o atriciones musculares provocadas por agentes externos, ni lesiones relacionadas directamente con la práctica deportiva que suelen confundirse con desgarros, entre las cuales están los llamados síndromes de dolor muscular retardado y compartimentales, patología en estrecha relación con la sobrecarga de ejercicio.
No es tampoco el propósito de este artículo referirse a la ultraestructura y anatomía muscular, o tipos de fibras musculares, elementos todos que han sido destacados en otras publicaciones ( 1 – 6 ), Es necesario tener presente que cualquier traumatismo muscular generará algún grado de daño y edema.
Este último es fácilmente objetivable en todos los casos de desgarro y otros traumas musculares, pero, en ocasiones, puede ser el único elemento visible a la ultrasonografía o resonancia magnética ( 7 – 9 ), El edema como hallazgo único puede presentarse en dos situaciones. En la primera no hay daño estructural, solo alguna alteración en la fisiología muscular y acumulación de metabolitos que generan cambios celulares en todo el área muscular, la segunda es que exista compromiso anatómico de pequeña magnitud no objetivable por los métodos de imagen.
Cualquiera sea la situación, estas condiciones suelen relacionarse con dos eventos clínicos, el primero corresponde a la llamada “contractura” muscular, en la cual el examen puede ser completamente negativo o objetivarse solo la presencia de edema muscular hecho que se correlaciona con una evolución clínica favorable, o bien en otros casos puede existir edema provocado por síndromes de sobrecarga, cuya significación es más trascendente.
Figura 1. Corte transversal extendido del músculo cuadriceps demostrando edema como un área hiperecogénica (trazo ovalado) sin daño estructural asociado. |
Clasificación de los desgarros musculares Nuestra clasificación comprende seis tipos diferentes de desgarros considerando sus carac-terísticas: 1) Desgarro miofascial, 2) Desgarro Fibrilar, 3) Desgarro Multifibrilar, 4) Desgarro Fascicular, 5) Desgarro masivo o total con o sin avulsión ósea, 6) Adherenciolisis.1) Desgarro miofascial,
Comprende dos elementos anatómicos, la fascia o aponeurosis y, las fibras musculares periféricas. Es una lesión de muy buen pronóstico y suele curar sin secuelas en un tiempo relativamente corto que va entre los 15-25 días. Se trata de una solución de continuidad de la fascia muscular, la cual pierde su contorno nítido y se acompaña de bandas laminares de fluido hipoecogénicas con separación y cierta retracción de las fibras musculares periféricas.
Según la magnitud de la lesión, puede acompañarse de mayor o menor grado de colección fusiforme perilesional y subaponeurótica. Siempre hay edema periférico de fibras musculares, que al ultrasonido se observará como áreas hiperecogénicas, en un radio que dependerá de la cuantía de la lesión ( Figura 2 ).
- Este tipo de desgarro es el más frecuente en los deportistas profesionales de alto rendimiento y puede recidivar fácilmente si es reintegrado a la práctica antes de la cicatrización total.
- Los sitios más frecuentes son: Isquiotibiales (semitendinoso en sus tercios proximal y medio y biceps crural en su porción larga distal a nivel de la unión miotendínea) y triceps sural (gemelo interno, porción distal y medial).
Esta lesión puede pasar fácilmente inadvertida o subestimada sino se efectúa un examen cuidadoso. Con respecto a la cuantía, se hablará de un desgarro pequeño cuando comprometa un segmento de hasta 3 cm, con escaso compromiso de fibras musculares y finas láminas de fluido, moderado cuando mide entre 3 y 6 cm, más aún si se acompaña de una pequeña colección subaponeurótica o perifascial.
Sobre los 6 cm se estima un desgarro de una cuantía importante.2) Desgarro fibrilar. Generalmente es una lesión de tipo lineal muy fina, de ahí su nombre, con una longitud variable, pero con un grosor que no debería exceder los 2 mm. Ocurre en el espesor de la musculatura, se acompañan de edema perilesional de cuantía variable y su pronóstico es muy bueno, cicatrizando sin secuelas.
Al igual que el desgarro miofascial, ocurre mas frecuentemente en deportistas entrenados. Afecta cualquier músculo, pero es más frecuente en isquiotibiales y cuadriceps, muy raro en el tríceps sural. El aspecto ultrasonográfico consta de un defecto hipoecogénico fino, en un contexto de edema hiperecogénico circundante, a veces con aumento de volumen local.
- Suelen ser lesiones con poca extensión, no mas de 3 a 4 cm en longitud, lo cual es una cuantía leve ( Figura 3 ).
- Mayores desgarros se acompañan de lesiones adicionales y están fuera de esta caracterización.3) Desgarro multifibrilar.
- Variante del anterior, de mayor importancia clínica.
- Consta de varias soluciones de continuidad lineales, generando un foco lesional de mayor tamaño y, asociado a edema de mayor extensión e intensidad.
Su pronóstico sigue siendo bueno, pero requiere de un mayor tiempo de curación. Pueden dejar pequeñas cicatrices retráctiles. Estas lesiones se ven indistintamente en deportistas entrenados y aficionados. Probablemente el sitio de ocurrencia más común es el músculo recto anterior del cuadriceps.
El aspecto al ultrasonido es similar al fibrilar, con la diferencia que se presenta como varios defectos lineales hipoecogénicos. Se acompañan de un mayor grado de edema. Se consideran de cuantía moderada desde los 3-4 cms, hacia arriba, ya que cuando la cuantía es leve generalmente se trata de desgarros fibrilares ( Figura 4 ).4) Desgarro fascicular.
Es una lesión de mayor trascendencia, puede ocurrir en el espesor del músculo o en su periferia, donde se acompañan de compromiso fascial, con colección hemática asociada de variable cuantía y, clínicamente aparición de equimosis. El desgarro fascicular del músculo mismo suele ser bien definido, como un defecto hipoecogénico de 3 o más cm.
- De espesor, de longitud variable.
- El lecho de la rotura se acompaña de una colección hemática que ocasionalmente puede ser de mayor tamaño por efecto expansivo con compresión del músculo adyacente.
- Son lesiones de cuantía moderada que miden aproximadamente 3 x 3 cms.
- En espesor y longitud hacia arriba.
Las lesiones periféricas con compromiso de la fascia suelen ser de mayor tamaño y se consideran de cuantía importante. En estos casos el período de cicatrización puede tomar mas de un mes ( Figura 5 ).5) Desgarro total. Obviamente son todas lesiones graves que dejaran algún grado de pérdida de la función, desbalances musculares y grandes cicatrices.
- Comprenden desde un grueso segmento hasta todo el espesor del músculo.
- Se incluyen aquí también las roturas tendomusculares completas y aquellas que se acompañan de avulsión de las inserciones óseas, situación que puede ocurrir en el tendón directo del recto anterior del cuadriceps y, en el origen de los tendones isquiotibiales.
Generalmente se acompañan de hematomas de cierta magnitud y, equimosis extensas. En la fase aguda, que comprende hasta las 24 horas, el hematoma es ecogénico y, va perdiendo progre-sivamente su ecogenicidad hasta hacerse ane-cogénico en la fase crónica ( Figuras 6 y 7 ).
Figura 6. Desgarro muscular completo a nivel del recto anterior del cuadriceps con colección hemática en el lecho. |
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6) Adherenciolisis. Situación particular que se refiere a la apertura de la cicatriz, o redesgarro, generalmente parcial y que ocurre siempre en la zona periférica del desgarro ( Figura 8 ).
Figura 8 a,b. Adherenciolisis a: Precoz: Redesgarro marginal de cierta cuantía en un contexto cicatricial en evolución (flecha). Obsérvese la amplia zona de alteración estructural por el desgarro previo. b: Tardía: Desgarro miofascial antiguo del gemelo interno, con pequeño foco de disrupción sintomático, similar a fino desgarro miofascial, en el margen de la cicatriz (flecha). | ||
Puede ocurrir durante el período de cicatrización al no respetarse los tiempos de reposo, caso en el cual la lesión puede ser de una magnitud incluso mayor que la original. Más frecuente es que ocurra en etapas postcicatrización, con pequeños focos de desinserción marginal de la fibrosis, debido a la interacción de un tejido elástico como lo es el músculo con un tejido rígido como lo es la fibrosis.
Esta situación es relativamente frecuente, provoca dolor local y ultrasonográficamente pueden detectarse sutiles láminas de fluido que se correlacionan con los focos de desinserción cicatricial. En ocasiones la detección suele ser difícil dentro del contexto de la cicatriz. En etapas precoces una RM puede confundir más que ayudar, ya que demostrará edema el cual suele reabsorberse en un tiempo superior a la mejoría clínica.
Este tipo de lesiones se asemejan a los desgarros miofasciales. Conclusión Se presenta una clasificación ultrasonográfica desarrollada por el autor a lo largo de años de práctica en el área musculoesquelética, producto de la constatación de patrones repetitivos de los tipos más frecuentes de desgarros musculares que ocurren tanto en la práctica deportiva profesional como aficionada, clasificación que ha sido aceptada e incorporada en el lenguaje y manejo de los profesionales dedicados a la medicina deportiva, ya que entrega parámetros cualitativos y cuantitativos que permiten en general, establecer pautas y a la vez pronósticos de curación bastante acotados.
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¿Cuánto dura un desgarro grado 1?
Grado 1 o leve: ocho a diez días. Grado 2 o moderado: de tres a cuatro semanas. Grado 3 o grave: de uno a tres meses.
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¿Que se puede tomar para un desgarro muscular?
Pregunta: ¿Cómo se trata una distensión muscular ? Respuesta: Descanse el músculo distendido y aplique hielo durante los primeros días posteriores a la lesión. Los antiinflamatorios o paracetamol (Tylenol) también ayudan a reducir el dolor y la hinchazón.
Tiene mucha hinchazón con la distensión muscular.No puede mover los brazos, las piernas o las articulaciones.Tiene una hinchazón que empeora conforme pasa el tiempo.
Distensión muscular – tratamiento Biundo JJ. Bursitis, tendinitis, and other periarticular disorders and sports medicine. In: Goldman L, Schafer AI, eds. Goldman-Cecil Medicine,26th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 247. Geiderman JM, Katz D. General principles of orthopedic injuries.
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Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 1. Versión en inglés revisada por: Linda J. Vorvick, MD, Clinical Associate Professor, Department of Family Medicine, UW Medicine, School of Medicine, University of Washington, Seattle, WA. Also reviewed by David Zieve, MD, MHA, Medical Director, Brenda Conaway, Editorial Director, and the A.D.A.M.
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¿Cómo saber si es una rotura de fibras?
Los síntomas de la rotura fibrilar son muy fáciles de reconocer. Se caracterizan por un dolor brusco, intenso y repentino que muchos describen como un tirón o como la sensación de un impacto (signo de la pedrada), y que en ciertos casos puede incluso generar mareos y sudores fríos.
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